El hombre más poderoso del mundo, Donald Trump, y el hombre más rico del mundo, Elon Musk, han formado una alianza invencible que será oficial este 20 de enero. Calificados como los ‘broligarcas’ (‘bro’ es la abreviatura del inglés «brother», «hermano») ya hacen temblar al resto del mundo, especialmente a Europa que temen que lo que están viendo sea solo el aperitivo. Sin embargo, incluso antes de que esta camaradería se ‘estrene’ por todo lo alto muchos se han preguntado si esta amistad interesada durará o estos dos emperadores, en su versión 1.0 y 2.0 tecnológico, que tienen en común grandes egos vivirán desencuentros en su recorrido. «La probabilidad de que haya problemas a largo plazo es alta», pronosticó Lorenzo Castellani, profesor de Historia en la Universidad Luis Guido Carli de Roma. Y Timothy Snyder, historiador de la Universidad de Yale y autor de referencia por obras como ‘On Tyranny’ dijo a ‘The Guardian’: «Trump es un tipo pequeño y Musk es un tipo grande cuando se trata de dinero». No debemos subestimar a Musk y considera que la Casa Blanca, será un escenario de discordias incómodas y dañinas entre ambos hombres.
«Si eso suena aterrador, es porque ese es el plan»
Y no son los únicos, Carole Cadwalladr, que fue la encargada de sacar a la luz el escándalo de Cambridge Analytica, que manipuló los datos de millones de personas para influir en los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, traduce en su columna lo que tendremos a partir de hoy. Es «el macartismo con esteroides, persecución política + Trump + Musk + herramientas de vigilancia de Silicon Valley» que se combina con la recolección de datos y las turbas en línea». Y añade que si eso suena aterrador, es porque ese es el plan. «La administración de Trump será incompetente e imprudente, pero los individuos serán el blanco de ataques, las instituciones se acobardarán..»
Pero antes de todo eso, Maggie Haberman, de ‘The New York Times’, que conoce lo que se está moviendo en los círculos del magnate ha desvelado que el protagonismo de Musk ya está molestando a Trump. Apunta que tienen una «una relación tensa que tiene potencial para volverse aún más tensa». Y señala que el multimillonario «parece más dispuesto a irritar a Trump que muchas otras personas y menos preocupado por lo que podría significar«.
Trump y su escudero
José Antonio Gurpegui, catedrático de estudios norteamericanos y director del Instituto Franklin en la Universidad de Alcalá, dice a ABC que los dos se necesitan. Además, Musk, tiene el impedimento de que nunca podrá ser presidente de EE.UU., porque es sudafricano. «Mientras esa necesidad mutua vaya bien, habrá sintonía entre ellos.«Lo estamos viendo en el caso de Groenlandia. Trump lanza la piedra y después es Musk quien hace el trabajo, y no le importa zafarse de la contienda y como presidente de los Estados Unidos, prefiere mantenerse un poco al margen porque no es tonto». Y si no puede interferir en las elecciones de otros países, ahí tiene el algoritmo de su compañero de armas.
Todo esto es su nueva estrategia geopolítica. «Musk es su escudero para estas injerencias», afirma Gurpegui. Y Snyder añade que cuando Trump necesite dinero para cualquier cosa, se lo pedirá a él». Y «a menos que Trump rompa con Musk en este momento, va a estar en una especie de relación de dependencia por el resto del camino, porque uno se acostumbra a que la gente te dé dinero… y creo que si fueras amigo de Trump, estaría preocupado».
No obstante, si hablamos de fricciones, Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano, describe a ABC que dentro del círculo de Trump hay unos que son nacionalistas, muy leales a Trump, son el grupo MAGA (Make America Great Again) que ya ha tenido roces con Musk. «Luego está la gente de Silicon Valley y algunos multimillonarios, que quizás en el pasado apoyaban al Partido Demócrata y ahora son los que tienen más influencia dentro del nuevo gobierno. Estos son los que pueden, en el medio o largo plazo, hacer una fractura dentro», dice.
Pragmatismo y fidelidad más que saber hacer
Y es que no hace tanto, en 2022, Musk afirmaba que Trump debía retirarse de la carrera a la Casa Blanca, al tiempo que el magnate explicaba con sorna que el creador de Tesla fue a visitarlo a su residencia para «pedirle ayuda para todos sus proyectos subvencionados, coches eléctricos que no duran lo suficiente, vehículos autónomos que se estrellan o cohetes que no van a ninguna parte. Podía haberle dicho, ‘arrodíllate y suplica’, y lo hubiera hecho«.
Ahora, son grandes amigos, Musk fue un gran apoyo durante la campaña del empresario. No en vano, en las últimas semanas la prensa se refiere a Musk como el ‘copresidente’ o como ‘el primer amigo’, en relación a la primera dama. Y la mitad de los estadounidenses tienen una opinión casi igual de favorable de cada uno, según una encuesta de AP, mientras que los expertos están divididos, apunta AP.
Gurpegui explica que con Donald Trump nunca se tiene certeza de nada, pero si analizamos lo que fue su primer mandato, vemos que con la gente de su gabinete tuvo desencuentros y hubo un rosario de dimisiones. Ahora con este nuevo gabinete que ha formado, parece precisamente que lo que ha tratado de evitar es justamente eso, de ahí que «se haya centrado más en buscar a fieles que en su cualificación profesional», dice. Y pese a las peculiaridades de Elon Musk, este es lo suficientemente inteligente como para no hacerle sombra.
Por su parte, Jason Xidias, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas, describe a ABC que ambos comparten una visión social conservadora y el deseo de expandir su riqueza e influencia todo lo que puedan. «Al final, para Trump lo importante es su imagen y para Musk, en mi opinión, la desregulación que consiga para sus negocios y el desarrollo de su tecnología», afirma. Además, señala que la política exterior de EE.UU. va a estar centrada en China más que ninguna otra preocupación, y a lo mejor Musk en ese sentido puede jugar un pequeño papel como intermediario entre los dos países.
«Elon Musk podría sobrevivir sin la alianza con Trump en el sentido que lo ha hecho hasta el presente, pero le conviene estar en su órbita porque tiene causas abiertas tanto en Estados Unidos como en la UE contra sus empresas y llegó a decir que podría acabar en la cárcel por ellas», establece Xidias.
Asimismo, no hay que olvidar que tras la reelección de Trump, la fortuna de Musk aumentó 70.000 millones de dólares. Con su amistad puede conseguir modificar las limitaciones para las compañías privadas aeroespaciales, como SpaceX. Y el dinero gubernamental destinado a ellas podría aumentar.
Para Trump las amenazas funcionan
En cuanto a la pregunta de a quién le vendría bien que Musk y Trump se llevasen mal, Gurpegui contesta que sería a los grandes empresarios tecnológicos que ahora han dado su brazo a torcer y han empezado a hacer cuantiosas donaciones. Además, indica que hay una cosa con Trump y es que cree que las amenazas funcionan. «Y en parte le están dando la razón. Fue muy significativo, cuando después de las declaraciones de Mark Zuckerberg sobre su decisión de acabar con los verificadores de noticias en Meta, a Trump le preguntase un periodista si ese cambio cree que se debía a sus amenazas. Y respondiera que sí». También le han funcionado con Jeff Bezos y el ‘Washington Post’.
«No creo que él vaya a invadir Groenlandia, ni el canal de Panamá o convierta a Canadá en su estado 51. Pero es una forma de decirle, por ejemplo, a Dinamarca que se ponga las pilas frente a Rusia. Así que él presiona pidiendo 5, para luego quedarse con 2. Y tienes que estar contento de que no haya llegado a 5», indica Gurpegui. Ya lo decía Trump en su etapa como vendedor: «Cuando construyo para alguien, siempre añado 50 millones de dólares al precio final«.
Aunque, para Gurpegui, en su tónica de apretar las tuercas corre un peligro en el tema de los aranceles. Subirlos a productos extranjeros no quiere decir que vayan a bajar los nacionales, y esto puede hacer que otros países se acerquen a China. De hecho, la comunidad económica europea ya estaba trabajando antes de las elecciones en la hipótesis de que ganara Donald Trump para responder también con aranceles a Estados Unidos.
Una Europa sin demasiados planes B y un caos 2.0
No obstante, Xidias como Gurpegui indican que los europeos nos hemos dormido en los laureles a la hora de saber cómo reaccionar al tándem Musk y Trump o cuando van por separado. Además, por un lado, «Trump está proponiendo un tipo de relaciones internacionales distintas a lo que hemos conocido hasta ahora, y para la OTAN como en la comunidad económica europea, esta puede ser una buena oportunidad para que Europa se reestructure», indica. Y por otro, Encina señala que Musk es «un libertario que odia todo tipo de burocracia y la UE es sobre todo eso. Entonces vemos como agita el sentimiento anti-Unión Europea».
Tampoco hay que olvidar, como recalca Xidias, con respecto a lo que haga Trump que está en su segundo mandato. «No tiene esa presión electoral. Su partido sí», señala. Y es un factor a la hora de hablar de quién puede imponerse Musk o Trump. Y el magnate es un zorro viejo que también tiene sus trucos.
Haberman enfatiza que «Trump mantiene a la gente cerca durante mucho tiempo si le son útiles y casi nunca cierra totalmente la puerta. Y Musk viene con mucho dinero, creo que eso le da mucho tiempo». Sin embargo, añade que Trump es un «circo de una sola pista», y parece que Musk no se ha dado cuenta de eso todavía». «Es como ver arenas movedizas, uno estuviera arriba, otro abajo, pero nadie está totalmente fuera». Al final, lo que está claro es que tendremos nuestra dosis del caos analógico de Trump y el caos tecnológico de Musk, juntos o por separado.