Publicado: diciembre 28, 2024, 5:51 pm
Antes incluso de mudarse a la Casa Blanca, Trump se ha referido a la «necesidad absoluta» de «poseer y controlar» Groenlandia. Además de las tres bases americanas de investigación, que durante la II Guerra Mundial y la Guerra Fría operaron como bases militares, EE.UU. ambiciona las grandes reservas de petróleo, oro, cobre, tierras raras, rubíes y zafiros. El deshielo está haciendo accesibles grandes cantidades de minerales como el litio, el hafnio o el tántalo y está abriendo nuevas rutas de navegación cruciales para plantar cara a la hegemonía comercial de China, que ya ha intentado sin éxito participar en la construcción de dos nuevos aeropuertos en la isla.
Dinamarca ha reaccionado de inmediato a las declaraciones de Trump. Troels Lund Poulsen, ministro de Defensa danés, ha anunciado una nueva partida presupuestaria de 1.300 millones de euros para la Defensa de la isla. Además de dos nuevos buques de inspección de la clase Thetis y dos nuevos aviones no tripulados de largo alcance, en las últimas horas han sido enviados a Groenlandia dos equipos adicionales de perros de trineo y el ejército danés se prepara para reforzar el personal de su Comando de Groenlandia.
La Patrulla Danesa de Trineos Tirados por Perros Sirius ha estado desplegada en Groenlandia desde la II Guerra Mundial y constituye una unidad de élite de las fuerzas especiales de la Marina Real Danesa. Los equipos patrullan la naturaleza salvaje helada durante meses y están armados con rifles automáticos y pistolas, aunque no para protegerse de posibles invasores, sino sobre todo para protegerse de los osos polares y los bueyes almizcleros.
Ahora será reforzada con nueves efectivos y equipos, al tiempo que se realizan mejoras en los aeropuertos de la isla, como el de Kangerlussuaq, para que puedan albergar los aviones de combate F-35. «El hecho de que un avión de combate como el F-35 pueda operar, es decir, despegar y aterrizar desde Groenlandia brindará oportunidades adicionales, tanto en términos de monitoreo como de contraataque», ha explicado Mads Korsager, experto de Defensa de Danmarks Radio.
Poulsen admite que Dinamarca, como miembro de la OTAN, está preparada para «trabajar con Estados Unidos», en virtud del Acuerdo de Defensa de 1951, que otorga a Washington jurisdicción exclusiva sobre áreas de defensa en Groenlandia y la capacidad de aumentar la vigilancia de las aguas del Ártico, una parte central de la estrategia ártica de la OTAN.
En el remoto noroeste de Groenlandia se encuentra la Base Espacial Pituffik, anteriormente Base Aérea Thule, operada por la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, que alberga además personal de Dinamarca, Canadá, Groenlandia; y sirve como centro de vigilancia espacial. Además, allí está instalado un sistema de radar de alerta temprana, que monitorea los lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales desde Rusia, Oriente Próximo, Corea del Norte y China cruzando el Ártico.
Ahora, por primera vez, el ejército danés imparte formación militar a jóvenes groenlandeses, con prácticas de puntería y técnicas de rescate a personas del agua de mar helada, además de nociones básicas de extinción de incendios y ejercicio de kilómetros de marcha a través del paisaje ártico. El Gobierno justifica esta formación como una «inversión en la resiliencia de la sociedad groenlandesa», en una operación encubierta de relaciones públicas: la antigua colonia podría, en teoría, abandonar la comunidad imperial danesa y el reino danés perdería el 98% de su superficie y su acceso al Ártico. Desde el Folketing, el portavoz del Partido Popular Conservador, Rasmus Jarlov, ha calificado de «inaceptable que un país aliado empiece a soñar con tomar el control de territorio danés«.
