Publicado: mayo 15, 2025, 10:38 am
Un equipo de investigadores ha desarrollado un procedimiento que detecta de forma temprana el declive muscular y funcional en personas mayores, una forma sencilla y objetiva de medir cómo varían las capacidades al envejecer a partir de un gesto tan cotidiano como sentarse y levantarse.
Un grupo de la facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada (UGR), liderado por el investigador Daniel Jiménez Lupión, ha diseñado este método sencillo e innovador que permite anticipar el declive muscular en personas mayores.
Lo hace a partir de un gesto cotidiano y sencillo: sentarse y levantarse de una silla, pero que en mayores de 60 años sirve para evaluar el rendimiento neuromuscular y para detectar de forma temprana el deterioro muscular y funcional.
Esta prueba está pensada para personas mayores, una población especialmente vulnerable a la pérdida de funcionalidad y lesiones graves asociadas a las caídas.
El equipo de esta investigación ha combinado el trabajo con un dinamómetro electromecánico funcional, una herramienta que mide la fuerza aplicada durante el movimiento, y el test de sentarse y levantarse con carga.
Esta combinación proporciona una forma sencilla y objetiva de medir cómo varía la potencia muscular al envejecer, según los resultados del estudio, que ha publicado la revista Experimental Gerontology.
En la investigación han participado 113 voluntarios divididos en dos grupos, uno de entre 40 y 59 años y un segundo con mayores de 60 años.
Durante la prueba, cada participante realizó cinco repeticiones de sentarse y levantarse de una silla bajo cinco cargas cada vez más pesadas mientras el dispositivo registraba en tiempo real la fuerza, la velocidad y la potencia de empuje del tren inferior.
De estos datos se han extraído tres parámetros clave que describen la máxima fuerza teórica, la máxima velocidad teórica y la potencia muscular general.
Los resultados han revelado que los adultos mayores presentaban valores significativamente inferiores en todos los indicadores de la relación carga-velocidad respecto al grupo de mediana edad, confirmando el declive de la función muscular con el paso de los años.
Además, estos parámetros han mostrado una alta correlación con otras pruebas de rendimiento muscular y calidad de vida, lo que refuerza su validez como marcador de salud musculoesquelética.
A diferencia de las técnicas tradicionales que miden esfuerzos máximos en un solo movimiento, este protocolo emplea un gesto natural y cotidiano y permite evaluar la calidad muscular de manera rápida y sin excesiva fatiga.