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¿Deportado por Trump por un tatuaje del Real Madrid? La historia de Jerce Reyes Barrios

Publicado: marzo 21, 2025, 6:45 am

Su pasión por el fútbol le llevó a ser jugador profesional y entrenador de categorías inferiores. Su pasión por el Real Madrid le llevó a tatuarse una imagen que le recordaba al escudo del club de sus amores. Ese tatuaje podría ser lo que le ha llevado ahora a una cárcel de máxima seguridad de El Salvador.

Jerce Reyes Barrios, de 36 años, es uno de los 238 venezolanos que Donald Trump deportó desde EE.UU. al país centroamericano de forma expedita el pasado fin de semana. El presidente de EE.UU. invocó una ley de 1798, la Ley de Enemigos Extranjeros, ideada para tiempos de guerra, para saltarse los procesos legales que rigen los procesos de deportación.

En esa invocación, Trump dijo que EE.UU. sufre una «invasión» por parte de Tren de Aragua, la banda criminal de origen venezolano que el presidente ha designado como organización terrorista. No hay ataques ni ejército enemigo, «pero estamos en guerra», defendió después.

En alguna trinchera de esa guerra imaginada estaba Reyes, de profesión, guardameta. Según su abogada, Linette Tobin, el tatuaje de inspiración merengue fue una de las causas por las que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés) le acusó de pertenecer a Tren de Aragua.

«La acusación está basada en dos cosas»; ha explicado Tobin en documentos judiciales a los que ha tenido acceso ABC. «Primero, tiene un tatuaje en su brazo con una corona sobre un balón de fútbol y un rosario con la palabra ‘Dios‘. Según el DHS, ese tatuaje es la prueba de que es un miembro de la banda. En realidad, lo eligió porque se parece al escudo de su equipo favorito, el Real Madrid», asegura la letrada, que incluyó en su escrito una imagen con el escudo del equipo más laureado de la historia y otra del brazo de su defendido.

«Segundo, el DHS repasó sus mensajes en redes sociales y encontró una foto de Reyes Barrios haciendo un gesto con la mano que asegura que es también prueba de pertenencia a la banda», añadió. «En realidad, es un gesto común que significa ‘te quiero’ y que se usa habitualmente en el ‘rock’n roll’».

La presencia en redes sociales de Reyes Barrios no parece la de un miembro de una banda criminal. Hay, sobre todo, fotos de fútbol y de su familia. Su abogada asegura que no tiene antecedentes criminales, que no había sido arrestado con anterioridad y que siempre ha tenido un trabajo constante como jugador y entrenador de fútbol.

Solicití asilo en diciembre

Tobin defiende en su escrito un relato muy diferente al de un integrante de Tren de Aragua. Reyes Barrios participó en las protestas en Venezuela contra Maduro en febrero y marzo del año pasado. Tras la segunda fue detenido y torturado. Le aplicaron electrocuciones y asfixia. Cuando le soltaron, huyó a EE.UU. Entró de forma legal a través de la aplicación CBP One, un método que implantó el Gobierno de Joe Biden en un intento -poco exitoso- de ordenar la entrada masiva de inmigrantes indocumentados.

Al contrario que muchos de los que entran al país, se presentó a su cita judicial con las autoridades el pasado septiembre y fue puesto en detención. Solicitó asilo político en diciembre y tenía su cita con el juez migratorio el mes que viene.

Esa cita y la posibilidad de recibir asilo se las perderá. Sin dar noticia a su familia y sin poder hablar con su abogada, Reyes Barrios fue deportado a El Salvador el pasado sábado. Ello a pesar de que su defensa presentó documentos sobre su falta de antecedentes, cartas de empleadores, una declaración del tatuador que le hizo la imagen similar a la del Real Madrid y una explicación del gesto de la mano y que eso le permitió que le trasladara fuera de la cárcel de máxima seguridad de California en la que estaba internado.

El de Reyes Barrios es uno de los testimonios que hacen dudar de que todos los deportados fueran de la banda criminal

Pero, de un día para el otro, le trasladaron a Texas. Y, pocos días después, le subieron a uno de los aviones de deportación exprés. Él es uno de los inmigrantes que aparecieron en los vídeos espectaculares que compartió Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, con la llegada a la cárcel de máxima seguridad CECOT: atados con grilletes, empujados y gritados por los agentes, a los inmigrantes se les rapó el pelo con las cámaras delante y se los introdujo en celdas colectivas con criminales peligrosos.

Es posible que muchos de los inmigrantes que iban en esos tres vuelos organizados a toda prisa por la Administración Trump sean peligrosos miembros de Tren de Aragua. El de Reyes Barrios es uno de los testimonios que hacen dudar de que todos lo fueran.

En los últimos días, abogados y familiares han asegurado que entre ellos hay gente que no tiene nada que ver con la banda criminal. Inmigrantes indocumentados que cruzaron la frontera para trabajar, ahorrar y mandar dinero a su país, sin antecedentes penales. Quizá simplemente, como Reyes Barrios, tenían tatuajes que a las autoridades les parecieron propios de una banda criminal. Ello a pesar de que, al contrario que otras organizaciones criminales, como MS-13, los tatuajes no son un signo realmente distintivo de Tren de Aragua.

Ante las alarmas de que alguien como Reyes Barrios haya podido ser deportado sin proceso legal a un cárcel de El Salvador por tener un tatuaje de su equipo del alma, el DHS salió al paso para defender su deportación exprés.

Una portavoz del DHS, Tricia McLauglin, defendió en la red social X que Reyes Barrios «no solo estaba en EE.UU. de manera ilegal, sino que sus tatuajes se encuadran en aquellos que indican membresía de Tren de Aragua. Y sus propias redes sociales indican que es un miembro de esta banda despiadada».

«Más allá de eso, los análisis de inteligencia del DHS van más allá de un simple tatuaje y tenemos confianza en nuestras conclusiones»; añadió McLauglin.

La portavoz, sin embargo, no ofreció más detalles sobre qué tatuajes de Reyes Barrios o qué mensajes en redes sociales indican que pertenece a Tren de Aragua. Es algo que la Administración Trump no ha hecho con los deportados, de los que no ha dado su identidad ni ha ofrecido las razones para la expulsión expedita con una ley pensada para tiempos de guerra que se salta los procesos y garantías legales.

Demanda de urgencia

Esa es una de las razones por las que los abogados de varios inmigrantes detenidos interpusieron una demanda de urgencia y un juez federal ordenó la paralización cautelar de las deportaciones. La Administración Trump, sin embargo, desoyó al magistrado -James Boasberg, de Washington- y no hizo regresar a los aviones.

Boasberg trata ahora de determinar si el Gobierno incumplió o no una orden judicial. Es decir, si se saltó la separación de poderes. El episodio ha provocado el mayor choque institucional en lo que va de segundo mandato de Trump, en medio de peticiones de ‘impeachment’ o juicio político al juez por parte del presidente de EE.UU., un movimiento extraordinario que provocó la amonestación por parte del magistrado jefe del Tribunal Supremo, el conservador John Roberts.

En una entrevista en Fox News, preguntaron al secretario de Estado, Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, sobre la falta de pruebas concretas sobre la pertenencia a Tren de Aragua de todos los venezolanos deportados a El Salvador.

«Si resulta que uno de ellos no lo era, en cualquier caso seguían estando de manera ilegal en nuestro país», se limitó a decir. «Los salvadoreños pueden deportarlos de vuelta a Venezuela, pero para empezar no deberían estar en nuestro país».

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