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Confusión por la orden de Trump de paralizar de forma generalizada la asistencia y subvenciones federales

Publicado: enero 28, 2025, 7:26 pm

Una directiva compartida por el incipiente Gobierno de Donald Trump sumió este martes a autoridades locales, estatales y federales, además de a miles de organizaciones asistenciales, en el caos y la confusión: a última hora de la noche del lunes, la Oficina de Gestión y Presupuestos de la Casa Blanca compartió un memorándum en el que se anunciaba la paralización, de forma generalizada, de la asistencia y subvenciones federales.

Las agencias federales «deben parar de manera temporal todas las actividades relacionadas con sus compromisos o con el desembolso de toda la ayuda financiera federal», escribía el director interino de esta oficina, Matthew Vaeth. La orden estaba prevista que entrara en vigor a partir de las cinco de la tarde -once de la noche en España- del martes.

La redacción de la directiva dejaba en el aire más preguntas que respuestas, con cientos de miles de millones de dólares en financiación federal de la que dependen personas y organizaciones de todo el país pendientes de su significado. Según el texto, de los diez billones de dólares del presupuesto federal del año 2024, tres billones se dedicaron a asistencia financiera federal y que, hasta ahora, parte de ello ha sido dedicado a «promover igualdad marxista, agenda transgénero y políticas de ingeniería social que son una desperdicio del dinero de los contribuyentes». Por ello, se exigirá la revisión de «todos los programas de asistencia federa».

Por un lado, la directiva menciona que esa asistencia financiera «incluye, pero no de forma exclusiva, la asistencia financiera para ayuda extranjera, organizaciones no gubernamentales, programas de DEI (diversidad, equidad, inclusión), ideología de género ‘woke’ y el Green New Deal (políticas medioambientales)».

Al mismo tiempo, el texto especifica que el congelamiento de la asistencia federal no afectará a los programas de Seguridad Social -el pago de las pensiones- o Medicare -la asistencia sanitaria a jubilados-. Tampoco a programas en el que el Gobierno federal proporcione «asistencia de manera directa a las personas», por lo que podrían también quedar excluidas los cupones alimenticios que reciben millones de ciudadanos.

Pero no dice nada de otros grandes programas asistenciales que se proveen a través de entidades locales o estatales, como Medicaid, el programa federal de asistencia sanitaria a personas de bajos recursos, del que dependen 80 millones de estadounidenses. O de programas muy consolidados, como HeadStart, por el que cerca de 800.000 niños vulnerables reciben asistencia.

Primera intervención

En su primera rueda de prensa como portavoz principal de Trump, Karoline Leavitt dijo desde la Casa Blanca no pudo confirmar si los pagos a Medicaid se librarán o no. Pero, mientras hablaba la jefa de Prensa, los sistemas electrónicos por los que el Gobierno federal envía pagos a los estados para Medicaid habían dejado de funcionar.

El congelamiento ha llenado de preocupación a los gobiernos locales y estatales, donde muchos servicios dependen de la asistencia federal. Por ejemplo, Nueva York, uno de los estados más poblados del país, tiene previsto recibir 90.000 millones de dólares en financiación federal este año. De ellos, dos terceras partes se dedican a Medicaid. Pero también hay partidas importantes a educación -4.700 millones- o infraestructuras de transporte -3.000 millones-.

El senador neoyorquino Charles Schumer, líder de la bancada demócrata en la Cámara Alta, condenó la decisión de la Administración Trump y alertó de que supondrá «perder de todo, desde salarios a pagos de alquiler, y caos por todos lados, desde universidades a organizaciones asistenciales, pasado por la ayuda estatal para desastres, fuerzas de seguridad locales, ayuda a los mayores y alimentos para los más necesitados».

Pero no solo protestaron los demócratas. Republicanos como Jeff Landry, gobernador de Luisiana y gran aliado de Trump, exigió a la Casa Blanca que diseñe una ruta para «desligarnos de políticas innecesarias y atroces sin comprometer la estabilidad financiera de nuestro estado».

Al mismo tiempo, una cascada de demandas por parte de fiscales generales estatales y de organizaciones no gubernamentales buscaba que los tribunales pararan la ejecución de esa directiva.

En medio del caos, con exigencias de clarificación desde gobiernos y agencias de todo el país, la Oficina de Gestión y Presupuesto mandó un segundo documento a los legisladores de Washington en el que aseguraba que la congelación de asistencia federal «no se aplica de forma generalizada», como parecía indicar la directiva, y que se limita a los programas señalados por Trump en sus órdenes ejecutivas, que «cualquier programa que proporciona beneficios directos a personas no es objeto de la pausa», y mencionó a HeadStart y los cupones alimentarios de manera específica.

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