Publicado: agosto 5, 2025, 5:00 am
La llegada de las altas temperaturas provoca que muchos deportistas decidan interrumpir su rutina deportiva, sobre todo para los que la suelen realizar al aire libre. Justo en el lado opuesto, también son muchas las personas que deciden entrenar exactamente en las mismas condiciones que en épocas en las que la temperatura es más agradable y menos amenazante para la salud, lo que constituye un riesgo severo.
Para evitar ambas circunstancias, debemos ajustar “la intensidad, duración y condiciones del entrenamiento”, indica Miguel Lobo, preparador físico del Centro de Rehabilitación de Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla.
Para continuar con nuestra actividad deportiva, “se debe hacer una correcta hidratación y modificación de los horarios”, advierte el especialista. No obstante, si logramos ajustarlo bien, podemos seguir con el ejercicio “incluso en ambientes calurosos”.
La deshidratación, los golpes de calor, los calambres musculares e incluso las hipotermias son peligros muy a tener en cuenta a la hora de hacer deporte en verano. En concreto, “el golpe de calor en una temperatura corporal mayor a 40.5 ºC puede provocar disfunción neurológica y colapso”, alerta el experto, puesto que “el estrés de nuestra temperatura corporal compromete el rendimiento y aumenta el riesgo de eventos agudos”.
Precauciones principales
Tener en cuenta el grado de humedad, la radiación solar y el viento antes de hacer ejercicio físico en exteriores es imprescindible para cuidarnos. Entre los 28 y los 32 grados el riesgo a sufrir un golpe de calor u otra afección vinculada con las altas temperaturas es alto. Si se superan los 32 grados, Lobo recomienda suspender la actividad.
Para no interrumpir nuestra rutina deportiva hasta que las temperaturas sean más suaves, el preparador físico del Centro de Rehabilitación Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla recomienda ejercitarse entre las seis y las nueve de la mañana o al atardecer, entre las ocho y diez de la tarde. Además, agrega que “entrenar fuera de las horas más extremas reduce el estrés térmico entre un 30% y un 40%”.
“Entrenar fuera de las horas más extremas reduce el estrés térmico entre un 30% y un 40%”
Las medidas de prevención no se quedan ahí. La aclimatación progresiva, la hidratación constante antes, durante y después del ejercicio, el uso de ropa transpirable ancha y clara, el enfriamiento con hielo, paños húmedos y baños de agua fría y controlar la duración e intensidad de los ejercicios son cinco pautas fáciles de aplicar que evitan complicaciones.
Personas que deben tener especial cuidado
A causa de la menor capacidad de sudoración y regulación térmica, los niños deben tener especial cuidado a la hora de ejercitarse en época de altas temperaturas. Los mayores de 65 años, al tener menor sensación de sed y padecer un mayor riesgo térmico, también constituyen un colectivo de riesgo.
“La evaporación del sudor es menos eficaz con alta humedad”
“La evaporación del sudor es menos eficaz con alta humedad”, advierte el experto, que apunta que “el calor reduce el gasto cardíaco hacia los músculos y aumenta el riesgo térmico”. Por esta razón, tanto niños como mayores de 65 años deben aplicar a rajatabla las mencionadas medidas de prevención con el fin de evitar calambres, alteraciones en el rendimiento neuromuscular e incluso problemas en la piel.