Publicado: julio 22, 2025, 5:00 am
Formarse en primeros auxilios es básico y fundamental, especialmente en época estival. Las altas temperaturas, junto con los períodos vacacionales, modifican las pautas de comportamiento de la población y con ello incrementa el riesgo de sufrir lesiones. Las lesiones cutáneas más frecuentes son quemaduras solares, eccemas, erupciones e incluso picaduras de insecto, así como la posibilidad de sufrir lesiones por el desarrollo de actividades deportivas.
La afluencia en consulta médica incrementa notablemente en verano por diferentes motivos: “El principal riesgo de complicación de cualquier patología crónica es la deshidratación en todos sus grados”, explica la coordinadora de Urgencias del Hospital Quirónsalud Valencia, la doctora Mayte Resta. En función de las patologías previas de los pacientes o la gravedad misma de la deshidratación, los pacientes pueden presentar distintos síntomas asociados a diferentes reacciones fisiopatológicas.
Sería “muy útil” que “toda persona adulta que tenga a su cargo a pacientes vulnerables” contara con “nociones básicas de primeros auxilios”, estima la doctora Resta, de especial interés si el adulto tiene una relación laboral con los pequeños o los mayores. Asimismo, los socorristas deben estar entrenados en primeros auxilios, así “como todos los integrantes de los cuerpos de seguridad del Estado”.
Los pacientes más vulnerables, en todas las épocas del año, son “los niños por debajo de seis años y los ancianos por encima de los setenta”, indica la especialista. Asimismo, todos los grupos poblacionales que presenten alguna patología crónica, cardíaca o nefrológica deben tener especial cuidado con la llegada del calor.
Lo más básico
Existen intervenciones muy sencillas y fáciles de entrenar, que pueden salvar una vida o evitar grandes complicaciones:
Detener una hemorragia presionando el punto de sangrado es el primero de los recursos que deben conocerse.
La maniobra de Heimlich es un movimiento mediante el que se incrementa la presión intratorácica con el objetivo de desimpactar un alimento del en caso de atragantamiento, todos deberíamos saber realizar.
Iniciar compresiones torácicas en el tercio distal del esternón, dejando caer el peso de nuestro cuerpo con los codos extendidos y a una frecuencia en torno a 100-120 latidos por minuto, en pacientes “que presenten una pérdida de conocimiento sin pulso periférico” está especialmente indicado en cualquier época del año.
Protocolo PAS
El protocolo PAS (proteger, alertar y socorrer) es un procedimiento por el que debe regirse cualquier persona a la hora de socorrer, especialmente las zonas más propensas a complicaciones en época estival, como son “las zonas de recreo y parques acuáticos, las áreas deportivas y las terrazas de restaurantes”.
“Toda persona está tienen recursos para realizar los dos primeros pasos del protocolo, o al menos avisar”, señala la doctora, que añade que dar la voz de alarma y no poner en riesgo la vida del auxiliador o de la víctima “ya es una forma de socorrer”. La doctora Resta advierte que la atención sanitaria la deben proporcionar los profesionales que tengan conocimientos para ello, aunque todas las maniobras que hemos descrito anteriormente, pueden proporcionar una oportunidad de vida que, sin ellas, disminuiría drásticamente.
“Todos los integrantes de los cuerpos de seguridad del Estado deben estar entrenados en primeros auxilios”
Especial atención
Todos debemos incrementar el nivel de alerta en verano en parques de atracciones, áreas deportivas, parques infantiles “y en terrazas donde no sea posible controlar la temperatura”, añade la especialista. Para ello, debemos adecuar el vestuario a la temperatura ambiente, utilizando ropa fresca y cómoda y protegiendo nuestra cabeza de la incidencia directa del sol.
Una hidratación frecuente y regular con agua, evitar refrescos y bebidas alcohólicas, y eludir exponerse al sol en las horas de mayor incidencia de rayos solares son otras pautas claves que ofrece la doctora Resta.