Publicado: agosto 25, 2025, 3:07 pm

El mes de julio pasado, François Bayrou, primer ministro, jefe de gobierno, hizo un balance catastrófico de las cuentas de la Nación, el Estado. Cuarenta y cuatro dÃas después, la tarde del lunes, anunció la convocatoria de una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional ( … AN), el próximo 8 de septiembre, que deberá aprobar o rechazar unos presupuestos del Estado rechazados por la gran mayorÃa de las fuerzas polÃticas nacionales.
Durante una rueda de prensa de dos horas cortas de duración, Bayrou intentó «contentar» a casi todo el abanico polÃtico nacional, del presidente Macron a la extrema derecha de Marine Le Pen, la fuerza mayoritaria en la Asamblea Nacional, la única que puede salvar al presidente y el gobierno de una censura parlamentaria a repetición.
Sindicatos, izquierdistas y ecologistas han convocado una gran jornada de protesta nacional, el próximo dÃa 10 de septiembre, con la «ambición» de paralizar Francia «indefinidamente». A juicio de Bayrou, esa jornada es un riesgos de «caos nacional», y propone «desactivar» esa amenaza grave convocando una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional (AN) para intentar conseguir la aprobación de sus proyectos.
Ante esos desafÃos y amenazas, sin precedentes en la historia de la V República, fundada entre 1958 y 1962, Bayrou comenzó su rueda de prensa con una larga y sombrÃa exposición de los peligros nacionales e internacionales que amenazan el futuro de Francia y el futuro de Europa:
– «Europa está dividida y es impotente ante el comportamiento rapaz de los imperios». Alusión a los EE. UU., China, Rusia.
– «Ante esa situación, inquietante, Francia está en peligro grave, vÃctima de su endeudamiento. Desde hace más de veinte años, cada hora que pasa la deuda del Estado aumenta en 12 millones de euros. Esa deuda es hoy la primera carga de los presupuestos del Estado. El pago de los intereses de la deuda es más importante que los presupuestos de Educación y Defensa».
Esa tragedia nacional es bien conocida. Comenzó con François Mitterrand (1981 – 1985) y continuó con Jacques Chirac (1995-2007), Nicolas Sarkozy (2007-2012), François Hollande (2012-2017) y Emmanuel Macron (elegido por vez primera por vez primera el 2017), Bayrou propone decisiones relativamente modestas, que son rechazadas por todo el abanico polÃtico nacional.
El primer ministro propone reducir en 44.000 millones de euros los presupuestos del Estado del año que viene. Proyecto rechazado por una inmensa mayorÃa de las fuerzas polÃticas parlamentarias. La tarde del lunes, Bayrou arremetió con mucha energÃa contra sus principales detractores.
Ante la gran jornada de lucha y manifestaciones del próximo dÃa 10, convocada por sindicatos, ecologistas y La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), Bayrou arremete con energÃa: «Por ese camino, Francia se dirigÃa al caos y la ruina».
Ante el PS, dividido sobre el proyecto de censura o no censura del gobierno, Bayrou está dispuesto a «negociar». Varios dirigentes socialistas han repetido que los presupuestos de Bayrou son «infumables» y dudan entre votar o no votar la censura que reclama la extrema izquierda.
Ante el resto de las fuerzas polÃticas, Los Republicanos (derecha tradicional), varios grupúsculos centristas y Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), Bayrou ha convocado una reunión extraordinaria de la Asamblea Nacional, el próximo dÃa 28. El gobierno presentará sus presupuestos y los diputados deberán votar o rechazar ese proyecto. Dudas y riesgos muy graves, para Francia y Europa.
A juicio de Bayrou, Francia «está al borde del caos y la crisis sin precedentes del endeudamiento, en una geografÃa mundial inquietante». Ante esos riesgos, sin precedentes, el primer ministro espera que la sesión parlamentaria extraordinaria del próximo dÃa 8 evite la agravación de todas las amenazas. Si ese proyecto fracasa, la crisis nacional francesa se agravará peligrosamente.
Moción de censura y elecciones anticipadas
Extrema derecha y extrema izquierda, las dos grandes fuerzas polÃticas mayoritarias en Francia, rechazan el proyecto de François Bayrou, primer ministro, de convocar una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, amenazando con precipitar la caÃda del gobierno y agravar una histórica crisis sin precedentes.
Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional (extrema derecha), el primer partido de Francia, fundado por Marine Le Pen, reaccionó con extrema rapidez al proyecto del jefe de gobierno, en estos términos: «François Bayrou acaba de anunciar el fin de su gobierno, minado por el inmovilismo satisfecho. Nuestro partido no votará nunca la confianza a un gobierno que no tiene la confianza del pueblo francés».
El lÃder emergente de la extrema derecha de la familia Le Pen anuncia un proyecto polÃtico «alternativo», que pasa por la censura, el hundimiento del gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas: «Nuestros compatriotas esperan la alternancia polÃtica. Nosotros estamos preparados».
Laure Lavalette, portavoz del partido de Marine Le Pen, insiste en la crÃtica y el proyecto de derrocar al gobierno: «Bayrou ha hecho una crÃtica radical de la situación. Lleva razón. Debe largarse y que otros ocupen su lugar. Estamos dispuestos».
Mathilde Panot, portavoz de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el segundo partido francés, reaccionó en los mismos y amenazantes términos: «Antes que asumir el caos provocado por el presidente Emmanuel Macron, Bayrou ha preferido elegir una fecha para largarse. Tomamos nota. Que se marcha. El pueblo francés no los quiere».