Publicado: abril 12, 2025, 5:00 am
Durante la última décadas hemos visto un cambio a nivel global en las actitudes y en la legislación acerca de la marihuana, una ola en la que no se han quedado atrás países como España. Esta tendencia liberalizadora no sólo ha ayudado a descriminalizar a las personas consumidoras, sino que también ha sido clave para permitir una investigación y un debate más honestos y abiertos en torno a los riesgos y potencial terapéutico del cannabis.
De esta forma, en los estos años hemos comenzado a aprender más que nunca sobre esta planta cuyo uso es milenario, pero sobre la que las evidencias científicas (las de calidad) escaseaban. Por ejemplo, sabemos que puede ayudar a abordar el dolor, las náuseas, los espasmos musculares, trastornos del apetito y trastorno de estrés post-traumático, y hasta se han aprobado fármacos derivados de la planta en países como España para estos usos. Pero, por otro, también comenzamos a vislumbrar que sus riesgos para la salud mental, el sistema digestivo, los pulmones o el sistema circulatorio podrían ser más graves de lo que imaginábamos.
Como recopila el medio National Geographic, estos son algunos de los últimos descubrimientos acerca de la marihuana que nos están haciendo reconsiderar lo que sabemos sobre esta sustancia.
Es eficaz contra el dolor… aunque no en todos los casos
El uso del cannabis para el dolor en algunas personas con ciertas patologías crónicas, o que está recibiendo tratamientos como la quimioterapia, está bien documentado y sustentado por la evidencia científica Es de hecho, una de las aplicaciones para las que se aprueba su uso terapéutico en muchas legislaciones.
Sin embargo, esta utilidad podría no extenderse a toda la población. Recientemente, una revisión de la literatura publicada en el medio especializado JAMA Network encontró que la reducción del dolor observada en los estudios con cannabinoides era atribuible en al menos un 67% al placebo. Por esta clase de evidencias, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor declinó en 2021 promocionar este uso del cannabis.
El cannabis no es inocuo
Hay que poner las cosas en perspectiva. El cannabis no conlleva los mismos riesgos, ni inmediatos ni crónicos, que otros fármacos como pueden ser los opioides. Esto no significa que su consumo esté exento de efectos negativos, y en los últimos años hemos tenido la oportunidad de documentar algunos de ellos con gran detalle.
Por ejemplo, el uso de cannabis puede inducir síntomas psicóticos (lo que se conoce como psicosis inducida por sustancias), exacerbar los síntomas de problemas psiquiátricos subyacentes, a veces no diagnosticados (como ansiedad, cuadros depresivos o incluso esquizofrenia), provocar problemas cardíacos en el largo plazo o incrementar el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer.
Hay que destacar que estos riesgos, además, se incrementan por el hecho de el cultivo selectivo ha dado lugar a la presencia en el mercado de cepas cada vez más potentes (con mayor concentración de sustancias psicoactivas como el tetrahidrocannabinol o THC).
Un raro síndrome vinculado al cannabis
En 2004 se describió por primera vez una condición llamada síndrome de hiperémesis cannabinoide, que consiste en episodios reiterados de náusea, vómitos y dolor abdominal severo en usuarios de cannabis. Desde entonces, y especialmente desde la legalización de la sustancia en gran parte del territorio de Estados Unidos, se han producido millones de ingresos en emergencias por este motivo.
A día de hoy, los expertos estiman que el síndrome de hiperémesis cannabinoide afecta a en torno a 2,75 millones de personas en los Estados Unidos cada año. El principal factor de riesgo es una historia de uso extensivo (varias veces al día durante años) de cannabis, y la única solución eficaz a largo plazo que se ha encontrado hasta ahora es el abandono del hábito.
Un sorprendente impacto cardiovascular
Tradicionalmente se ha asociado el cannabis sobre todo con riesgos respiratorios o para la salud mental, pero los últimos estudios apuntan a otro lugar: a un inusitado impacto negativo sobre la salud cardiovascular de las personas consumidoras.
Por ejemplo, un estudio publicado el año pasado en el medio especializado Journal of the American Heart Association documentó que los usuarios habituales de cannabis tenían hasta un 25% más de riesgo de infarto de miocardio y hasta un 42% más de riesgo de padecer un ictus.
Probablemente, esto se deba a que el THC afecta al flujo de sangre en las arterias; además, la inhalación de partículas, un fenómeno que se produce al fumar (y más cuando se usan filtros de cartón o no se usan filtros) empeora ese riesgo.
Dos variedades, una realidad
Por lo general, se considera que hay dos grandes cepas o variedades de cannabis: cannabis indica y cannabis sativa. Aparte de diferencias morfológicas en la propia planta, supuestamente contienen diferente proporción de los dos principales compuestos activos de la marihuana (THC y CBD), provocando efectos subjetivos diferentes.
En realidad, cada vez tenemos más indicios de que estas etiquetas tienen poco o ningún significado real y de que las diferencias genéticas y químicas entre las variedades no son significativas. En países en los que el cannabis se vende de manera legal al público, esto supone el problema ya que los consumidores escogen una u otra buscando efectos subjetivos o terapéuticos distintos.
De hecho, este dato habla de un fenómeno que se está produciendo en alguno de los países que han optado por legalizar la sustancia (ya sea para consumo medicinal o recreativo): una carencia de regulación adecuada en cuanto a nomenclatura y concentración de principios activos. Esta circunstancia puede poner en riesgo a los consumidores y muy especialmente a las personas que usan el cannabis de manera terapéutica.
Referencias
Allie Yang. 5 recent scientific findings that change what we know about cannabis. National Geographic (2025). Consultado online en https://www.nationalgeographic.com/science/article/what-we-know-about-cannabis-new-research el 09 de abril de 2025.
Filip Gedin Sebastian Blorné, Moa Pontén et al. Placebo Response and Media Attention in Randomized Clinical Trials Assessing Cannabis-Based Therapies for Pain A Systematic Review and Meta-analysis. Consultado en https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2799017 el 09 de abril de 2025.
Abra M. Jeffers, Stanton Glantz, Amy L. Byers, Salomeh Keyhani. Association of Cannabis Use With Cardiovascular Outcomes Among US Adults. Journal of the American Heart Association (2024). DOI: https://doi.org/10.1161/JAHA.123.030178
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