Publicado: noviembre 4, 2025, 11:48 am

Una semana después de la celebración de unas polémicas elecciones, Tanzania vive sumida en el caos y una tensión máxima después de que Samia Suluhu Hassan (65 años) se ha convertido en la primera presidenta electa del país con el 97% de los … votos. Estas cifras son la muestra irónica y ficticia de un apoyo discutido en las calles y garantizado a través del miedo, la violencia estatal y la coacción, un cóctel que ha estallado esta semana.
El principal partido de la oposición, Chadema, ha acusado al Gobierno de cometer «asesinatos en masa» (se habla de una cifra de entre 500 y 700 muertos hasta la fecha) y ha solicitado una investigación urgente por parte de la comunidad internacional y del Tribunal Penal Internacional. Además, han pedido la restauración del acceso a internet en todo el país.
Suluhu Hassan fue investida este lunes como presidenta de Tanzania, tras unas elecciones empañadas por violentas protestas.
La Misión de Observación Electoral de la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SEOM) también ha expresado dudas sobre la correcta celebración de las elecciones del pasado 29 de octubre. Los más de 80 observadores que supervisaron la votación revelaron «una falta de respeto a las normas democráticas, lo que dio lugar a intimidaciones, incidentes de censura y falta de transparencia sobre el terreno antes y durante el proceso electoral».
Pero, ¿quién es exactamente la nueva presidenta? El recorrido político de Hassan comienza en el año 2000 de la mano de Chama Cha Mapinduzi (CCM) el partido gobernante en Tanzania desde la década de 1960. Tras ocupar puestos ministeriales durante más de una década, John Magufuli la elegiría como compañera en las presidenciales de 2015 y 2020, venciendo en ambas. Sin embargo, Magufuli moriría en 2021, quedando Samia como presidenta hasta el fin del mandato de su antecesor.
Según explica a ABC Jesús Romero, periodista y analista internacional, «su acceso a la presidencia y sus primeras acciones prometían cambios en Tanzania. Por delante, cuatro años de gobierno y una filosofía clara resumida en las ‘4R’: reconciliación, resiliencia, reformas y reconstrucción; que se presumían como los principios básicos de su política. Si bien Samia Hassan ha conseguido reincluir a Tanzania en los circuitos económicos y políticos internacionales, el tiempo y la evidencia han sepultado estas promesas. La reconciliación ha sido sustituida por la represión, las reformas no se han producido y la reconstrucción ha dado paso a las restricciones».
«En los últimos dos años, la hostilidad contra los opositores ha recobrado un impulso inédito. Los secuestros, amenazas y detenciones contra líderes políticos, sociales y activistas se han multiplicado. El control institucional y de los aparatos estatales ha permitido a Mama Samia eliminar de la carrera presidencial a sus principales rivales y concurrir sin competencia a los comicios celebrados el pasado miércoles», subraya Romero.
Lo que se presumía un trámite ha dado paso a un estallido social contra Hassan. A pesar de que los datos le dan el 97% de los votos, las calles de Dar es Salaam y otras ciudades se han convertido en escenario de protestas y violencia.
Represión estatal
La respuesta del Estado ha sido contundente: toques de queda, despliegue militar y represión. «El resultado, 700 muertos según la oposición y no menos de 300 según diversas fuentes, porque todo ocurre en la oscuridad de un país desconectado de internet pero que deja claro que estamos ante una nueva dictadora en África», puntualiza Jesús Romero.
Una fuente diplomática afirmó que existen reportes creíbles de que se registraron cientos – o incluso miles – de decesos en hospitales y centros de salud de toda Tanzania.
Chadema declaró a la AFP que el sábado se habían registrado «no menos de 800 muertes», pero ninguno de estos datos pudo ser verificado. El gobierno no ha hecho comentarios al respecto, salvo para rechazar las acusaciones de que se ejerció un «uso excesivo de la fuerza».
Según otras fuentes diplomáticas, hay «informes preocupantes» de que la policía estaría aprovechando el apagón de internet para ganar tiempo y «perseguir a los miembros de la oposición y a los manifestantes que puedan tener videos» de los abusos presuntamente cometidos la semana pasada.
En Dar es Salaam, la capital económica del país, un periodista de AFP observó el fin de semana pasado que la policía efectuaba controles a los ciudadanos, comprobando documentos de identificación y registrando los bolsos. Las tiendas solo pudieron abrir por la tarde.
El gobierno de Estados Unidos ha pedido a sus ciudadanos reconsiderar cualquier viaje a Tanzania debido a un incremento de la inseguridad relacionada con las protestas, que han resultado en cientos de muertos, según informes de las fuerzas de seguridad.
