Publicado: mayo 22, 2025, 5:00 am
Más allá de una cuestión de ahorro de agua y sostenibilidad, la ducha diaria no parece ser, ni mucho menos, un hábito obligatorio según numerosas voces expertas en salud. Según la Organización Mundial de la Salud, basta con ducharse en dÃas alternos para mantener la higiene recomendable.
Esta misma organización mundial, además, pone el énfasis que basta tres dÃas a la semana para ducharse, sino en el tiempo que permanecemos ‘a remojo’, que nunca deberÃa exceder los cinco minutos. En este sentido, la última voz discordante y cualificada ha sido el doctor James Hamblin, protagonista de un auto-experimento para documentar que la ducha diaria con jabón puede ser perjudicial.
La ducha frecuente y la alteración de la microbiota de la epidermis
Quienes defienden que la ducha debe ser un gesto de higiene responsable y adecuado, ajustado a las necesidades reales de ‘limpiar’ el cuerpo y no a la costumbre cultural que obliga a tener que hacerlo todos los dÃas, hablan del potencial peligro para la piel de los jabones que la mayorÃa usamos.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo en cuanto a extensión, y la primera lÃnea de defensa que nos protege de las agresiones externas. Si sometemos a la epidermis a constantes daños con productos agresivos que componen los geles y jabones de ducha en la mayorÃa de los casos, estaremos alterando la microbiota y debilitando las defensas más externas.
En este planteamiento se sitúa el médico estadounidense de Medicina Preventiva James Hamblin, que ha querido probar personalmente los beneficios de dejar de ducharse a diario para preservar la capa lipÃdica de la piel y su grasa natural, tan beneficiosa para la salud general. Sus conclusiones han encontrado el altavoz en la cadena de televisión CNN.
Las consecuencias negativas de una limpieza excesiva
Hamblin ha permanecido durante cinco años llevando a cabo una higiene ‘minimalista’, evitando el uso de determinados jabones agresivos con la piel (que resultan ser la mayorÃa de los que encontramos en las grandes superficies).
Con los resultados de su experiencia personal ha publicado el libro ‘Clean, The New Science of Skin’, demostrando que hoy en dÃa las duchas van más allá de un gesto de higiene que elimina suciedad y bacterias. «La mayorÃa de los productos de cuidado personal están diseñados para tener buen olor y sensaciones placenteras, pero no son beneficiosos para la salud de la piel».
El experto ha llegado a la conclusión definitiva de que «no son necesarias ni mucho menos las duchas diarias, siempre y cuando se sigan llevando a cabo prácticas de higiene fundamentales como mantener las manos limpias o lavarse la cara«. El efecto de una limpieza excesiva es eliminar sobre microorganismos esenciales de la piel, que altera el equilibrio natural y puede ocasionar enfermedades como el acné«.