Publicado: agosto 14, 2025, 8:04 pm

El expresidente y líder de la ultraderecha brasileña, Jair Bolsonaro, principal acusado, y otros siete reos, se han declarado inocentes en las alegaciones finales del proceso que los apunta como autores de un plan de golpe de Estado contra su sucesor, el actual mandatario … Luiz Inácio Lula da Silva. Las alegaciones finales son el último paso antes de que la Corte Suprema fije la fecha del juicio. El grupo forma parte del llamado ‘núcleo crucial’ que, según la Fiscalía General de la República, actuó para la ruptura democrática y llegó a pensar en un magnicidio contra Lula, su vicepresidentente, Geraldo Alckmin, y contra el juez Alexandre de Moraes, que lidera el proceso judicial.
Bolsonaro está en prisión domiciliaria decretada por Moraes desde el 4 de agosto pasado en su casa en Brasilia, con restricción de visitas y usando una tobillera electrónica. Según una encuesta de Datafolha publicada el jueves, el 51% de los brasileños son favorables a su prisión domiciliaria y un 53% creen que el juez Moraes actúa dentro de la ley, en un país que sigue muy dividido.
Bolsonaro, señalado por la Fiscalía como el «principal articulador, mayor beneficiario y autor de los más graves actos ejecutivos» de la conspiración, ha defendido su inocencia. Sus abogados han optado por una estrategia agresiva: cuestionar no solo la acusación, sino la legitimidad del proceso judicial en sí mismo, cuestionando al juez Moraes y sus colegas de ya tener la sentencia lista. En un documento de 197 páginas, la defensa solicita la anulación de la delación premiada del teniente coronel Mauro Cid, exmano derecha de Bolsonaro, cuyas revelaciones son pieza clave en la investigación.
«La defensa del expresidente optó por ir más allá del mero contraataque a la acusación y transformó la pieza en un acto de indignación contra la forma de actuación de las instituciones brasileñas», explica Flávia Maia, analista judicial del portal JOTA, especializado en temas jurídicos. La defensa, consciente de que la condena «está puesta incluso antes del juicio», utilizaría estas alegaciones como una plataforma para reforzar el discurso de persecución política, dice la especialista.
Según Flávia Maia, la pieza jurídica comienza con la frase: «’Un proceso tan histórico como inusitado», una estrategia de impacto de los abogados para tratar de desvincular a Bolsonaro del liderazgo de la trama. La defensa argumenta que «no hay pruebas» que conecten al expresidente con una organización golpista y que los elementos de la acusación, como el borrador del golpe, son «frágiles».
Con la fase de alegaciones concluida, el caso se prepara para el juicio. El juez Moraes, responsable de la instrucción del proceso, debe ahora elaborar un informe completo del caso. El juicio debe realizarse en la Primera Sala de la Corte Suprema, presidida por el juez Cristiano Zanin, y debe ocurrir probablemente en septiembre. El juez Zanin, nombrado por Lula, fue también abogado del actual presidente cuando estuvo preso entre 2018-19, razón por la cual también ha sido cuestionado por la defensa.
El juicio se llevará a cabo con la presentación del informe por parte del juez Moraes, seguido de las exposiciones de la acusación y las defensas de cada uno de los imputados. Los ministros votarán de forma individual y la decisión de absolución o condena se tomará por mayoría simple. En total, tres votos serán suficientes para emitir un veredicto final.
Las defensas de los demás acusados también han presentado sus argumentos. Los abogados del general Walter Braga Netto, que está preso desde enero en un cuartel de Río de Janeiro, pidieron que el caso sea enviado a un tribunal de primera instancia, alegando la incompetencia de la Corte Suprema y la sospecha sobre Moraes. Por su parte, la defensa del exministro bolsonarista Anderson Torres negó el plan golpista, mientras que el general Augusto Heleno, también cercano a Bolsonaro, solicitó una pena menor, alegando su poca relevancia en las acciones.
El almirante Almir Garnier, excomandante de la Marina, afirmó no tener ninguna implicación en la trama. La defensa del general Paulo Sérgio Nogueira usó las declaraciones del delator Mauro Cid para justificar que él le había dicho a Bolsonaro que el plan era una «una locura». Todas las defensas, sin embargo, piden la absolución y niegan los crímenes imputados.