Publicado: septiembre 8, 2025, 10:18 am

No sólo los sistemas sanitario y de transporte deben prepararse para una situación de guerra, según el nuevo protocolo «Operación Alemania», ideado por el teniente general André Bodemann y que en sus más de mil páginas detalla como reorganizar sus capacidades militares y … civiles ante un posible conflicto de gran escala. Aunque hace ya más de dos años que los hogares alemanes recibieron instrucciones sobre los productos de primera necesidad que deben tener en casa, entre los que se cuentan alimentos no perecederos y agua potable para al menos dos semanas de consumo, el gobierno alemán puede verse en la situación de tener que proporciona alimentos y el Ministerio de Agricultura se está ocupando de garantizar ese supuesto. Más específicamente, es la Oficina Federal de Agricultura y Alimentación (BLE) la responsable de asegurar las estas existencias, que en términos técnicos se denominan «reserva civil de emergencia». El ministro de Agricultura, Alois Rainer, habla de un plan urgente de almacén masivo de comida preparada, porque «lo que ahora tenemos que almacenar debe prepararse primero».
«No basta con pensar en armamento. Actualmente estamos en una situación de política de seguridad que nos hace pensar a todos y la seguridad alimentaria también desempeñe un papel importante», explica el ministro. «No es broma, estamos tan acostumbrados a acudir fácilmente al supermercado que no somos conscientes de que no podríamos vivir sin comida y bebida», insiste el ministro.
Desde mediados de la década de 1960, el gobierno federal ha estado manteniendo existencias estatales de emergencia en caso de una crisis: varios cientos de miles de toneladas de granos, guisantes, lentejas, arroz y leche condensada se almacenan en depósitos en todo el país. Sin embargo, estas reservas sólo ayudarían a superar los cuellos de botella a corto plazo en caso de conflicto militar, desastre natural o accidente técnico a gran escala. «Quiero expandir esto a una reserva nacional con productos preparados» que se puedan «comer inmediatamente con sólo calentarlos. Estoy pensando en ravioles enlatados o lentejas enlatadas… En cualquier caso, cosas ya cocidas», ha avanzado sobre sus planes.
Rainer estima «entre 80 y 90 millones» de euros para el proyecto y le gustaría involucrar más estrechamente al sector privado en la implementación. «Mi enfoque sería involucrar al sector privado, a las grandes cadenas alimentarias. Tienen las cadenas de suministro, tienen capacidades de almacenamiento», ha invitado a las empresas. El objetivo es poder proporcionar a la población al menos una comida caliente al día durante un máximo de varias semanas gracias al almacenamiento en más de 150 almacenes cuya ubicación no será hecha pública.
La BLE está ya licitando contratos para este fin. Su actividad se había acelerado desde el inicio de la invasión rusa a ucrania y, el pasado mes de marzo, el almacenamiento alcanzaba las 7.000 toneladas de arroz y legumbres en el sur de Alemania, otras 3.000 toneladas en Baja Sajonia, además de 25.000 toneladas de trigo en Renania del Norte-Westfalia, Baja Sajonia y Sajonia-Anhalt. Está planeado que estas existencias, de no utilizarse, sean reemplazadas cada diez años. Esta reserva nacional de alimentos no sustituirá al almacenamiento que el Estado alemán recomienda a los ciudadanos, que debe contener al menos dos litros de agua por día y persona, 3,5 kilos de grano, pan, patatas, pasta o arroz y cuatro kilos de verduras.
El gasto que supondrá ampliar y mantener esa reserva nacional de alimentos podrá incluirse en los gastos de rearme, para los que el parlamento alemán ha levantado el freno a la deuda pública anclado en la Constitución hasta el pasado mes de febrero. El Technisches Hilfswerk (THW), organismo de protección civil, está realizando intensas campañas para que los ciudadanos entiendan que la defensa no es solo militar, sino también civil y comunitaria, enfatizando en que la población debe estar preparada para mantener servicios básicos en caso de crisis.
El THW está planeando las vías de transporte seguro para, llegado el caso, trasladar los alimentos almacenados a los refugios. De los 2.000 búnkeres de la era de la Guerra Fría, solo quedan 579, con espacio para solo 478.000 personas el 0,5 por ciento de los 83,5 millones de habitantes de Alemania. Esa red de refugios se está expandiendo ahora reutilizando las estaciones de metro, los sótanos y los garajes subterráneos, a la vez que se crea un directorio digital de refugios y se organiza el reparto ciudadano a través de una aplicación. A todos estos refugios deberían poder llegar los suministros de alimentos, de los que muy posiblemente deberían ocuparse reservistas del ejército.