Publicado: septiembre 6, 2025, 5:48 pm

Alemania no ha llegado a comprometerse militarmente para garantizar la paz tras la guerra en Ucrania. Sin embargo, los jóvenes se muestran preocupados por la posible reintroducción del servicio militar obligatorio.
Los centros de asesoramiento para personas que no quieren hacer el servicio militar han registrado un aumento de consultas en los últimos meses, en medio del debate sobre posibles garantías de seguridad futuras para Ucrania.
En agosto de 2025, el Gabinete del canciller Friedrich Merz aprobó una nueva ley que obliga, a partir del próximo año, a los jóvenes nacidos después de 2008 a completar un cuestionario sobre su disposición a incorporarse al Ejército.
Muchos lo interpretan como el primer paso hacia la reintroducción del servicio militar en Alemania, que fue suspendido, pero no abolido en 2011.
En una entrevista con la cadena francesa TF1, Merz afirmó que, desde la perspectiva actual, había sido “un error” suspenderlo, aunque reconoció que reinstaurarlo resulta complejo.
La Bundeswehr cuenta hoy con unos 180.000 efectivos, pero debe alcanzar los 260.000 soldados activos y 200.000 reservistas para cumplir con las obligaciones de la OTAN.
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A través de nuevos incentivos, el Gobierno espera reclutar unos 30.000 soldados por año hasta 2029. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, señaló que la nueva ley faculta al Parlamento para aplicar medidas de servicio nacional si esas metas no se cumplen.
La Sociedad Alemana por la Paz-Opositores al Servicio Militar Unidos (DFG-VK), una organización pacifista que asesora a quienes no quieren alistarse, informó a la red RND que, en agosto, sus páginas de consulta recibieron casi 55.000 visitas, más del doble que en mayo. La organización cristiana EAK también reportó un incremento del 30% en las solicitudes de asesoramiento el año pasado.
“No es sorprendente, es evidente que la gente está despertando, por así decirlo”, dice a DW la portavoz de la DFG-VK, Cornelia Mannewitz. “Como se está introduciendo poco a poco un nuevo servicio militar, crece el interés por nuestra organización. La gente percibe que podría haber una guerra y que tal vez tendrían que participar en ella”.
Los jóvenes quieren opinar
Quentin Gärtner podría recibir pronto uno de los nuevos cuestionarios de la Bundeswehr. Se alistaría si fuera necesario, dice, aunque rechaza la forma en que se ha aprobado la ley.
“Si se toma una decisión que afecta a millones de jóvenes en la planificación de sus vidas, hay que permitirles participar en el proceso”, comenta.
“Todo lo demás es arrogante y vertical, y no motiva a los jóvenes a ir a la guerra ni a defender a su país”. Con 18 años, Gärtner es secretario general del Consejo Federal de Estudiantes de Secundaria (BSK), una organización que representa los intereses juveniles.
“Muchos jóvenes se sienten inseguros ante la posibilidad de tener que servir en el Ejército”, dice.
Una encuesta de YouGov, de junio de 2025, muestra que el 54% de los alemanes está a favor de reintroducir el servicio militar, aunque con fuertes diferencias generacionales: solo el 35% de los jóvenes de 18 a 29 años lo apoya, frente al 66% de los mayores de 70.
Otro sondeo de la Fundación Liz Mohn, publicado a inicios de septiembre, revela que una ligera mayoría (53%) de adolescentes de 12 a 18 años estaría a favor de un servicio nacional en el que se pueda elegir el tipo de labor a realizar.
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El derecho a no combatir
Los alemanes tienen derecho constitucional a rechazar el servicio militar. Incluso soldados y reservistas pueden negarse a combatir sin ser expulsados del Ejército, aunque eso pudiera acarrear complicaciones legales.
Hasta 2011, el país tuvo servicio nacional obligatorio para varones, con la opción de un “servicio civil” o Zivildienst, que solía implicar trabajar en hospitales o residencias hasta por 20 meses. El servicio militar, introducido en 1956, duraba hasta 18 meses en los años 60 y 70, pero luego fue reduciéndose.
La ley exige que quienes no deseen ingresar al Ejército, invoquen expresamente su derecho constitucional. En la práctica, esto significa que los objetores de conciencia deben enviar una carta a la Bundeswehr con la frase: “Por la presente, me niego a realizar el servicio militar por motivos de conciencia e invoco el artículo 4, párrafo 3 de la Ley Fundamental”.
Además, deben explicar sus razones, ya sean políticas, religiosas o éticas, de forma personal y detallada.
Según la DFG-VK, las autoridades rechazan respuestas estandarizadas de internet o generadas por IA.
“El miedo no cuenta”, señala Jens Lattke, comisionado regional de paz de la Iglesia Protestante, que asesora a quienes temen ser llamados.
“Deben ser motivos de conciencia. Pero el miedo suele ser la motivación principal, sobre todo para los padres y las madres”, finaliza.