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Alcaraz resiste a un excelente Munar y alcanza los cuartos en Queen's con récord personal

Publicado: junio 19, 2025, 6:32 pm

Consigue Carlos Alcaraz un pase a cuartos con oficio y perseverancia, contra un Jaume Munar que muestra orgullo y solidez para exigir de su rival dos puntos más de intensidad y que levantó tres bolas de partido. Pero el murciano ha aceptado el crecimiento, también o justo en estos partidos en los que se le rebela el oponente y sus propios errores. Todo bajo control, aunque con mucha incomodidad, aplauso para el mallorquín en eso, que supera con buena actitud y que lo envía a la antepenúltima ronda con récord personal. Es la decimoquinta victoria consecutiva para el murciano, que rompe así su techo de rachas porque se había quedado en 14 en tres ocasiones. Y sigue acumulando alegrías en el verde, 26 triunfos en 29 partidos. Hay respeto, hay conocimiento del rival y dos victorias para el murciano por una para el mallorquín en el cara a cara. Y hay nervios en Munar al inicio, dos dobles faltas en el tercer juego, los nervios se pusieron a funcionar, para desesperación de Munar, que cede su segundo turno de saque con dos dobles faltas consecutivas. Un ‘regalo’ que ante este Alcaraz es casi una sentencia, que el murciano no cede en esta superficie que siempre ha manejado con maestría, a pesar de los pocos partidos que ha pasado sobre ella. Ante Adam Welton hubo absoluto control, a pesar de ese resultado que parecía algo ajustado, fue más bien un probar a qué porcentaje mínimo podía Alcaraz ganar sin demasiado sobresalto. Ante Munar, un poco más se exigía, que habían sido dos triunfos anteriores ante el mallorquín, pero había respeto. Sin embargo, comenzar ya desde el inicio con un ‘break’ a favor, le permite tomar el mando sin alteraciones, desgaste ni sufrimiento, en los primeros instantes. Le permite ser el Alcaraz que a él le gusta, el que, liberado, puede soltar la mano a su gusto, cargado de confianza para que la derecha, el saque, la volea, la dejada, todo salga como él quiere que salga: impecable, bonito, perfecto. Demasiado para Munar, que insiste no obstante, más sólido después del error, y con todo: riesgo a las líneas del fondo, a las líneas laterales, potencia, hacia el revés, buenas dejadas, pero hay poco premio ante este Alcaraz que se gusta. Un toque de muñeca para atraer al rival a la red, un globo perfecto, un pasante estupendo, buen porcentaje de primeros saques, contundencia y una dejadita de volea perfecta. Esta solidez que ha mostrado todo el curso y que parece mantener en el tiempo lo lleva a ganar el primer set con prudencia, control, y solvencia, consciente de qué nivel sacar en cada momento. Señala Munar a partir de ahí que esas dos dobles faltas del tercer juego habían sido un pequeño lapsus que era muy capaz de superar. Es un Munar férreo, firme, que crece y crece como una muralla desde el fondo. Y que cree. Persigue y consigue ese nivel que fuerza un poco más al murciano. Un muro en todo el segundo set, no permite que se escape el rival y hasta le fuerza un poco al resto. Hay solidez incluso cuando un error permite a Alcaraz tener dos bolas de roturas en el noveno juego. Salva el mallorquín con dos buenos primeros saques que dice mucho de su confianza en momentos de tensión. Hay una tercera que Alcaraz se inventa con una derecha altita, sensible, para superar a Munar en la red, pero se resiste con todo el mallorquín. Elevado el nivel de ambos al límite, que habían sido bolas de rotura para Alcaraz, y son cuatro bolas de set para Munar en el siguiente juego. Persistente el mallorquín, exige varias defensas a ultranza del murciano, que nota la tensión y la obligación de mostrar algo más. Ahí está todo: buen saque abierto y volea precisa. Puño y dientes apretados y un ‘Sí’ de alivio y activación cuando suma ese quinto juego a su favor. La presión de Munar continúa, y sube, excelente la puesta en escena, la persistencia para asegurar el ‘tie break’, y meter la tensión en la mano del murciano, que se revuelve con su primer servicio para llevar el partido el desempate. Son tres bolas de set que no hacen ni temblar la mano de Alcaraz, pero hay mucha incomodidad y falta fluidez ante un juego de iguales del mallorquín. En este desenlace, había estadísticas: el murciano ha ganado 12 de 16 en este curso, y Munar, tres de diez. Quiere uno mantener los buenos números, se desmarca el mallorquín con puntazos para revertir los suyos. Con orgullo, coraje y confianza para perder la ventaja con una doble falta y levantar hasta tres bolas de partido. Habrá más pelea. Se mosquea Alcaraz, que se le está haciendo el partido largo y no encuentra ni fluidez ni contundencia, demasiados errores a pesar de que empieza mandando un mensaje: su juego en blanco y rotura en el siguiente. Pero hay un Munar excelso en cuanto a actitud que no esconde sus ganas de protagonizar una de esas victorias que se recuerdan. A Alcaraz le han ganado pocas personas en hierba: Medvedev en Wimbledon 2021, Sinner en cuartos de Wimbledon 2022, y Jack Draper, en Queen’s 2024. ¿Por qué no podía ser él el cuarto? Levanta la rotura con clase y defensa y mete algo de nerviosismo en la mano de Alcaraz, que sufre con su servicio, dobles faltas incluidas. Un bache y una rotura para Munar que se pone por delante con bolas muy profundas que se clavan en un contrariado Alcaraz. Intenta el murciano acortar los puntos, que de fondo a fondo no doblega al mallorquín e intenta levantarse del bache con buenos saques por fin. Hay cierto desánimo en sus andares, ya no hay alegría de la primera hora de juego, ni convicción ni gestos de convencimiento. Una cierta apatía y bajón físico que evidencia el murciano con un gesto a su estómago. No es el mejor día. Pero es Alcaraz, campeón de cinco Grand Slams, y saca de donde parecía no tener para levantarse del bajón y enfocar la mirada en el triunfo. Cuesta, pero recupera el ‘break’ y, aun con errores, a trompicones, saca adelante su propio servicio. Hay todavía algún puntito de magia, pero toca más el trabajo duro sin brillanteces. Ya habrá tiempos mejores. Logra con esta recuperación lo que no había conseguido en todo el encuentro, hacer temblar a Munar, que se ha visto con 4-2 arriba, pero saca para mantenerse en el partido con 6-5 y la presión es demasiada. Hay un levantar los brazos, pero poca sonrisa. Hay constancia, trabajo, y una victoria de oficio ante un bravo Munar al que bate por permanecer ahí, a pesar del rival y a pesar de sí mismo. Sin jugar bien, pero con victoria. Eso sí, tres horas y 23 minutos de esfuerzo mayúsculo para alcanzar los cuartos y sumar su decimoquinta victoria consecutiva.

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