Publicado: noviembre 7, 2025, 7:15 pm

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, visitó este viernes a Donald Trump en la Casa Blanca y salió de la reunión con el presidente de EE.UU. con lo que buscaba: un respaldo claro para las elecciones del año que viene y … la posiblidad de que Hungría esquive las sanciones impuestas por EE.UU. al petróleo ruso, lo que allanaría el camino del líder derechista húngaro a la reelección.
«Es un gran país y es un gran líder», dijo Trump sobre su invitado, del que celebró con fuerza las políticas que se alinean con las de su Administración. En especial, la mano dura en inmigración, un capítulo en el que Trump defiende que la mayor parte de Europa se ha equivocado y en la que Orbán ha hecho lo correcto.
«Él es un gran líder y le respetan en todos lados, aunque no caiga bien», dijo sobre el primer ministro húngaro. «En inmigración, Europa se ha equivocado muchísimo, y les está haciendo mucho daño. Él no se ha equivocado».
Otro punto de diferencia respecto a los socios europeos de Hungría, es la posición de Orbán respecto a la guerra de Ucrania. El líder húngaro no ha escondido su sintonía con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha acusado a sus compañeros en la Unión Europea de querer perpetuar la guerra y defiende la necesidad de que el gobierno de Volodímir Zelenski acepte pérdidas territoriales para acabar con el conflicto.
Es una postura en la misma línea que la que ha mantenido Trump, pero a la que le ha salido un obstáculo: las sanciones al sector energético de Rusia anunciadas por EE.UU. este mes, con un presidente que empieza a perder la paciencia con su homólogo ruso ante la evidente falta de compromiso con un proceso de paz.
Era una decisión coherente con la posición que ha mantenido Trump desde su regreso a la Casa Blanca: los europeos exigen sanciones a Rusia pero siguen comprándole grandes cantidades de exportaciones energéticas, el gran músculo de la economía rusa.
Esas medidas, sin embargo, impactan de lleno en Hungría, un país que importa el 86% de su petróleo desde Rusia. Y que ha incrementado sus importaciones con la guerra.
«Lo estamos contemplando»
«Lo estamos contemplando», respondió Trump a una pregunta de los reporteros sobre si aplicará excepciones a Hungría sobre esas sanciones a Rusia. «Para ellos es difícil acceder a petróleo y gas de otras áreas, ellos no tienen la ventaja de tener acceso al mar, no tienen puertos», justificó.
Trump, sin embargo, no ofreció novedades sobre sus esfuerzos diplomáticos para acabar con la guerra en Ucrania. Una pieza central debe ser una cumbre con Putin, en la que Orbán actuaría como anfitrión. Pero la falta de avance han difuminado la posibilidad. Desde la Casa Blanca, Trump dijo que «al final yo no quería hacer la reunión porque no parecía que nada fuera a pasar», dijo sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo de paz. El presidente de EE.UU. dijo en otro momento que siguen las conversaciones al respecto, pero no dio ninguna indicación de que vaya a ocurrir a corto plazo. Solo insistió en que, si ocurre, sería en Hungría. Y en que ve el final de la guerra «en un futuro no muy distante», aunque no justificó por qué.
La eventual celebración de la cumbre sería un gran empujón para Orbán, que podría recibir a Trump en su país antes de las elecciones en las que se juega el puesto, en abril del año que viene. «Yo le apoyaré», dijo Trump sobre esa cita electoral. «Ha hecho un trabajo fantástico».
Orbán defendió que la necesidad principal para acabar con la guerra en Ucrania es «si los occidentales estamos unidos o no». Criticó a sus socios europeos y aseguró que solo EE.UU. y Hungría son países «a favor de la paz. El resto prefieren que la guerra continúe. Muchos de ellos consideran que Ucrania puede ganar en el frente, lo que es no entender la situación».
«Entonces, ¿tú crees que Ucrania no puede ganar la guerra?», le preguntó Trump con intención retórica y media sonrisa. «Los milagros son posibles», respondió el húngaro.
«Con la excepción de España»
Preguntado por el mensaje a la Unión Europea sobre Hungría, el multimillonario neoyorquino exigió que «respeten a Hungría y respeten a su líder».
Pero también quiso insistir en su buena relación con el Viejo Continente. «Casi todos los líderes en Europa son amigos míos», dijo. «Nos llevamos muy bien, han hecho todo lo que les pedí sobre la OTAN», dijo acerca del aumento del gasto militar hasta el 5%. Un capítulo en el que Trump no se olvidó de castigar al único país que se salió de la senda de sus socios europeos. «El aumento del presupuesto de defensa del 2% al 5% fue unánime, con la excepción de España», dijo Trump, que ha amenazado con represalias comerciales a las exportaciones españolas y que no se olvida de mencionar la falta de sintonía con el Gobierno de Pedro Sánchez cada vez que tiene la oportunidad.
