Publicado: octubre 22, 2025, 11:19 pm

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, desautorizó este miércoles al Gobierno de Pedro Sánchez al afirmar a las puertas del Ala Oeste de la Casa Blanca que el presidente español «se equivoca» sobre el gasto en defensa y … que esa discrepancia «se va a descubrir muy pronto». España sostiene ante Bruselas que puede cumplir sus compromisos de capacidad militar con menos del 3,5% del PIB, pero Rutte lo negó: «España dice que puede entregar esas capacidades por debajo del 3,5%. Yo les dije que no es posible, y lo veremos muy pronto».
Fue una desautorización en público, en la misma Casa Blanca, y tras verse con el presidente de Estados Unidos. La OTAN no tiene cláusulas de exclusión voluntaria y todos los aliados deberán informar anualmente de su gasto y afrontar una revisión conjunta en 2029.
Minutos antes, Donald Trump había vuelto a reprender a España. No en respuesta a una pregunta: lo planteó él mismo, en voz alta, como parte de una intervención con Rutte en el Despacho Oval. «España no es un jugador en equipo», dijo. «Excepto España, todos están al cien por cien. Y el problema de España se puede resolver muy fácilmente si se quiere».
Dejó en el aire qué significa exactamente «resolverlo fácilmente», un recurso que viene usando desde hace semanas: primero sugirió que podrían expulsar a los países que no paguen de la OTAN, luego insinuó represalias comerciales aunque España esté dentro de la OTAN. Ninguna de esas vías existe formalmente, pero Trump insiste en que habrá «consecuencias».
Es la cuarta vez en pocas semanas que lanza el mismo reproche. Lo hizo ante el presidente finlandés Alexander Stubb, lo repitió ante Javier Milei y lo reiteró el viernes frente a Volodímir Zelenski, cuando habló de «reprender» a España. En esa ocasión dijo que «España no ha sido leal a la OTAN» y pidió públicamente que los europeos «presionen» a Madrid. Hoy endureció la fórmula: ya no habló de persuadir, sino de «resolver el problema».
La advertencia llega en un momento en el que la Administración Trump busca cohesión dentro de la Alianza para sostener la presión económica y diplomática sobre Moscú. Justo antes de pronunciarse sobre España, el presidente anunció el mayor paquete de sanciones energéticas aplicado hasta ahora contra Rusia: la inclusión de Rosneft y Lukoil —las dos mayores petroleras del país— en la lista negra del Tesoro estadounidense, junto con decenas de filiales.
Es la primera vez que Washington bloquea de forma directa la estructura que sostiene los ingresos del Kremlin. «Estas compañías financian la maquinaria de guerra rusa», dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que pidió a los aliados europeos «sumarse» para evitar rutas alternativas.
El endurecimiento coincide con una nueva ola de ataques rusos sobre territorio ucraniano. Drones y misiles alcanzaron Kyiv y Járkov, con al menos siete muertos, entre ellos dos menores, y un jardín de infancia destruido.
Kiev lo interpreta como una demostración de fuerza y una negativa explícita a la propuesta de alto el fuego impulsada por Washington. Trump había enfriado su plan de reunirse con Vladímir Putin en Budapest, alegando que «no quería una reunión que fuera una pérdida de tiempo», y los nuevos bombardeos refuerzan la idea de que Moscú no está dispuesto a moverse sin presión efectiva.
Por eso Rutte ha viajado de urgencia a Washington: para blindar la fase previa a cualquier negociación y evitar que un socio quede descolgado justo cuando la OTAN exige disciplina y convergencia. Su visita tiene dos frentes: sostener a Zelenski en la mesa diplomática y mantener a Trump dentro del marco aliado.
Para eso, necesita demostrar que los europeos cumplen y que no hay grietas internas. La posición española, dijo implícitamente, es ahora la excepción que dificulta esa imagen de unidad.
Trump lo resumió con una frase seca y repetida ya cuatro veces: «todos están al cien por cien menos España». Y Rutte lo refrendó con otra: España «no puede» cumplir con menos del 3,5%. La combinación de ambas coloca a Madrid en el centro de la presión aliada y de EE.UU.
Antes de cerrar la arquitectura del alto el fuego con Rusia, Washington quiere resolver la cuestión del gasto dentro de la OTAN. Y hoy, según los dos actores clave —Estados Unidos y la propia Secretaría General—, el único país que sigue fuera de ese marco es España.