María Alarcón, oftalmóloga: "Muchos padres desconocen que existen unas lentes de control para frenar el avance de la miopía infantil" - Chile
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María Alarcón, oftalmóloga: «Muchos padres desconocen que existen unas lentes de control para frenar el avance de la miopía infantil»

Publicado: octubre 22, 2025, 4:00 pm

En España, la miopía infantil sigue creciendo, con el agravante de que existe una brecha de hasta año y medio entre los primeros síntomas y el diagnóstico. A este factor tan negativo, se suma el hecho de que el 94% de los padres cree que con ponerle al niño gafas convencionales o lentillas el problema está solucionado porque ‘ya ven bien’. Gran error: las gafas ‘normales’ corrigen la visión, pero no frenan la progresión de la miopía, que en la infancia es especialmente fulminante.

Entre las razones que han llevado a que la miopía sea una de las grandes epidemias silenciosas del siglo XXI (para 2050 se espera que afecte a la mitad de la población), sobresale el abuso de las pantallas en la infancia, y el hecho de que nuestros niños ya no salen a la calle a jugar, cuando la luz solar es, en sí misma, terapéutica para la miopía. Hablamos con la doctora María Alarcón Tomás, oftalmóloga en Clínica Baviera y el hospital Puerta de Hierro de Madrid sobre las causas, y las soluciones.

La desinformación en torno a la miopía en los niños

Al hecho de que «casi la totalidad de los padres con hijos con miopía considera que ponerles unas gafas soluciona el problema, se suma al 64% que desconoce que existen unas lentes específicas de control (de las que hablaremos después), cuya misión es ralentizar el avance: ver bien no significa estar controlado, no basta con corregir la miopía, sino que hay que ir más allá e impedir que esta avance».

Y es que, es en los primeros años de vida cuando debemos poner el acento en la prevención, puesto que cuanto antes comience la miopía en un niño, más rápidamente va a avanzar si no hacemos nada eficaz por evitarlo. «En la edad adulta, la miopía tiende a ralentizarse, por eso ponemos el foco en la infancia, que es cuando realmente vamos a poder evitar que se desarrollen altas miopías (a partir de 6 dioptrías) que son las que van a derivar en enfermedades más serias», dice Alarcón.

Por lo tanto, el gran problema del que se lamentan los expertos es la desinformación que existe en torno a esta patología ocular. «La alta miopía eleva el riesgo de complicaciones visuales como desprendimiento de retina o glaucoma». Para seguir sumando datos preocupantes, casi el 40 % de los padres españoles tienen al menos un hijo con miopía.

Hábitos que contribuyen a frenar el avance de la patología visual

La oftalmóloga comenta que «no solo es que la miopía infantil está aumentando, sino que cada vez detectamos más casos en consulta que han desarrollado la condición a edades más precoces y con una progresión más rápida que en décadas anteriores«. Este fenómeno tan extendido se produce por una serie de factores genéticos, conductuales y ambientales, teniendo en cuenta la exposición creciente a pantallas a corta distancia desde edades muy tempranas. «Pero es que la escasa exposición a la luz natural de nuestros niños agrava, y mucho, el problema».

«No es sólo que si nuestros hijos permanecen más tiempo al aire libre, se van a ‘ahorrar’ fijar la vista en las pantallas, sino que la luz solar, por sí misma, es beneficiosa en la lucha contra la miopía. De hecho, se ha observado científicamente que la luz del sol ofrece un efecto a nivel de la retina, al modificar determinadas sustancias que promueven el ‘no’ crecimiento ocular. O sea, la dopamina está muy implicada en frenar el crecimiento, y el sol tiene mucho que ver», explica la doctora.

Por lo tanto, sobre los factores genéticos no podemos actuar, pero sí sobre el resto: «La estimulación de la luz mejora mucho la vista; algunos estudios demuestran que los niños que tienen una especie de mancha inducida por el sol (para que se entienda) tienen menos riesgo de progresión de su miopía, y también menos posibilidades (hasta un 50%) de desarrollarla desde cero».

¿Conoces las gafas de control de la miopía, que frenan el aumento de dioptrías?

A los hábitos saludables y la vida al aire libre, la oftalmóloga suma la recomendación de las gafas de control de la miopía. Aunque no son nuevas, la gran mayoría de los padres desconoce su existencia, cuando resulta que son «de uso sencillo, seguras y efectivas». Concretamente un estudio llevado a cabo por Essilor pone de manifiesto que una de estas gafas, Stellest, «han demostrado, durante un periodo de 5 años, retrasar la progresión de la miopía en un 67% de media, en comparación con lentes monofocales, cuando se usan 12 horas al día«.

Aunque en adultos también pueden usarse estas gafas de control, lo cierto es que el foco está puesto en la infancia por la rapidísima progresión de la miopía que se produce en las edades más tempranas. «Son unas gafas absolutamente normales en cuanto a su aspecto, y el cristal forma unos círculos concéntricos imperceptibles. Lo que hacen estas lentes es inhibir las señales que producen el crecimiento de la retina hacia atrás: ralentizan su progresión al posicionar un volumen de luz desenfocada delante de la retina, adaptándose a su forma y enviando así una señal que ayuda a frenar el alargamiento ocular.'».

Así pues, la doctora Alarcón quiere concluir dejando claro que «estamos viendo en consulta que el fomento de actividades en interiores con dispositivos digitales no solamente está produciendo problemas visuales, sino problemas de salud mental, sedentarismo, problemas metabólicos… Tenemos que incidir en la necesidad de que los niños salgan a la calle, porque la teoría de la luz dopamina, a día de hoy es la que mejor nos explica la necesidad de estar al aire libre, para fomentar que el ojo sea más resistente a los efectos miope-genéticos. Por todo ello, una revisión prematura a los 4 años y el inicio temprano del tratamiento podría marcar la gran diferencia».

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