Publicado: septiembre 6, 2025, 4:41 pm

Donald Trump estudia lanzar ataques selectivos dentro de Venezuela con la justificación de su campaña contra el narcotráfico. Según fuentes consultadas por ABC en la Casa Blanca y en el equipo diplomático, la estrategia no se limita ya a interceptar embarcaciones cargadas de cocaÃna … en aguas internacionales, como ocurrió el martes con la operación que dejó once muertos, sino que incluye la posibilidad de golpear objetivos en tierra firme, dentro de Venezuela, con inteligencia obtenida por Estados Unidos.
El cálculo es polÃtico y no solo militar: se tratarÃa de erosionar los apoyos internos al dictador Nicolás Maduro, restando recursos a su cÃrculo más cercano, que depende de las rentas ilegales de los carteles. En la visión de Washington, avanzada a ABC, ese cerco económico y operativo podrÃa forzar un descabezamiento del régimen por iniciativa de sus propios aliados, asfixiados por la presión de no tener dinero lÃquido.
La Casa Blanca insiste públicamente en que no habla de un «cambio de régimen», pero los preparativos militares y diplomáticos dibujan otra realidad. Trump ha duplicado a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro –en el Senado se debate subirla a 100 millones–. El lÃder chavista está imputado por un gran jurado por ser capo del cártel de los Soles, y haber enviado cocaÃna a EE.UU. a beneficio personal y de su familia.
El presidente estadounidense también ha autorizado operaciones letales contra grupos designados como organizaciones terroristas y ha desplegado una fuerza de disuasión de más de 4.000 marineros y marines, con buques armados con misiles Tomahawk, un submarino de ataque y diez cazas F-35 reposicionados en Puerto Rico.
Maduro ha asegurado que una agresión estadounidense contra Venezuela supondrÃa el paso del paÃs latinoamericano a una «etapa de lucha armada». «Si Venezuela fuera agredida, de alguna forma, pasarÃa a una etapa de lucha armada, planificada, organizada, de todo el pueblo contra la agresión, sea local, regional o nacional», ha sostenido el mandatario venezolano ante los medios, informa Europa Press.
Maduro ha asegurado que una agresión estadounidense contra Venezuela supondrÃa el paso del paÃs latinoamericano a una «etapa de lucha armada»
El secretario de Estado, Marco Rubio, resumió la lÃnea oficial al asegurar en un viaje a Ecuador: «Esta es una operación antidroga. Vamos a enfrentarnos a los carteles dondequiera que estén». Sin embargo, su descripción de la operación del martes deja poco margen a la duda: «En vez de interceptar la embarcación, por orden del presidente la volamos. Y volverá a ocurrir».
El trasfondo es también de pugna interna en Washington. Richard Grenell, enviado especial de Trump, exploró meses atrás un canal de negociación con Maduro que trajo de vuelta a seis estadounidenses presos en Caracas. La jugada generó un choque con Rubio, que se opone a cualquier concesión. Desde entonces, el Gobierno ha vuelto a la senda de máxima presión, descartando reconocer a Maduro y calificando a su Administración de cartel narcoterrorista.
El ataque a Irán, un precedente
En el Capitolio, la operación ya despierta cierta tensión. Una comparecencia reservada sobre el ataque del martes fue cancelada sin explicación, y la Casa Blanca se ha visto obligada a enviar cartas a los lÃderes republicanos. El paso siguiente –atacar dentro de Venezuela– abrirÃa un debate mucho más amplio sobre la legalidad y las implicaciones estratégicas. El precedente es el del ataque en Iran contra el programa nuclear del pasado mes de junio.
La carta se envió al presidente de la Cámara, Mike Johnson, y al presidente ‘pro tempore’ del Senado, Chuck Grassley, para justificar que el presidente Trump actuó bajo su autoridad constitucional como comandante en jefe. Ese gesto busca blindar a Trump frente a cuestionamientos legales bajo la Ley de Poderes de Guerra, que obliga a consultar al Congreso en caso de operaciones militares prolongadas.
Mientras tanto, en los pasillos del Consejo de Seguridad Nacional se dibuja el mapa de posibles blancos: pistas clandestinas, campamentos logÃsticos y enclaves donde confluyen los negocios ilÃcitos de los carteles y los intereses de la cúpula chavista. Cada movimiento busca lo mismo: apretar el cÃrculo de Maduro hasta que sean los suyos quienes consideren apartarlo del poder.
El ataque del martes, cuando un barco cargado con droga fue destruido en aguas internacionales, no fue un hecho aislado. «Es apenas el comienzo de un esfuerzo mucho mayor para librar a la región del narcotráfico», dijo el viernes Stephen Miller, subjefe de gabinete de Trump.
Preguntado por si desea un cambio de régimen en Caracas, Trump fue ambiguo: «No estamos hablando de eso». Pero enseguida añadió: «Lo que sà estamos hablando es del hecho de que [Venezuela] tuvo una elección muy extraña, por decirlo suavemente», en referencia a los comicios presidenciales de 2024 , plagados de denuncias de fraude. La lÃder opositora MarÃa Corina Machado mantiene contacto constante con el equipo de Trump, que desconoce los resultados electorales del año pasado.
Escalada de operaciones
El despliegue en curso muestra que Washington está preparado para escalar sus operaciones. Al despligue de barcos enviados al Caribe, el Pentágono ha sumado el envÃo de diez cazas F-35 a Puerto Rico, donde Marines entrenan desembarcos anfibios. La logÃstica habla por sà sola: EE.UU. cuenta con la capacidad de golpear tanto embarcaciones en tránsito como instalaciones en tierra.