Publicado: agosto 22, 2025, 9:16 pm

El Departamento de Justicia publicó este viernes horas de grabaciones y cientos de páginas de entrevistas con Ghislaine Maxwell, la única persona condenada por su papel en los abusos de Jeffrey Epstein. La reunión, dirigida por el vicefiscal general Todd Blanche en una prisión federal … de Florida, permitió a Maxwell hablar bajo un acuerdo de inmunidad limitada. Sus abogados también han buscado un indulto, ya que ella está condenada a 20 años de prisión federal por tráfico sexual de una menor y transporte de una menor con fines de actividad sexual delictiva.
Lo más llamativo es que en las grabaciones negó que exista una «lista de clientes» de Epstein o un arsenal de material de chantaje contra personalidades influyentes. «Este es un solo hombre. Lo han convertido en otra cosa. No es tan interesante. Es un tipo repugnante que hizo cosas terribles con niñas pequeñas», afirmó. Una afirmación que, sin embargo, arroja poco sobre las dudas persistentes acerca de quiénes integraban el círculo más íntimo de Epstein.
La publicación de los documentos llegó tras semanas de especulaciones y de una intensa presión política. Desde el Congreso y los medios se exigía a la Casa Blanca máxima transparencia en un caso que ha salpicado a presidentes, realeza y magnates. Donald Trump trató de desentenderse de la difusión, pero finalmente el Departamento de Justicia se vio forzado a hacerla pública, en un gesto que buscaba aplacar las críticas sobre posibles encubrimientos.
Maxwell también aisló al presidente de cualquier delito. «Nunca presencié que el presidente Trump hiciera nada inapropiado con nadie», dijo, al rechazar las acusaciones de vínculos indebidos. Sobre Bill Clinton, insistió en que su amistad era directa con él, no a través de Epstein. Recordó cenas, viajes y su presencia en la boda de Chelsea Clinton en 2010, y negó que el expresidente visitara la isla privada del Caribe. «Los Clinton eran mis amigos, no los de Epstein», subrayó.
Las transcripciones dibujan el entramado de personajes famosos
Las transcripciones dibujan el entramado de personajes famosos que rodeaban a Maxwell y a Epstein. Allí aparece Donald Trump, a quien conoció gracias a su padre, Robert Maxwell: «Mi padre lo apreciaba mucho, también a Ivana, porque era de Checoslovaquia como él». También emerge la realeza británica: Maxwell niega haber presentado al príncipe Andrés a Epstein, aunque admite que su amistad con él facilitó el contacto. «Era mi amigo, y mis amigos eran también sus amigos», explicó.
El círculo Kennedy ocupa un espacio propio. En la boda de Kerry Kennedy con Andrew Cuomo, en 1999, conoció a John F. Kennedy Jr., con quien compartió cenas y una simpatía mutua. Menciona asimismo a los hermanos Cuomo: Andrew, entonces casado con Kerry, y Chris, periodista de televisión. Andrew tuvo que dimitir de gobernador de Nueva York entre acusaciones de acoso sexual y hoy se presenta a alcalde de la ciudad.
Bill Gates niega haberlo visto en las propiedades de Epstein
El mundo empresarial y tecnológico también está presente. Maxwell recuerda la fiesta de cumpleaños de Sergey Brin en una isla del Caribe, donde conoció a Elon Musk, al que volvió a ver en la gala de los Oscar. Dice haber coincidido con Bill Gates en conferencias como TED y niega haberlo visto en las propiedades de Epstein. Menciona también a Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, y a Ted Waitt, creador de Gateway Computers, con quien mantuvo una relación sentimental.
Entre los abogados y financieros del entorno de Epstein, Maxwell cita a Alan Dershowitz, Leslie Wexner y la pareja formada por Glenn Dubin y Eva Andersson. Sobre Dershowitz, asegura que lo vio en la isla privada acompañado de su esposa, pero rechaza cualquier acusación de conducta indebida. De Wexner recuerda cómo puso en manos de Epstein propiedades en Ohio que ella ayudó a decorar.
En el ámbito cultural y mediático, responde sobre Kevin Spacey, Chris Tucker y Naomi Campbell, vinculados a un viaje a África de 2002 junto a Bill Clinton. Dice no haberlos visto en las casas de Epstein, aunque admite que Campbell pudo haber estado en alguna. Y menciona de pasada al rapero Sean «P. Diddy» Combs, al describir la cobertura mediática como un espectáculo «de Clintons, Trump y P. Diddy en televisión». El 2 de julio de 2025, tras tres días de deliberaciones, un jurado declaró a Combs culpable en dos cargos de transporte con fines de prostitución, tras un juicio en que salieron a relucir sus frecuentes orgías.
Las transcripciones incluyen además referencias a Donald Barr, director del Dalton School que contrató a Epstein, y a su hijo, William Barr, fiscal general con Trump. Maxwell asegura no conocerlos ni creer que Epstein hubiera contado con protección oficial: «De haber sido así, lo habría presumido».
Maxwell intenta proyectar distancia respecto a Epstein, de quien afirma que «nunca me amó» y que, en los últimos años, había transformado su entorno en un séquito de masajistas. Recuerda que inició un tratamiento con testosterona «que alteró su carácter» y que a menudo instruía a otros para mentirle. Su abogado, David Markus, sostiene que ella fue un «chivo expiatorio» tras la muerte de Epstein en 2019.
El retrato que dejan las transcripciones no es solo el de Maxwell, sino el de una red de políticos, magnates y celebridades que en distintos momentos coincidieron en el universo social de Epstein. Sin embargo, apenas arroja luz sobre los supuestos socios o clientes del magnate. Ella insiste en desmarcarlos, y en desmarcarse a sí misma, de la maquinaria de abusos por la que fue condenada en 2021 a veinte años de prisión.