Publicado: agosto 19, 2025, 3:25 pm
La exposición prenatal a un pesticida común, el clorpirifós, se ha asociado con una mayor probabilidad de sufrir anomalías en el cerebro y una peor función motora en los niños de entre 6 y 15 años de edad en un nuevo estudio prospectivo y longitudinal.
El trabajo, publicado en la revista académica JAMA Neurology, emplea imágenes de resonancia magnética del cerebro de un grupo de niños, y las pone en relación con los niveles de clorpirifós detectados en el tejido del cordón umbilical y en la sangre materna.
Un pesticida de uso agrícola y doméstico
El clorpirifós es un organofosfato clorinado, y uno de los pesticidas más empleados a nivel mundial. Aunque sigue usándose en amplias partes del mundo, dada su toxicidad y los riesgos conocidos para la salud humana se prohibió en la Unión Europea en 2020 y en los Estados Unidos en 2021. Antes de ello era frecuente la exposición en jardines o a través de la agricultura.
Ya se sabía que podía tener efectos neurológicos en los fetos y los niños; también, se conocía que puede pasa al torrente sanguíneo por contacto con la piel, ingesta o inhalación. En mujeres embarazadas, es capaz de cruzar la barrera placentaria y alcanzar concentraciones en la sangre fetal hasta cuatro veces superiores a las encontradas en la sangre de la madre.
Por ello, con el fin de documentar los cambios cerebrales específicos con los que se relaciona su exposición, estos investigadores reclutaron entre 1998 y 2006 a 727 mujeres afroamericanas o dominicanas que vivían en Nueva York (Estados Unidos). A 332 de sus hijos se les realizaron imágenes de resonancia magnética del cerebro entre 2007 y 2015, cuando tenían entre 6 y 14,7 años de edad. Finalmente, en una última etapa, se comparó las imágenes tomadas de una cohorte final de 270 de estos niños con su exposición prenatal al clorpirifós, medida en base a los niveles detectados en el tejido del cordón umbilical y en la sangre de su madre.
Adicionalmente, se realizó a los niños test neurológicos para evaluar de qué manera la exposición al pesticida se relacionaba con sus funciones cerebrales.
Una asociación robusta
Los resultados resultaron claros. Los niños mostraban cambios anatómicos en parámetros cerebrales como como el espesor cortical frontal, temporal y posterior inferior o un descenso del volumen de materia blanca que se relacionaban directamente con los niveles de exposición al químico. También, los más afectados presentaban menor densidad neuronal en los tractos de materia blanca y una menor difusividad de la materia blanca en la cápsula interna.
Igualmente, los niños más expuestos arrojaron en los test neurológicos un peor desempeño en determinadas tareas, como aquellas asociadas con la motricidad fina o de programación motora.
Estos resultados vienen a confirmar lo que ya sabíamos respecto a los riesgos neurológicos del clorpirifós en una población especialmente vulnerable, como son los niños. Lo sorprendente, destacan los autores, es la claridad y la robustez de la asociación.
En todo caso, no hacen más que reforzar las evidencias que indican la necesidad de avanzar las legislaciones que limitan el uso del clorpirifós, con el fin de minimizar en lo posible la exposición tanto a través de la alimentación como la ambiental, un problema grave que afecta a muchas trabajadoras agrícolas en diversas regiones del mundo.
Referencias
Bradley S. Peterson, Sahar Delavari, Ravi Bansal et al. Brain Abnormalities in Children Exposed Prenatally to the Pesticide Chlorpyrifos. JAMA Neurology (2025). DOI: 10.1001/jamaneurol.2025.2818