Publicado: julio 5, 2025, 11:01 am
Acostarse más temprano de lo habitual puede ayudar a optimizar la actividad fÃsica al dÃa siguiente, según una investigación dirigida por la Universidad de Monash (Australia). El estudio, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), examinó si la duración del sueño y el momento de acostarse estaban asociados con la duración de la actividad fÃsica moderada a vigorosa y general al dÃa siguiente.
En el estudio principal, casi 20.000 participantes usaron un dispositivo biométrico validado (WHOOP) durante un año, lo que generó casi seis millones de noches de datos. Se obtuvieron métricas objetivas de sueño y actividad fÃsica a partir del dispositivo de pulsera. El estudio examinó cómo los hábitos de sueño tÃpicos y las fluctuaciones nocturnas del sueño estaban relacionados con los niveles de actividad fÃsica al dÃa siguiente.
En promedio, las personas que se acostaban más temprano eran más activas fÃsicamente. Por ejemplo, quienes se acostaban normalmente alrededor de las 9 de la noche registraban unos 30 minutos más de actividad fÃsica de moderada a vigorosa al dÃa, en comparación con quienes se quedaban despiertos hasta la 1 de la madrugada. Incluso en comparación con los que normalmente se iban a dormir a las 11 de la noche (la hora promedio de acostarse para toda la muestra), los que se dormÃan a las 9 de la noche registraron casi 15 minutos adicionales de actividad fÃsica diaria de moderada a vigorosa.
El autor principal, el doctor Josh Leota, de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Monash, subraya que los hallazgos sugieren que las personas que se acuestan más tarde pueden estar en desventaja en los horarios de trabajo convencionales. «Las rutinas laborales de 9 a 5 pueden entrar en conflicto con las preferencias naturales de sueño de las personas nocturnas, lo que genera jetlag social, peor calidad del sueño y mayor somnolencia diurna, todo lo cual puede reducir la motivación y la oportunidad de realizar actividad fÃsica al dÃa siguiente», afirma.
El sueño y el ejercicio como rutinas complementarias
El estudio también analizó si las personas pueden modificar activamente esta relación y descubrieron que cuando las personas se acostaban más temprano de lo habitual, pero aun asà dormÃan lo suficiente, registraban los niveles más altos de actividad fÃsica al dÃa siguiente. «Estos hallazgos tienen implicaciones significativas para la salud pública, añade Leota. En lugar de simplemente promover el sueño y la actividad fÃsica de forma independiente, las campañas de salud podrÃan fomentar acostarse más temprano para fomentar naturalmente estilos de vida más activos. Un enfoque holÃstico que reconozca cómo interactúan estos dos comportamientos esenciales puede generar mejores resultados para la salud individual y comunitaria».
Un estudio de validación adicional que involucró a casi 6.000 participantes del Programa de Investigación All of Us, utilizando datos de Fitbit, reforzó estos hallazgos y mostró que las relaciones eran ampliamente consistentes en diversas poblaciones. La autora principal, la doctora Elise Facer-Childs , de la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Monash, destaca que estos hallazgos resaltan una poderosa relación entre el momento del sueño y la actividad fÃsica. «Tanto el sueño como la actividad fÃsica son fundamentales para la salud, pero hasta ahora no comprendÃamos plenamente lo intrincadamente conectados que están en la vida cotidiana. Nuestros hallazgos son consistentes en diferentes poblaciones y muestran que si uno puede acostarse antes de lo habitual manteniendo la misma duración del sueño, es más probable que aumente su actividad fÃsica al dÃa siguiente».