Publicado: mayo 21, 2025, 4:17 pm

Friedrich Merz ha restado sistemáticamente importancia al ascenso de la extrema derecha en las encuestas, una notable escalada desde las elecciones anticipadas del 23 de febrero que había llegado a situar a Alternativa para Alemania (AfD) como ganador, si se celebrasen nuevamente comicios … en Alemania.
El conservador vaticinó que, apenas comenzase a funcionar su gobierno, esos porcentajes se irían revirtiendo. Y el último sondeo Forsa parece darle la razón. Tras dos semanas de gobierno, su partido vuelve a estar por delante: gana un punto porcentual y llega al 26%, mientras que AfD pierde un punto y se queda en el 24%. Según la encuesta, además, la proporción de votantes no votantes e indecisos es del 20%, por encima del nivel de las últimas elecciones y denotando un cambio de tendencia que permite respirar con cierto alivio en Bruselas.
El partido de Merz, la Unión Cristianodemócrata (CDU), logra ligeros avances también en lo que respecta a la percepción de la capacidad de resolución de problemas políticos: el 22% de los encuestados confía en que pueda hacer frente mejor a los desafíos del Estado, una categoría en la que AfD está en el 11%. Merz, sin embargo, no las tiene todas consigo, porque su imagen personal se deteriora y el sentimiento económico también, siendo este último uno de los factores que con más éxito se alimenta el voto de los extremos políticos.
Hace un año, Peer Steinbrück predijo que Friedrich Merz, como canciller, se esforzaría por una reforma del freno de la deuda. Ahora el político del SPD advierte en «Maischberger» de un fracaso del nuevo gobierno. Además, el DOCUP no se ha actualizado temáticamente desde hace más de diez años. El socialdemócrata y exministro de Finanazs, Peer Steinbruck, calcula que si el Gobierno Merz fracasa en términos económicos, «AfD llegaría al 30% en las próximas elecciones». Steinbrück advierte que, para evitarlo, este gobierno «no podrá evitar decisiones desagradables e impopulares» en materia de «una corrección fundamental del rumbo en el Estado de bienestar». Pero mientras el gobierno logra o no sus objetivos, y no resultará nada sencillo a la luz de la nueva rebaja de las previsiones de crecimiento de los «Cinco Sabios», el grupo de expertos que asesora al gobierno alemán, que pronostica un crecimiento del 0.00% para Alemania a finales de 2025, la CDU debe determinar qué tipo de relación parlamentaria mantiene con AFD, la primera fuerza de la oposición en el Bundestag.
La formación de las comisiones parlamentarias está resultando una batalla campal para evitar que la extrema derecha presida las seis que asegura que le corresponden, según la práctica parlamentaria democrática. AfD no ha obtenido la presidencia de la poderosa comisión de presupuesto, cargo en el que esperaba colocar a Ulrike Schielke-Ziesing, que no ha obtenido la mayoría en la reunión constituyente. Se espera que suceda los mismo en el transcurso del día en otras cinco comisiones de las 24 que en total trabajan en el Bundestag: Interior, Hacienda, Asuntos Jurídicos y Protección del Consumidor, de Trabajo y Asuntos Sociales y la Comisión de Peticiones. Tradicionalmente se acordaba entre los partidos por consenso, de conformidad con el derecho de nominación y de acuerdo a la proporción de fuerza parlamentaria, pero el cordón sanitario al que está sometido AfD ha llevado a votaciones secretas en las comisiones respectivas. Estas comisiones preparan las decisiones legislativas que luego se aprobarán en el pleno, escuchan a los expertos y se reúnen para consultas en situaciones de crisis. Sus presidentes convocan las reuniones, las preparan, las presiden y representan al comité en el exterior.
Para algunos miembros de la CDU, este trato puede resultar contraproducente y alimentar el victimismo y el voto antisistema de AfD. Jens Spahn, líder del grupo parlamentario, se ha pronunciado a favor de tratar con la AfD cuestiones organizativas de la misma manera que con otros partidos de la oposición.
Después de que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución clasificase a AfD como partido «contrario al orden constitucional» a principios de mayo, Merz ha zanjado la cuestión y ha declarado que sería «inconcebible que los miembros del Bundestag alemán eligieran a miembros de AfD como presidentes de comisiones». «Se ha recomendado a los parlamentarios de la CDU que no voten por los candidatos de AfD», ha confirmado en la sesión constituyente de las comisiones el primer secretario parlamentario del grupo, Steffen Bilger, que ha justificado que AfD «se está volviendo cada vez más radical, cada vez más extrema en el Bundestag». «Sin embargo, estoy firmemente convencido de que no estamos abordando el problema de AfD desde la raíz», ha criticado desde dentro Hendrik Hoppenstedt, otro destacado miembro del grupo parlamentario conservador, para quien «AfD aprovecha todas las oportunidades para presentarse como una víctima y me gustaría poder quitarles esta oportunidad«.