Publicado: mayo 1, 2025, 5:55 pm
El primer equipo del Betis ya está físicamente y psicológicamente en su estadio para no faltar un segundo a esta cita con su propia historia. Un sólo camino tienen los de Pellegrini esta ilusionante noche de jueves en la que pueden dar un golpe significativo de cara a clasificarse a su primera final europea desde que el Betis fue primero Sevilla Balompié. Confía el club bético en obtener un buen resultado en esta primera cita de semifinales aprovechando que tiene el masivo plus que otorga su gente y la afición heliopolitana ha respondido a la llamada del club, de su equipo y de su entrenador para marcar ese primer gol moral tan necesario antes de que ruede el balón ante la Fiorentina, porque toda una marea verde ha inundado del color de la esperanza los alrededores del feudo verdiblanco y se espera una de las mayores entradas registradas en el Benito Villamarín, muy probablemente la mayor en competición europea tal y como se presagiaba con la alta participación en materia de activaciones de abono. Miles de béticos se han apostado, — buena, muy buena parte de ellos vestidos de verde como venía proponiendo la grada de animación—, en los aledaños del feudo verdiblanco, que por cierto vivirá su última noche continental antes de la mudanza temporal al estadio de la Cartuja para posteriormente reinstalarse sobre las entrañas del Nuevo Villamarín. Mucho resta para eso pero no tanto para que arranque el partido más especial del curso 2024-25, con permiso de todo lo que queda por jugar en LaLiga EA Sports: esta primera semifinal de la Conference League cuya previa ya viven intensamente los seguidores verdiblancos a la llegada al estadio del equipo bético pocos minutos antes de que el colegiado inglés Michael Oliver dé el primer chiflido. Ha podido apoyar a los suyos multitud de seguidores verdiblancos desde la salida del hotel de concentración, al igual que sucedió en el derbi frente al Sevilla. Se ha entonado el himno en varias ocasiones y otras canciones han sido canturreadas a fin de la motivación total del equipo heliopolitano, que han venido acompañadas por las clásicas bengalas verdes que han coloreado el porvenir del grupo hasta su estadio. Jalonados con golpes desde el exterior y el interior del autocar. Antes y después de eso se han podido ver por la avenida de la Palmera y distintas calles cercanas al Villamarín a miles y miles de béticos ataviados para la ocasión con bufandas y camisetas en un ambiente radicalmente distinto a lo que fomentó el pasado miércoles por la noche un reducido grupo de ultras de uno y otro equipo que ni representan a los clubes a los que presuntamente defienden ni pueden decir nada palabra alguna sobre lo que es el deporte. A las puertas de uno de los duelos más trascendentales de la historia reciente del Betis prima el orgullo del bético de a pie que lleva años y años buscando una final continental como la que tiene el Betis ante sí. Las imágenes así lo demuestran: que el Betis que se vive a través de las familias y de los amigos se ha podido disfrutar durante las horas previas a este encuentro con el más sano de los ambientes para que luego sea el fútbol el que decida finalista cuando se juegue en Florencia y el Djugarden – Chelsea decidan también la otra plaza. Como viene siendo costumbre, para lamento de la parroquia local, no ha podido acceder ésta a flanquear los últimos metros recorridos por el autobús del Betis hasta prácticamente la puerta de Preferencia por la que acceden siempre los protagonistas del día por el dispositivo especial del encuentro previsto entre otros actores por la subdelegación del gobierno de Sevilla. Así lo han hecho sin incidentes remarcables tanto el Betis como la Fiorentina , que se juegan la primera bala de un combate que tendrá su vuelta el jueves que viene, en plena Feria de Abril, con la ambición de llegar a la cita definitiva que se celebrará en Breslavia en la gran final del 28 de mayo. El Betis ya está en su estadio para disputar toda unas semifinales en Europa y está dispuesto a llegar aún más lejos.
