Publicado: abril 24, 2025, 4:00 pm
Aproximadamente el 70 por ciento de los pacientes diagnosticados con parálisis facial por estrés en España y el mundo recuperan la normalidad en los músculos faciales afectados, llevando a cabo el tratamiento pertinente (medicamentos y terapia, como por ejemplo acupuntura, así como aprendizaje de gestión del estrés). Sin embargo, es imprescindible que esta señal de asimetría que muestra el cuerpo para avisarnos de que estamos padeciendo más estrés del que podemos soportar, debe tenerse en cuenta lo antes posible, para evitar males mayores.
El estrés es, en cierta manera, una respuesta normal e incluso necesaria de nuestro organismo, que forma parte de un proceso de adaptación y crecimiento. Eso sí, los expertos insisten en que debe manifestarse por breves periodos de tiempo, y superándose habiendo conseguido una lección positiva de ese episodio puntual. Una situación de estrés descontrolado mantenida en el tiempo va a desembocar, casi con toda probabilidad, en serios problemas de salud.
Qué es la parálisis facial y qué la provoca
La salud mental tiene mucho que ver con enfermedades físicas, y esas manifestaciones visibles se denominan somatizaciones, que pueden aparecer en formas diversas como temblor, dolor, paralización muscular… La parálisis facial puede deberse a infecciones virales o a un traumatismo, y consiste en una debilidad de los músculos del rostro, como consecuencia de un daño ocasionado en el nervio. Lo más habitual es que se paralice solo una parte de la cara, en la que se pierde sensibilidad y se imposibilita llevar a cabo las funciones que antes eran normales.
La buena noticia es que el porcentaje de recuperación de la parálisis facial por estrés, más conocida como parálisis de Bell, tiene un porcentaje de recuperación muy alto, en poco más de uno o dos meses, con amplia probabilidad de que no vuelva a repetirse el episodio. Los expertos insisten que, si actuamos en las primeras 48 horas tras hacerse visibles los síntomas, podremos revertirlo, como sucede en un 70 por ciento de los pacientes ‘precoces’.
Estos son los síntomas de la parálisis facial por estrés
Deberemos estar alerta para actuar cuanto antes si en momentos de mucho estrés, sentimos mareos o cierta sensación de vértigo, incluso antes de las manifestaciones más obvias. También debe preocuparnos el hecho de sentir debilidad en una parte del rostro, que no nos permite gesticular con normalidad (sonreír o levantar las cejas, por ejemplo) por la pérdida de tono muscular.
La parálisis facial o de Bell también puede ocasionar una salivación excesiva o todo lo contrario, al igual que puede suceder con las lágrimas. Los dolores de cabeza o mandibulares también son un aviso al que atender, que se producen por la tensión generada en el nervio afectado. Los zumbidos en los oídos también son frecuentes en los casos de parálisis facial por estrés.
Los cambios en la percepción de los sabores es otro aviso de que algo no va bien, a pesar de que este síntoma no es tan habitual como la asimetría facial, la dificultad para cerrar los ojos o el dolor y la sequedad ocular.
Referencias
S. Santos-Lasaosa, L.F. Pascual-Millán, C. Tejero-Juste, F. Morales-Asín. ‘Parálisis facial periférica: etiología, diagnóstico y tratamiento’. Revista Neurología.com. Consultado online en https://files.neurologia.com/journal/RN/30/11/10.33588/rn.3011.99618/pdf/40bfbe257579400517c1af48f2398fbc.pdf
J.I. De Diego-Sastre, M.P. Prim-Espada, F. Fernández-García. ‘Epidemiología de la parálisis de Bell’. Rev. Neurol. 2005, 41(5), 287–290. Consultado online en https://www.imrpress.com/journal/RN/41/5/10.33588/rn.4105.2004593