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Trump admite que negocia con Rusia el reparto de territorio ucraniano

Publicado: marzo 13, 2025, 6:55 pm

Donald Trump admitió abiertamente este jueves que las negociaciones sobre Ucrania van más allá de un simple alto el fuego e incluyen la redefinición de fronteras y el reparto de territorios, una estrategia que hasta ahora era inaceptable tanto para los propios ucranianos como para sus aliados en la OTAN. En una reunión en el Despacho Oval con el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, el presidente estadounidense dejó claro que ya se están discutiendo qué zonas quedarán bajo control ucraniano y cuáles serán cedidas a Rusia.

«Hemos estado discutiendo con Ucrania sobre el territorio. Porciones de territorio que se quedarán y que se perderán… Hay una planta de energía involucrada. Una planta de energía muy grande. Quién se va a quedar con la planta de energía», afirmó Trump, confirmando que la Casa Blanca está dispuesta a aceptar modificaciones territoriales como parte de un acuerdo con Moscú. Esta postura podría generar una fuerte tensión tanto con los socios europeos, que han apoyado a Kiev con miles de millones en ayuda militar y humanitaria, como dentro de Ucrania, donde cualquier concesión a Rusia es vista como una derrota inaceptable.

Trump confirmó así que el control de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia desde 2022, es uno de los puntos clave de las negociaciones. Su declaración llega apenas días después de que Ucrania aceptara un alto el fuego de 30 días propuesto por Washington, condicionado a que Moscú también lo respete.

Según el secretario de Estado Marco Rubio, las conversaciones en Arabia Saudí incluyen la posibilidad de modificar las fronteras para alcanzar un acuerdo. Mientras tanto, Rusia mantiene bajo su control el 20% del territorio ucraniano, donde persisten denuncias de represión, tortura y deportaciones forzadas.

Trump insiste con Groenlandia

El presidente estadounidense no solo habló de Ucrania, sino que aprovechó su reunión con Rutte para presionarlo con una propuesta que no dejó margen a interpretaciones: la anexión de Groenlandia, territorio de Dinamarca, también miembro de la OTAN, es una prioridad estratégica. «Estoy sentado con un hombre que podría ser clave. ¿Saben qué? Necesitamos esto por seguridad internacional, no solo por seguridad nacional», afirmó Trump, justificando la necesidad de controlar la isla ártica en términos de defensa global.

Mientras avanza en conversaciones con Putin y da pasos hacia un alto el fuego en Ucrania, Trump ha endurecido su discurso hacia sus socios europeos, exigiéndoles mayores contribuciones económicas y la cesión de territorios estratégicos bajo el argumento de que EE.UU. no puede seguir sosteniendo la seguridad global en solitario. Con esta postura, el presidente refuerza su presión sobre la OTAN y busca redefinir el equilibrio de poder dentro de la Alianza.

Entre un torrente de reproches, agravios y exigencias, el presidente dijo, hablando de sí mismo en la tercera persona: «Cuando Trump llegó al poder, el dinero empezó a llegar [a la OTAN] como nunca antes habíamos visto. Cientos de millones, en realidad, probablemente cerca de 600.000 millones de dólares entraron, y la OTAN se fortaleció desde ese punto de vista. Y ahora tenemos que usarlo sabiamente y acabar la guerra».

Con Trump, no queda claro si se refiere a las contribuciones directas a la OTAN, que son relativamente menores, o al gasto en defensa de cada país, con el objetivo del 2% del PIB que países como Italia o España aún no cumplen. Cuando se le preguntó sobre estos incumplimientos y sobre la posible ampliación de la Alianza, el presidente evitó dar más detalles.

Encuentro con Putin

Por lo demás, en la reunión, Trump dejó abierta la posibilidad de reunirse con Vladímir Putin en un momento clave para el conflicto en Ucrania. El mandatario afirmó que «le encantaría» hablar con el ruso y que ya se han discutido «muchos detalles de un acuerdo final» sobre la guerra. El estadounidense destacó que «espera que Rusia haga lo correcto» en referencia a la aceptación del alto el fuego y señaló que Washington está «recibiendo información de que las cosas van bien en Rusia». Sin embargo, dejó claro que el conflicto debe resolverse pronto. «Queremos que se detenga», dijo. «Es un coste tremendo para Estados Unidos y otros países».

Mientras, los cancilleres del G-7, representantes de Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Estados Unidos y la UE, se reúnen desde ayer y durante dos días en la localidad turística de La Malbaie, en Quebec, en un encuentro que solía ser armonioso en el pasado. Sin embargo, las relaciones entre EE.UU. y Canadá se han deteriorado debido a las repetidas provocaciones de Trump, quien ha descrito a Canadá como el «estado 51» de Estados Unidos y se ha referido al ex primer ministro Justin Trudeau como su «gobernador».

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