Publicado: febrero 9, 2025, 7:41 am
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Al presidente Daniel Noboa no le tembló la mano para decretar conflicto armado no internacional, después de un violento asalto a un canal de televisión, en enero de 2024; tampoco para ordenar la incursión en la Embajada de México y apresar al exvicepresidente … Jorge Glas, dos veces sentenciado por corrupción, que se había refugiado en esa legación, ni para firmar el encargo de la Presidencia a una funcionaria de confianza y no a la vicepresidenta Verónica Abad, como manda la Constitución.
Educado en la Universidad de Nueva York, graduado en Administración Pública en Harvard Kennedy School y con una maestría de Gobernanza y Comunicación Política en la Universidad George Washington, a Daniel Noboa, de 37 años, padre de tres hijos, y exlegislador, la liturgia del poder parece le es indiferente. Y a los electores tampoco parece importarles.
Lleva gobernando 15 meses y el combate a la delincuencia con ‘mano dura’ es su consigna y desafío. Lo es también en su plan de gobierno en el que la seguridad es el eje principal. También ofrece garantizar el acceso universal a la salud y mejorar los servicios públicos; en cuanto al desempleo, apuesta por la modernización del sector productivo con innovación tecnológica para atraer inversión extranjera. En el orden educativo ofrece acceso universal a la educación y el fomento a la investigación, y, en cuanto a la transición energética y sostenibilidad ambiental plantea impulsar el uso de energías limpias.
Como presidente, Noboa subió el IVA y eliminó el subsidio a la gasolina, pero, en lugar de perder apoyos, recibió el reconocimiento del empresariado y los mercados. «Su personalidad es diferente: viste, actúa y habla diferente a cualquier político; sus silencios son maravillosos», explica un estratega respecto a por qué Noboa no le afectan decisiones que a otros gobernantes le habría supuesto un gran rechazo. En la campaña, a Noboa se le ha visto romper esquemas y con eso ha conectado con los nuevos electores, con quienes se ha comunicado por redes y con discursos de apenas tres o cuatro minutos; no ha ofrecido entrevistas y ha compartido protagonismo con unas figuras suyas de cartón, de tamaño natural, que son disputados por sus partidarios en todo el país.