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El reparto de carteras bloquea la negociación de coalición en Austria

Publicado: febrero 5, 2025, 11:21 am

Hace ya más de cuatro meses que se celebraron en Austria unas elecciones que ganó la extrema derecha prorrusa del FPÖ, con Herbert Kickl al frente, aunque sin mayoría para gobernar. Durante semanas, socialdemócratas, conservadores y liberales intentaron formar un tripartito de bloqueo que, finalmente, fracasó, lo que dio lugar a que el presidente de Austria, Alexander van der Bellen, accediese a encargar a Kickl la formación de gobierno.

Como primera opción, Kickl llamó a los conservadores del ÖVP, con los que llegó con relativa rapidez a un acuerdo presupuestario y fue tejiendo después, en un proceso más lento, acuerdos para un programa conjunto en materia de inmigración, fiscalidad y política exterior. Parecía ir cuajando la nueva coalición cuando anoche, por sorpresa, el ÖVP se levantó de la mesa de negociaciones y convocó una reunión urgente de su directiva.

Aunque no ha dado las negociaciones por rotas definitivamente y este miércoles siguen programadas nuevas reuniones de subgrupos, los conservadores han advertido que «las negociaciones para la formación de gobierno están en una fase difícil«.

Y el problema que ha surgido a última hora es el reparto de ministerios. Kickl deja a los populares la vicecancillería y las carteras de Exteriores, Mujer-Familia-Juventud, Agricultura, Medio Ambiente, Economía, Trabajo, Educación, Infraestructuras y Defensa, y accede a dejar Justicia a un nombre independiente, pero insiste en quedarse con la Cancillería por supuesto, que agruparía las agendas culturales, mediáticas, constitucionales y de la Unión Europea, además de los ministerios de Asuntos sociales/integración, Interior y Finanzas.

Son precisamente estos dos últimos los que el ÖVP no está dispuesto a ceder. «La lista presentada contiene todo lo que necesario para hacer de Austria una rama de Rusia. Ni en esta vida, ni en este planeta», zanjan fuentes del ÖVP desde Viena. El líder del ÖVP, Christian Stocker, hizo entonces una «contrapropuesta»: el ÖVP quiere ministerios de Finanzas, Interior y Asuntos Exteriores (con agendas de la UE) y argumenta que incluso en las coaliciones de los cancilleres del SPÖ Alfred Gusenbauer y Werner Faymann, el partido conservó estos tres ministerios. Kickl alegó entonces la necesidad de «pausar» las negociaciones, según el FPÖ.

Tratando de retomar las negociaciones de gobierno a punto de superar a las más largas hasta ahora en la historia de la Segunda República, las de después de las elecciones de 1962, Herbert Kickl ha mantenido una conversación a solas con Christian Stocker, al frente actualmente del ÖVP, a cuyo contenido han accedido solamente sus confidentes más cercanos, el presidente del FPÖ de Baja Austria, Reinhard Teufel, y el secretario general del ÖVP, Alexander Pröll. Han hablado de todas las cuestiones delicadas sobre las que los subgrupos no pudieron ponerse de acuerdo, entre ellas el reparto de carteras, pero no se han hecho públicas sus conclusiones.

Otros puntos abiertos son el final del impuesto para financiar la radio-televisión pública ORF y la salida de Austria del ‘Sky Shield’, el escudo antimisiles europeo promovido por Alemania, que exige el FPÖ. En materia de política europea la negociación va mucho más atrasada que en el resto de apartados.

Estas negociaciones austriacas son contempladas minuto a minuto desde Alemania, donde el partido también de extrema derecha y prorruso Alternativa para Alemania (AfD), con una agenda muy similar a la del FPÖ, desearía entablar conversaciones similares después de las elecciones del 23 de febrero con los conservadores de CDU/CSU.

Hasta el momento, el líder conservador Friedrich Merz reniega visiblemente en público de esa posible coalición, pero ha aceptado los votos de AfD en una votación parlamentaria para endurecer la política de asilo, lo que ha sido mayoritariamente interpretado como una ruptura del cordón sanitario contra la extrema derecha.

El exdirector estatal del FPÖ de Vorarlberg, Gerhard Dingler, acaba de hacer una donación millonaria a AfD, 2,35 millones de euros para engrasar su campaña electoral que figuran como anotados en los registros del Bundestag alemán el pasado 1 de febrero. Dingler ha aclarado que no había transferido dinero en efectivo, sino que ha proporcionado al partido 6.400 carteles electorales porque está «muy preocupado por una nueva escalada de la guerra de Ucrania».

Al igual que sucedía en Alemania, el pasado fin de semana han tenido lugar en Austria multitudinarias manifestaciones contra la formación de gobierno que incluya a la extrema derecha. 20.000 personas paralizaron el domingo la Ballhausplatz, hasta la sede del ÖVP en Lichtenfelsgasse. «Cortafuegos, ¿dónde estás?» y «Decimos no a Kickl» fueron las consignas más repetidas. »Estamos en contra de cualquier forma de misantropía, ya sea homofobia, antisemitismo o racismo», declaraba uno de los responsables de la convocatoria, Sheri Avraham, de IG Bildende Kunst, «nuestro mensaje es: ¡Alerta, alerta, antifascista!, porque lo que comienza como acoso conduce a lo que ya nos ha enseñado la historia».

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