Publicado: febrero 4, 2025, 9:19 am
El consumo de un gramo de omega-3 al día puede ralentizar el ritmo del envejecimiento biológico en los seres humanos. Lo ha visto un ensayo clínico en el que participaron más de 700 adultos mayores durante un período de tres años cuyos resultados se publican en ‘ Nature Aging ‘. Se sabe que restringir la ingesta calórica puede retrasar el envejecimiento en los seres humanos. Además, investigaciones realizadas en estudios con animales o pequeños ensayos piloto en personas que analizaban cómo retrasar el envejecimiento biológico, por ejemplo, mediante el consumo de vitamina D u omega-3, también han mostrado efectos prometedores. Sin embargo, aún no está claro si estas intervenciones funcionan en los seres humanos. El equipo de Heike Bischoff-Ferrari, de la Universidad de Zúrich (Suiza), y Steve Horvath, de Altos Labs (Reino Unido) utilizando herramientas de biología molecular conocidas como relojes epigenéticos calcularon el impacto sobre el envejecimiento del consumo de omega-3 en un ensayo clínico en el que participaron 777 participantes de mayores de 70 años. Durante el ensayo clínico, en el que se probaron ocho grupos o tratamientos diferentes, los participantes consumieron 2000 unidades internacionales (UI) de vitamina D por día, y/o tomaron 1 gramo de omega-3 por día y/o participaron en un programa de ejercicios en casa de 30 minutos 3 veces por semana durante un período de 3 años. Los resultados descubrieron que el consumo de omega-3 ralentizaba moderadamente el envejecimiento biológico en varios de los relojes epigenéticos hasta en cuatro meses. Este hallazgo no dependía del sexo, la edad o el índice de masa corporal del participante. La combinación de omega-3, vitamina D y ejercicio funcionaba incluso mejor, como lo demostró una de las pruebas. Además, los autores también descubrieron que estas tres intervenciones juntas tuvieron el mayor impacto en la reducción del riesgo de cáncer y la prevención de la fragilidad a lo largo de tres años. Cada intervención funciona a través de mecanismos diferentes pero relacionados y, cuando se combinan, se refuerzan entre sí, creando un efecto general más fuerte, sugieren los autores. Los autores señalan que una limitación clave de este trabajo es que no existe una medida estandarizada del envejecimiento biológico y que optaron por las pruebas más validadas disponibles.