Publicado: diciembre 2, 2025, 4:30 am
Las graves inundaciones que desde hace días azotan el sudeste asiático han dejado, según los balances actualizados este lunes, una cifra de 1.177 fallecidos, centenares de desaparecidos y miles de damnificados en Tailandia, Sri Lanka e Indonesia, donde la isla de Sumatra ha recibido el mayor impacto por el temporal.
Con el sudeste asiático sumido en varios meses de meteorología adversa, la confluencia de una tormenta ciclónica y otros dos sistemas tropicales fueron el caldo de cultivo que culminó con una devastación de fuertes lluvias, intensos vientos y, finalmente, inundaciones y corrimientos de tierra en amplias zonas de la región, golpeada durante los últimos días por un fenómeno extremo fuera de la época del monzón.
Con miles de desplazados en las zonas afectadas por toda la región, el barro, los árboles y los escombros cubiertos por el barro dan testimonio de la devastación total en una de las zonas más pobladas del planeta.
Un total de 631 fallecidos y 472 desaparecidos en Indonesia
En Indonesia, la principal economía del sudeste asiático y uno de los países más poblados del mundo, las autoridades confirmaban la trágica cifra de 631 fallecidos, más de 100 confirmados en las últimas horas, además de 472 desaparecidos, 2.600 heridos y más de medio millón de evacuados por el impacto del ciclón Senyar. Todos en las provincias de Sumatra Septentrional, Aceh y Sumatra Occidental, en las que viven más de 20 millones de personas.
Las pérdidas provocadas por las inundaciones y los corrimientos de tierra se estiman, por el momento, en 4.000 millones de dólares. En las tres regiones afectadas, se calcula que más de 28.000 viviendas han quedado destruidas.
El presidente indonesio, Prabowo Subianto, ha visitado hoy algunas comunidades de Sumatra del Norte, donde autoridades locales han solicitado al Gobierno la declaración de desastre nacional, algo que ha sucedido en solo tres ocasiones en las últimas tres décadas -incluida la pandemia de la COVID y el tsunami del océano Índico en 2004-. «Enfrentamos este desastre con resiliencia y solidaridad. Nuestra nación es fuerte en este momento, capaz de superar esto», ha afirmado en una declaración institucional.
Sri Lanka, devastada por un ciclón con casi 400 muertos
También Sri Lanka fue duramente golpeada por el temporal a través del potente ciclón Ditwah: este mismo lunes, el Gobierno de la isla actualizaron el balance de muertos hasta las 366 víctimas, y el de desaparecidos a 367. Las autoridades se centran ahora en las labores de búsqueda y rescate mientras alertan del preocupante aumento del riesgo de contraer enfermedades infecciosas – tales como el dengue, la diarrea aguda o la leptospirosis- debido al agua estancada, la acumulación de lodo y basura.
Las instituciones de la isla cifran en 1,1 millones las personas afectadas por el temporal y cerca de 200.000 damnificados, que se encuentran desplazados en refugios temporales tras perder sus hogares o ser rescatadas de las zonas inundadas. Según una alerta difundida por el Gobierno esrilanqués, varios hospitales operan con limitaciones debido a los cortes de electricidad, la falta de agua potable y el aumento constante de pacientes en las zonas más afectadas.
Inundaciones de hasta tres metros de altura en Tailandia
En Tailandia, los efectivos se centran ya en las labores de limpieza y reconstrucción a medida que retroceden las aguas. El temporal ha dejado en el país 176 víctimas mortales, 138 de ellas en la provincia de Songkhla, donde los reportes indican que el agua alcanzó hasta tres metros de altura. Doce provincias del país y casi 4 millones de personas se vieron afectadas por el temporal, aunque las instituciones tailandesas no han dado a conocer en su balance una cifra de desaparecidos.
Gran parte de los esfuerzos de reconstrucción movilizados por Bangkok se centran en la ciudad de Hat Yai, al sur del país. Se trata de la urbe más dañada por el temporal, una ciudad eminentemente comercial de poco menos de 200.000 habitantes y que rompió todos los registros al recibir más de 335 milímetros de lluvia —su registro diario más alto en 300 años— durante varios días.
Allí se vivió una de las historias más impactantes recopìladas por los medios de comunicación: Amphorn Kaeophengkro y su familia de ocho personas sobrevivieron a las inundaciones tras pasar 48 horas subidos sobre los muebles de su domicilio. «No pensábamos en nada más que en sobrevivir», explicó la mujer, de 44 años, en declaraciones a la agencia Reuters.
El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, ha garantizado a los evacuados el regreso a sus hogares en un plazo de una semana, toda vez que los servicios de emergencia se centran ahora en la limpieza y la recuperación total del suministro eléctrico.
Un «extraño» fenómeno extremo que podría estar relacionado con el cambio climático
Los expertos meteorológicos estudian lo sucedido, dado lo inusual del fenómeno en el sudeste asiático: los ciclones no suelen formarse cerca del ecuador terrestre, ya que la fuerza relacionada con la rotación de la Tierra no es lo suficientemente intensa en esas zonas como para dotar a estos temporales de su característico movimiento de gran intensidad. Sin embargo, este fenómeno se formó justo al norte de la línea del ecuador, sobre el estrecho de Malaca. En un comunicado oficial, la agencia meteorológica indonesia calificó de «extraña» la formación del ciclón Senyar sobre el estrecho de Malaca.
A falta de investigaciones más profundas, los expertos aseguran que el cambio climático provocado por el ser humano, como ha quedado demostrado en numerosas ocasiones, puede jugar un papel clave en la formación y eclosión de fenómenos meteorológicos extremos y especialmente intensos o destructivos, como este fenómeno atmosférico, uno de los más destructivos de la historia de una región que todos los años afronta épocas de monzón.
El calentamiento del agua de los océanos proporciona más energía al medioambiente, por lo que se producen tormentas más intensas. Aunque la cifra anual de ciclones no ha variado especialmente a nivel mundial, los expertos apuntan a que estos fenómenos pueden producirse de forma cada vez más intensa y en latitudes en las que nunca antes se habían producido.
