Publicado: diciembre 2, 2025, 10:30 am
El rey de Suecia, Carlos Gustavo, tuvo que ser ‘evacuado’ a un lugar secreto y seguro por parte del Ejército. El caso no es real, sino que responde a un simulacro que tanto el monarca como su hija, la princesa heredera Victoria, han tenido que realizar.
Este ha sido el escenario: el rey y la heredera son evacuados de sus ubicaciones hacia instalaciones seguras en búnkeres y centros de mando y a una hora determinada, participan los dos en la primera sesión de coordinación del centro de mando del ejército sueco, con el objetivo de garantizar la continuidad del estado en el escenario de guerra. Así comenzó el simulacro que previene un conflicto bélico y la salvaguarda de sus dirigentes.
La realidad es que ante la amenaza rusa, todo el flanco oriental de la OTAN se está preparando para un posible escenario de guerra y en Suecia se están desempolvando y actualizando protocolos que llevaban décadas en un cajón de la casa real. De ahí, estas maniobras preventivas que tienen como objetivo, entre otras cuestiones, poner a salvo al jefe del estado.
«El escenario planteado fue una grave evolución en la situación de seguridad en Suecia y en la región circundante. El propósito del ejercicio fue discutir qué medidas serían necesarias, en esta situación ficticia, para mantener la seguridad del país», según el comunicado oficial. En caso de guerra, como parte del Consejo Asesor de Exteriores, el Rey Carlos XVI Gustavo y la Princesa heredera Victoria de Suecia deben estar presentes, junto con el primer ministro Ulf Kristersson y la ministra de Exteriores Maria Malmer Stenergard, para tomar las primeras decisiones de reacción institucional.
La evacuación de la Casa Real fue un elemento central, para probar protocolos de seguridad. La Princesa heredera Victoria tuvo un rol activo gracias a su formación militar en curso. En el ejército desde 2024, participa en ejercicios tácticos y de liderazgo y el simulacro perseguía específicamente reforzar su papel como futura jefa de Estado en situaciones de crisis.
Terminado el simulacro, el Rey y la Princesa heredera participaron igualmente en la sesión de balance de resultados y aprendizajes. El último ejercicio fue la redacción y emisión de un comunicado publicado en sueco, inglés y ruso, en el que el país enviaba un claro mensaje de determinación en la defensa de su soberanía.
