Publicado: febrero 27, 2025, 10:10 am
El líder militante turco encarcelado Abdulá Öcalan ha pedido este jueves a su Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que deponga las armas, una medida que podría poner fin a su conflicto de 40 años con Ankara y tener consecuencias políticas y de seguridad de largo alcance para la región, informa Reuters. Una delegación del Partido Democrático Kurdo de Turquía ha visitado a Öcalan este jueves en su prisión en la isla y más tarde ha emitido su declaración en la cercana Estambul. «Hago un llamamiento a que depongan las armas y asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento». Öcalan quiere que su partido celebre un congreso y acepte formalmente disolverse, según lo citaron. Turquía y sus aliados occidentales consideran al PKK una organización terrorista. Más de 40.000 personas han muerto desde que el PKK inició su lucha en 1984 con el objetivo de crear una patria étnica para los kurdos. Desde entonces, se ha alejado de sus objetivos separatistas y ha buscado en cambio una mayor autonomía en el sudeste de Turquía y mayores derechos para los kurdos. El llamamiento de Öcalan podría tener consecuencias para la importante región exportadora de petróleo del norte de Irak, donde tiene su base el PKK, y para la vecina Siria, que está saliendo de la crisis tras 13 años de guerra civil y el derrocamiento en diciembre de Bashar al Assad . Hace una década, un proceso de paz entre Turquía y el PKK fracasó. Un aliado del presidente Recep Tayyip Erdogan propuso a Öcalan una medida similar hace cuatro meses.