Publicado: julio 18, 2025, 6:46 am

Colombia agota todas las vías para comprar la estatal venezolana Monómeros. En su primera cita en Caracas, el ministro de Minas y Energía, William Palma, se reunió hace una semana con Nicolás Maduro y otros funcionarios del chavismo venezolano para abordar la agenda en materia energética. Allí también se puso sobre la mesa la posible adquisición de la petroquímica con sede en Barranquilla, Monómeros. Se trata de un activo codiciado dentro de los planes de transición verde del Ejecutivo en Bogotá. Sin embargo, persiste un obstáculo a resolver: las sanciones comerciales y financieras de Washington.
Por Camilo Sánchez | EL PAÍS
La decisión del Gobierno de Gustavo Petro, que cuenta con cierto grado de consenso, se viene barajando desde hace más de un año. El ministro Palma incluso reconoció el pasado lunes que ya se ha explorado el “trámite de una licencia” en Estados Unidos para “facilitar la transacción”. Las palabras del jefe de la cartera constatan los reparos frente a una posible sanción por parte de la Oficina de Control de Bienes Extranjero de Estados Unidos (OFAC). De hecho, esa dependencia oficial aún no ha renovado la autorización que permite a la petroquímica operar y realizar transacciones comerciales y financieras con algunos bancos venezolanos bloqueados por Washington.
Se trata de un asunto complejo en un momento tenso para las relaciones entre Colombia y Estados Unidos. El presidente Trump ha advertido que los países que compren mercancías venezolanas podrían enfrentar un arancel adicional del 25% en sus exportaciones a Washington. ¿Es momento de arriesgar a un negocio bajo esas condiciones? El Gobierno en Bogotá asegura que constituye una opción importante para diversificar el portafolio de Ecopetrol, la petrolera de mayoría estatal que se haría cargo de Monómeros. También destaca su capacidad de producción de hasta el 30% de los fertilizantes que se elaboran en el país. Según el ingeniero de petróleos, Jairo Garavito, sería también una oportunidad para abaratar los precios de los alimentos y de la energía.
No obstante, la situación financiera de la empresa es débil y afronta problemas de liquidez, según los datos de 2024 publicados por la Superintendencia de Industria y Comercio. Y la gran duda es cómo se financiará la adquisición y recuperación de una compañía que emplea a 800 personas y atraviesa serias posibilidades de quiebra. ¿La caja del Ejecutivo está en condiciones? Conviene recordar que en 2006, bajo la administración de Álvaro Uribe, el Gobierno colombiano vendió las últimas acciones estatales de Monómeros a Pequiven (Petroquímica de Venezuela). Aquellos eran los días del presidente Hugo Chávez y en Bogotá no se contaba con la compañía como un activo estratégico.
Casi dos décadas más tarde vuelve a estar en el centro del debate. “Si con su adquisición el país puede alcanzar la autosuficiencia en el suministro de petroquímicos, y sobre todo de fertilizantes, creo que se justificaría la compra”, argumenta el ingeniero de petróleos Julio César Vera. Venezuela, por su parte, lleva meses en conversaciones con otros actores para vender la compañía. Una realidad que refuerza la tesis de que el tiempo apremia y la posibilidad de que un inversor extranjero se adelante supondría un golpe a la alicaída industria local.
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