Publicado: diciembre 6, 2025, 5:30 pm
El Atleti llegó con un «cabreo» este sábado a San Mamés al que no logró dar la vuelta después de los noventa minutos. Un buen Athletic de Bilbao, espoleado por más de 48.000 gargantas, dominó a los de Simeone, que igualaron en intensidad al conjunto de Ernesto Valverde, pero que solo apretaron el acelerador a última hora con el 1-0 . Ya era tarde y vuelven a la capital con una derrota que les deja en cuarta posición, por detrás de un Villarreal que no para de ganar y tiene un partido menos, y a ocho puntos del Barça que encabeza La Liga. Alojados en el hotel The Artist, a algo más de un kilómetro de distancia de La Catedral, los del Cholo dejaban la concentración para dirigirse al estadio en un trayecto que habitualmente se hace en diez minutos en coche, veinte para el que tenga que caminar. Sin embargo, según informó poco antes del partido la COPE, la expedición llegaba tarde al estadio, una hora y veinte antes del pitido inicial, al haber estado cerca de 40 minutos «dando vueltas» en el autobús por Bilbao. Algo que provocó «cabreo» en el club, que denunciaba que algo parecido ocurrió la temporada pasada. La versión oficial de la Ertzaintza, encargada de comandar el convoy, atribuía su retraso al «trafico denso». Más allá de la anécdota, ambos equipos encaraban el choque tras sendas derrotas esta misma semana, pero que tanto Valverde como Simeone trataban de olvidar pronto. La mirada en lo próximo. Y lo próximo era uno de los clásicos por excelencia en la Liga española . «No me detengo en lo que pasó. Necesitamos concentrarnos en el partido que tenemos por delante al ser duro y difícil contra un rival importante con un estadio complejo y difícil por el ambiente que siempre se genera», decía el técnico colchonero en la previa premonitoriamente. San Mamés, que enmudeció el miércoles transformado en el jardín de Mbappé, aguardaba al Atleti en ‘modo caldera’. «Solo hay un Athletic y es el de Bilbao», cantaba la Herri Harmaila, su grada de animación, hiperactiva desde el primer minuto contagiando al resto del estadio y al once de los leones. Con ritmo y activados en la presión tras pérdida, embotellaban por momentos a los visitantes delante de la portería de Oblak, que parecían esperar para salir a la contra. A punto estuvieron de romper el cero a cero en una de estas, que desbarató Unai Simón sacando un buen pie frente al tiro de Thiago Almada. El Athletic, muy castigado este año por las lesiones, recuperaba a Ohian Sancet. Y tanto él como el equipo recordaron al de la temporada pasada. Junto a Nico, que volvió loco durante todo el partido a Nahuel Molina, comandaba el ataque de los bilbaínos y tuvo varias de cabeza para poner antes por delante a los suyos aprovechando los centros laterales de Areso, el mejor de la primera parte. Hancko pedía ayuda a Nico González para que bajara con su lateral, que percutía solo una y otra vez ante los aspavientos del Cholo. Antes de que terminara el primer tiempo, Valverde se veía obligado a mover el banquillo, dando entrada a Vivian por un Laporte lesionado. Al descanso, Simeone hacía lo mismo cambiando a Gallagher, con amarilla, por Koke, tratando de dar un poco de control al centro del campo. No funcionó. El Athletic les superaba en los duelos y el Atlético aún creó menos peligro que en la primera parte. Los locales llevaban el peso y el menor de los Williams y Sancet seguían metiendo miedo a Oblak. Como en lo que va de temporada, al equipo del ‘txingurri’ únicamente le faltaba puntería, pues pese a la sensación de que el gol podía estar al caer, el esloveno no tuvo que hacer ninguna intervención de mérito. En agosto del año pasado, cuando ambos equipos se enfrentaron por última vez en San Mamés, la noche fue similar. Con una igualdad que solo logró romper Correa tras una acción individual de Sorloth en el descuento. Con el argentino fuera del equipo, Simeone daba entrada al noruego, por si la flauta quería volver a sonar. No quiso. El delantero la tuvo en su cabeza pasado el ochenta , pero no logró superar a Simón. Un minuto más tarde, Berenguer, que no había aparecido demasiado hasta entonces, hacía justicia para los suyos colocando con la pierna mala y desde fuera del área un balón a la red después de un pase raso de Nico.
