Vuelos suspendidos, familias varadas: el caos aéreo que empuja a Venezuela hacia sus fronteras - Venezuela
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Vuelos suspendidos, familias varadas: el caos aéreo que empuja a Venezuela hacia sus fronteras

Publicado: diciembre 6, 2025, 5:00 pm

Puente fronterizo Simón Bolívar, en Cúcuta (Colombia), el miércoles de esta semana.
Mario Caicedo (EFE)

 

María Cordero debería estar preparando su llegada a Caracas para las fiestas navideñas, pero está en su casa en España revisando cada pocas horas las notificaciones de su aerolínea. Su vuelo directo a Venezuela fue cancelado y la única alternativa que le ofrecen ahora es aterrizar en Bogotá y, desde allí, continuar hasta la frontera para cruzar a pie hacia Cúcuta, la ciudad colombiana que se ha convertido, de facto, en la nueva puerta internacional de los venezolanos. “Nos dieron donde nos duele”, dice. Su itinerario extraviado es hoy el de miles de pasajeros que intentan regresar —o salir— de un país casi incomunicado.

Por: El País

En las últimas dos semanas, el espacio aéreo venezolano se ha ido vaciando hasta convertirse en un cielo sin aviones. Las restricciones impuestas por Estados Unidos a las operaciones comerciales en torno a Maiquetía —el principal aeropuerto del país— han dejado a Venezuela prácticamente desconectada. La conexión con Europa está cerrada de hecho y las rutas que siguen activas dependen de muy pocos puntos: Bogotá, con frecuencias menguantes, y, hasta este miércoles, Panamá, cuyas aerolíneas suspendieron temporalmente sus vuelos por intermitencias en la navegación.

Con Maiquetía reducido a un puñado de destinos —Curazao, Barbados, Manaos, Cancún, San Petersburgo y Moscú—, el país ha desplazado buena parte de su tráfico internacional hacia un punto inesperado: el pequeño aeropuerto de San Antonio del Táchira, en la frontera con Colombia. Allí el movimiento semanal pasó de 3.500 a más de 5.000 pasajeros. Las agencias de viajes venden ya paquetes que incluyen la asistencia para cruzar el Puente Internacional Simón Bolívar rumbo al aeropuerto de Cúcuta, convertido en una terminal internacional improvisada para los venezolanos. Las aerolíneas locales duplicarán su oferta de vuelos en diciembre y enero para atender la demanda, en un terminal que estuvo once años cerrado y que reabrió apenas hace dos.

Ese desvío fronterizo no solo afecta a quienes intentan volver al país. También ha atrapado a quienes necesitan salir con urgencia. Stefania Chehade pasó tres días varada en Panamá, a la espera de completar un viaje a Venecia donde participaría en un programa de la Bienal. Tenía un boleto con destino final Venecia y aceptó el cambio de origen ofrecido por su aerolínea. Compró un pasaje adicional para volar hasta Panamá desde Caracas, pero al llegar al mostrador le negaron el embarque por supuestas irregularidades en sus documentos. Ella sostiene que todo estaba en orden: “Mi documentación era completamente válida, vigente y en pleno cumplimiento de los requisitos oficiales de entrada a España para pasajeros en tránsito, así como de entrada a Italia, mi destino final. Aun así, su personal me negó el embarque sin explicarme la razón, sin entregarme una justificación escrita y sin ofrecerme asistencia”. Después de tres días de periplo, Chehade compró un boleto para regresar a Caracas, justo antes de que Copa también suspendiera esta ruta hasta, al menos, el 12 de diciembre.

La escena se repite en distintos aeropuertos. En Madrid, decenas de venezolanos siguen atrapados en Barajas a la espera de reprogramaciones o de asistencia consular. La diáspora se ha organizado para llevar comida y algo de apoyo a quienes no pueden pagar alojamiento. Entre los que se han quedado varados en Madrid, aunque en casa de un hermano, está Clementina Urosa, de 75 años, que visitaba a su familia en España y quedó bloqueada sin fecha de retorno. “Dicen que van a abrir los vuelos el 31 de diciembre, pero no me veo ese día brincando para allá y luego para irse por Bogotá uno no tiene dinero para pagar el boleto a Venezuela. El bolsillo le va pegando a uno”, cuenta. “Estoy en suspenso”.

La magnitud del problema es enorme. Solo entre Caracas y España estaban programados 36 vuelos semanales de ida y vuelta, con alrededor de 300 pasajeros cada uno. La suspensión súbita ha dejado a miles de personas varadas o con billetes que ya no sirven para llegar a su destino. Las compañías europeas que dejaron de aterrizar en Caracas, como Air Europa e Iberia, están ofreciendo cambios de origen y destino o reembolsos a los pasajeros, pero cada ajuste implica nuevas escalas, costes adicionales y la incertidumbre de si esas rutas se mantendrán abiertas.

De Estados Unidos solo llegan los vuelos con venezolanos deportados que, según Venezuela, Washington pidió retomar en medio de las tensiones políticas. La crisis se profundiza y los viajeros varados intentan continuar sus planes por otras vías, en medio de una total incertidumbre.

Puedes leer la nota completa en El País

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