Publicado: diciembre 2, 2025, 2:30 am
Las aguas ya no bajan tan mansas entre Kiko Rivera e Irene Rosales. Han empezado a surgir las primeras diferencias entre ellos. Tensiones y tiranteces por cuestiones de índole familiar pero que se logran suavizar por las hijas que tienen en común.
Ambos son conscientes de que están en el ojo del huracán informativo y que cualquier sobresalto puede afectar al bienestar de las menores. Necesitan tiempo para afrontar la nueva vida e ir encajando las las nuevas exigencias y propuestas. No solo en lo relativo a su separación sino también en los nuevos comienzos.
En su caso, Irene Rosales es consciente de que hay mucha información sobre el pasado de su novio, Guillermo, circulando por las redacciones de programas y revistas. Se manejan datos inquietantes sobre el empresario a quien, por ejemplo, acusan de haber sido desleal a anteriores parejas y de haber tenido comportamientos poco afortunados.
A pesar de que varias personas de su entorno la han advertido, la sevillana confía plenamente en él y considera que desde algunos púlpitos televisivos se ha intentado torpedear su incipiente relación. Por el momento asegura que todo marcha viento en popa.
No ocurre lo mismo con Kiko Rivera. Aunque en las últimas semanas se le han adjudicado varios escarceos e ilusiones tempranas, fuentes muy próximas al cantante aseguran a este periódico que ni está enamorado ni tiene intención de embarcarse en un nuevo noviazgo.
Ahora está centrado en recuperar su autoestima y seguridad, un proceso lógico y habitual tras una separación pero que, sin embargo, no le está impidiendo disfrutar de la soltería y de su renovado aspecto físico.
El hijo de Isabel Pantoja alterna con amigos y amigas de siempre salvo alguna incorporación reciente y no descartan que, como ha ocurrido hasta la fecha, se publiquen nuevas imágenes en compañía femenina. Nada serio.
