Publicado: noviembre 14, 2025, 9:30 am
Recibe Carlos Alcaraz el trofeo que lo confirma como el número 1 del mundo de este 2025 y muda su semblante y su presencia. Traje oscuro y camisa azul de rayas, entra en la pista central del Inalpi Arena con paso de modelo, algo nervioso, y también un poco emocionado porque es la recompensa a once meses de mucho trabajo y de mucho pelear contra sí mismo y contra todos los rivales, especialmente duro Jannik Sinner, con el que han tenido su tira y afloja con esta posición privilegiada que Alcaraz conquista por segunda vez. La primera fue en 2022, con 19 años, todo por descubrir pero ya advirtiendo al mundo quién era este Carlos Alcaraz desenfadado, sonriente, con una derecha descomunal y muchas ganas de comerse el planeta tenis. El más joven de la historia. Ahora, en 2025, recoge el trofeo de la consagración, de los ocho títulos, que lo hace sentarse a la mesa de Lleyton Hewitt, Bjorn Borg y Stefan Edberg. Pero quiere más el murciano, que reconoce que todavía no ha empatado con nadie y, desde luego, no está «ni cerca» del Big Three: Novak Djokovic acabó de número 1 ocho años; Pete Sampras (6); Roger Federer, Rafael Nadal, cinco, como también Jimmy Connors. Rindieron homenaje al murciano, vídeo con imágenes de los partidos más relevantes de su temporada, con sus ocho títulos del curso, y lo acompañaron en el escenario Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, y Mohamed Alsayyad, representante del PIF, que también se ha hecho con los derechos de patrocinio del ranking de la ATP en otro intento por introducirse en todas las fotos del deporte mundial. Y allí, con el trofeo en las manos, Alcaraz, nervioso, trató de explicar lo que suponía ese momento para él: «Es un placer para mí ser el número 1. Ser el número 1 es algo por lo que trabajo mucho con mi equipo cada día. Es un objetivo, y es un viaje que no puedes hacer tú solo, sino con tu equipo, tu familia, tus personas cercanas estando siempre detrás de ti, en los momentos duros, en los buenos. Por eso estoy muy orgulloso de tener este gran equipo». «La primera vez que tuve este trofeo fue en 2022, y ahora lo tengo de nuevo y con el mismo equipo, del que me siento orgulloso. Se han añadido más integrantes, y estoy muy feliz con ellos. Para mí es un gran logro, lo significa todo para mí. Estoy orgulloso y feliz», proseguía el murciano antes de acordarse del público, parte fundamental de su deporte: «No puedo agradecer lo suficiente a la gente. Viajamos desde el 1 de enero hasta finales de noviembre a diferentes países, diferentes pistas, pero la gente es siempre genial: la gran energía, muy buena atmósfera. La siento cada vez que salgo a la pista. En algunos partidos sin su apoyo no sería capaz de volver o de ganar, de levantar trofeos. Así que solo puedo decir gracias a la gente que va a cada torneo, que apoya el tenis, que me apoya. Estoy muy agradecido por todo ese amor que recibo. Y este trofeo es también un poco suyo. No es solo para una persona, es para mi equipo y para mi familia, pero también para todos los que me apoyan de todos los lados». Y esa familia y equipo que a veces es todo uno, arroparon al jugador para hacer la foto de familia con el trofeo que lo consagra como el mejor tenista del año.
