Fundamentos para la inversión - Venezuela
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Fundamentos para la inversión

Publicado: noviembre 13, 2025, 9:00 pm

Un colega regresó de ADIPEC, un foro energético gigantesco en Abu Dhabi, resumió así el ánimo de los inversionistas globales: buscan estabilidad, no caos. Les da lo mismo si esa estabilidad viene de un gobierno autoritario o de una democracia; lo que importa es la previsibilidad del entorno.

La observación es relevante para México. Durante años presumimos “fundamentos” sólidos, como una macroeconomía estable, recursos naturales abundantes y una ubicación geográfica privilegiada. Hoy todos esos atributos no bastan. Los recursos, por sí solos, no generan desarrollo. Se requieren políticas públicas coherentes que aprovechen esos fundamentos y traduzcan el potencial en crecimiento y confianza.

En sectores como el energético, México ha dejado de figurar entre los destinos atractivos para nuevas inversiones. El capital está mirando hacia geografías que hace una década no estaban en el radar: Irak, Indonesia o Malasia, por citar algunos. Es una señal preocupante para una economía del tamaño de la nuestra.

Una lectora que trabaja en una de las multinacionales más importantes del país me dijo que no retirarán sus inversiones porque su apuesta es de largo plazo. Es cierto. Pero también lo es que muchas empresas simplemente reinvierten lo necesario para mantener operaciones, no para expandirse. No es lo mismo defender posiciones existentes que apostar capital fresco.

Desde mi perspectiva, el riesgo no es un éxodo de capitales, sino una caída en la calidad de la inversión. El caso de Iberdrola, que vendió su red de plantas a Cox Energy, lo ilustra con claridad. El gobierno celebró la operación como un “signo de confianza” en el sector energético mexicano, pero la asimetría es evidente. Iberdrola es una empresa global consolidada; Cox Energy es mucho más pequeña y aún en expansión. Eso habla más del tipo de capital dispuesto a entrar al país.

El matiz importa. En una economía como la mexicana —entre las quince más grandes del mundo y con acceso directo al mayor mercado global— la calidad de la inversión define el desarrollo posible. Sin políticas que reduzcan la incertidumbre, México corre el riesgo de atraer cada vez más inversiones pequeñas y de bajo impacto.

Hace poco, Bloomberg publicó una nota que atinadamente describe a México como un país en un punto de inflexión definido por dos fuerzas que hoy se conjugan. Por un lado, la creciente vulnerabilidad frente a la política comercial de Estados Unidos y, por el otro, las decisiones internas sobre el papel del Estado, la disciplina fiscal, el apoyo a Pemex y los incentivos a la inversión.

Todo esto ocurre en vísperas de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). El acuerdo es una pieza estructural de la economía y debería funcionar como un ancla de certidumbre. Sin embargo, hoy ocurre lo contrario, tanto por la política en Washington como por los cambios impulsados desde el oficialismo. Mi escenario base (todavía) es la renovación del tratado, pero el proceso de revisión mantendrá presiones e incógnitas durante 2026 e incluso hasta 2027, pues cualquier modificación sustantiva deberá pasar por el Congreso estadounidense.

El periodo de consultas públicas de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) concluyó hace unos días y dejó señales encontradas. Organizaciones empresariales respaldan la continuidad del acuerdo, pero también abundan críticas a México por reformas internas, incluida la judicial, que complicarán la negociación.

México no está condenado al rezago, pero tampoco está blindado contra él. Podemos presumir fundamentos sólidos, pero si las reglas del juego se redefinen sólo desde la ideología, el rumbo se diluye. Y en un entorno donde la competencia global por capital es cada vez más exigente, ofrecer volatilidad política y regulatoria en nombre soberanía no fortalece al país, lo debilita.

Related Articles