Publicado: noviembre 13, 2025, 7:30 pm
Culminará Carlos Alcaraz 2025 como número de 2025 por tÃtulos (Róterdam, Montecarlo, Roma, Roland Garros, Queen’s, Cincinnati, US Open y Tokio), dos Grand Slams, remontadas para la historia, derrotas de crecimiento y victorias de erudición ( 70 en 78 partidos; 55 de 59 desde abril ). Como esta ante Lorenzo Musetti en la Copa de Maestros con la que se clasifica como primero de grupo, le devuelve a Alex de Miñaur el favor de la sobremesa, evita a Jannik Sinner hasta la final y se sienta en el trono de la ATP como recompensa a once meses estupendos. En 2022 fue el número 1 más joven de la historia; en 2025 lo es como el más maduro, el más equilibrado, el más tenaz, el más capaz. El mejor del año. Al principio del año ni lo podÃa pensar, reconoce. «Sinner estaba ganando todos los torneos que jugaba. Pero desde mitad de temporada, pude jugar a un gran nivel en muchos torneo seguidos y veÃa el objetivo más cerca». Progresivo, como ha sido este curso de subir niveles, de equilibrio emocional, de reforzar el saque, de afianzar el revés, de entender que puede ganar sin brillanteces, de saber que puede perder con brillanteces, de derrotas reparadoras y victorias descomunales. Con las mismas ganas de seguir mejorando como de divertirse, que ya no hay discusión: se puede compaginar. Que es Carlos Alcaraz, lÃder sin discusión. Hay un comienzo de curso que escuece, porque se aspira y se desea conquistar el Abierto de Australia, pero se topa con su propia falta de intensidad y un Novak Djokovic que se niega a marchitarse. Hay un Alcaraz que le da la vuelta a la tristeza con su primer triunfo bajo techo, en Róterdam. Y hay un Alcaraz que toca fondo con una derrota a la primera en Miami. Su medicina: rodearse de los suyos y unas vacaciones; olvidarse del tenis y resetear. A partir de ahÃ, una primavera fantástica: de carrerilla, Montecarlo, Roma, la final de las finales ante Sinner para levantar su segundo Roland Garros, Queen’s. Recuperó fuerzas y la pista rápida dejó de ser un problema: Cincinnati y US Open, donde todo empezó, ante un Sinner al que le arrebató el número 1 en una pelea por el trono que fue constante en el verano y el otoño. La derrota en ParÃs, ante Norrie, devolvió el cetro al italiano pero alimentó la rabia del español, que saca matrÃcula en llegar bien a final de temporada después del tirón de orejas del año pasado. Alumno aplicado, convierte sus tres triunfos de las ATP Finals en tres victorias a pesar de la presión y los nervios. «TenÃa muy claro las situaciones que podrÃa vivir: que las cosas no salieran, que las sensaciones no fueran las mejores, pero sabÃa lo que tenÃa que hacer: estar fuerte mentalmente, esperar la oportunidad, concentrarnos en el saque y ciertos tiros. Eso es lo que he hecho muy bien; he estado tranquilo la mayor parte del tiempo y he lidiado con las complicaciones», analiza después de un partido soberbio en el que sÃ, cumplió con lo pactado. También en todo el proceso de aprendizaje, que pasa por saber que la temporada va de enero a noviembre, de saber que se tiene que competir aun estando mal. «Estamos teniendo una temporada magnÃfica. La consistencia es algo que siempre ha estado en mi contra. Algo que he intentado trabajar lo máximo posible. En los años anteriores en tema de partidos, torneos, la consistencia ha sido un lastre para mÃ. Y hemos intentado mejorar. Y este año hemos demostrado que he mejorado. En cada torneo conseguÃa ganar o hacer final o hacer un buen resultado. Con eso es lo que me quedo», esgrime después, ataviado con una camiseta con el número 23. Asà que no puede decir otra cosa: «El principio del año no fue el mejor, pero hemos remontado y es el mejor que hemos hecho hasta la fecha todavÃa con dos torneos por disputarse». Ya está en ese punto de que los rivales tendrán que hacer todo lo posible por ganar aunque él no tenga todo en su sitio. «Hay muchos factores en ganar o no, pero sà que sé que puedo competir y darme la oportunidad de ganar aunque no estemos bien. Es lo que hemos mejorado mucho. Intentamos encontrar soluciones en los partidos, pero me encuentro en la gran mayorÃa de veces sà que me van a tener que jugar muy bien para ganarme aunque no me encuentre bien». Definitivo, concentrado, superior, trabajado, orgulloso después de una hora y media de mandar con la derecha y con el revés, de templar los nervios y las ganas de ese número 1. «Esto significa mucho para mÃ. Todo lo que hemos pasado, con altibajos que he sufrido para estar aquÃ, estoy muy orgulloso de mi equipo y de mû. Y ahora: «Una parte de los objetivos de la temporada está conseguida; ahora iremos a por la siguiente». El sábado, a las 20.30 horas, semifinal con Aliassime o Zverev. Hoy, Alcaraz, con el mundo del tenis a sus pies.
