Publicado: noviembre 12, 2025, 10:30 am

El abogado, escritor y profesor universitario Gonzalo Himiob, fundador del Foro Penal, ofreció un balance contundente sobre la situación de los presos políticos en Venezuela y las crecientes violaciones a los derechos humanos en el país. En conversación con LaPatilla.com, Himiob alertó que la represión del Estado se ha intensificado en los últimos meses y que actualmente existen 884 personas detenidas por motivos políticos, de las cuales 726 permanecen sin condena.
Por lapatilla.com
Un país con casi 900 presos políticos
“Al corte del 3 de noviembre registrábamos 884 personas arbitrariamente detenidas por motivos políticos, de las cuales 767 son hombres y 117 mujeres. Cuatro de ellas son adolescentes entre 14 y 17 años”, detalló Himiob. La mayoría de estos casos —726— no ha recibido condena alguna, lo que refleja una práctica sistemática de detención preventiva sin juicio.
“Es una cifra altísima. Hay personas que llevan años privadas de libertad sin una sentencia. Es una violación abierta del derecho a la defensa y al debido proceso”, subrayó.
De este total, 85 son extranjeros o venezolanos con doble nacionalidad, y 57 de ellos se encuentran desaparecidos, sin que se conozca su destino o paradero. Según el abogado, esta práctica responde a una “estrategia de secuestro de Estado” que busca utilizar a los detenidos como fichas de negociación en acuerdos políticos o económicos con otros países.
Persecución contra Vente Venezuela y el uso del miedo como herramienta
Himiob denunció una razia dirigida contra activistas, colaboradores y simpatizantes del partido Vente Venezuela, liderado por María Corina Machado. “Ha habido una arremetida muy marcada, con la evidente intención de desarticular ese movimiento político como un factor de presión o cuestionamiento al Gobierno Nacional”, aseguró.
El abogado explicó que también se ha registrado un aumento de detenciones aleatorias en sectores humildes: “Estamos viendo arrestos de personas sin relevancia política ni capacidad de movilización, pero distribuidas por todo el país. Eso tiene un propósito claro: sembrar miedo en la población”.
Para Himiob, la represión busca crear una espiral de terror que mantenga a la sociedad bajo control, y forma parte de una política de Estado que no distingue ideología ni filiación: “La máquina represiva no discrimina. Hoy le puede tocar a cualquiera, incluso a quienes simpatizan con el oficialismo”.
Militares, civiles y el trabajo del Foro Penal
De los 884 presos políticos, 173 son militares. “En el componente militar es donde más condenas se han producido. Sin embargo, los civiles siguen siendo los principales destinatarios de esta política de represión”, señaló.
Himiob explicó que el Foro Penal asiste tanto a civiles como a militares, sin distinción ideológica: “Nosotros no preguntamos cuál es el color de la simpatía política de nadie. Lo único que nos importa es si se han violado o no sus derechos humanos”.
Recordó que muchos detenidos no pueden nombrar abogados privados, ya que el régimen les impone defensores públicos. “Esto se ha convertido en política de Estado. Las leyes garantizan que uno puede designar a su abogado de confianza, pero eso no se respeta. Nosotros ayudamos a los familiares a redactar solicitudes y llevamos sus denuncias ante instancias nacionales e internacionales”, añadió.
Sin respuesta del Estado y el trabajo internacional
En 2024, el Foro Penal presentó más de 450 denuncias ante la Defensoría del Pueblo por detenciones arbitrarias. “Ninguna ha recibido respuesta hasta hoy”, lamentó. Frente a ese silencio, la organización ha intensificado su labor ante organismos internacionales como el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“Estamos haciendo una carrera de resistencia. Tal vez los resultados no se vean de inmediato, pero registrar cada caso es crucial. Cuando llegue el momento de hacer justicia, debe haber evidencia documentada”, enfatizó Himiob, recordando las lecciones de activistas que enfrentaron dictaduras como las de Videla y Pinochet.
La puerta giratoria y las similitudes regionales
El abogado comparó la estrategia represiva venezolana con prácticas de China, Rusia, Irán y Cuba, donde se utiliza la llamada “puerta giratoria”: liberar a algunos presos mientras se encarcela a otros. “Así, el gobierno siempre mantiene llena su bolsa de ‘monedas de cambio’. Es un mecanismo perverso de control político”, explicó.
También señaló paralelismos con dictaduras latinoamericanas del siglo XX: “En el Cono Sur vimos exactamente lo mismo. El irrespeto al Estado de derecho no es nuevo, pero en Venezuela se ha institucionalizado con particular crudeza”.
Una ruta para el futuro: justicia sin venganza
Consultado sobre qué debería ocurrir en un eventual cambio político en el país, Himiob fue claro: “Lo primero es hacer cesar todas las detenciones arbitrarias”. Sin embargo, advirtió que el proceso debe ir más allá: “Hay más de 10.000 personas con procesos penales abiertos por razones políticas. Aun estando en libertad condicional, viven con una espada de Damocles sobre sus cabezas”.
El abogado propone una reinstitucionalización profunda del sistema de justicia: “Hay que reformular los protocolos de actuación de cuerpos policiales, fiscales, tribunales y la Defensoría del Pueblo. Pero también debemos reeducarnos todos en una nueva cultura de respeto a los derechos humanos. No podemos combatir lo malo con más malo. Debemos ser la espada de la justicia, no la de la venganza”.
El rol de la comunidad internacional
Himiob reconoció el trabajo de organismos como la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y la Misión Internacional Independiente de Verificación de Hechos, pero insistió en que el impacto de sus decisiones depende del Estado venezolano: “Si tienes un gobierno que no respeta los derechos humanos, cualquier pronunciamiento pierde efectividad. Sin embargo, eso no significa que no tengan valor. Lo importante es dejar constancia y mantener la presión”.
También hizo un llamado a los países europeos y latinoamericanos a actuar de forma conjunta ante los casos de sus ciudadanos detenidos en Venezuela. “Tenemos casi 50 presos con nacionalidad europea, además de argentinos, bolivianos, ecuatorianos y colombianos. No puede ser que no haya un comunicado conjunto de la Unión Europea. A veces es mejor hacer grupo: lo que afecta a uno, afecta a todos”.
Prudencia y resistencia ciudadana
Himiob pidió a los venezolanos mantener la lucha pacífica, pero con prudencia: “Estamos en un momento muy delicado. Cualquier comentario en redes o en grupos familiares puede ser tergiversado y usado como excusa para reprimir. No hay que darle al régimen más instrumentos de miedo”.
Finalmente, invitó a los ciudadanos dentro y fuera del país a apoyar al Foro Penal: “Tenemos capítulos en más de 30 ciudades del mundo. Cualquiera puede colaborar, no hace falta ser abogado. Basta con tener voluntad de ayudar, aunque sea una hora a la semana. En nuestra web, www.foropenal.com, están todos los datos para unirse”.
“El miedo no puede ser la norma”
La entrevista con Gonzalo Himiob deja claro que la represión en Venezuela no es solo una estrategia política, sino un mecanismo de control social sostenido en la impunidad. Con cientos de presos, miles de procesados y decenas de desaparecidos, la defensa de los derechos humanos sigue dependiendo de la valentía de organizaciones como el Foro Penal y de la presión de la comunidad internacional.
“Lo que vivimos no puede normalizarse”, concluye Himiob. “El miedo no puede ser la norma. Venezuela necesita justicia, memoria y garantías de no repetición para poder sanar”.
Puedes escuchar la entrevista en Spotify, haciendo clic AQUÍ.
