Publicado: noviembre 11, 2025, 3:00 pm
Aunque solo ha volado una vez, New Glenn, el cohete de la compañía Blue Origin, propiedad del magnate Jeff Bezos , intentará en su segundo vuelo una ambiciosa tarea: llevar a la órbita dos satélites gemelos de la NASA que estudiarán la atmósfera marciana a partir de 2027. A pesar de la importancia de la misión, los ojos del mundo entero en realidad estarán atentos de algo más ‘terrenal’ que ocurrirá mucho antes, concretamente siete minutos después del despegue: el regreso de la primera etapa a una plataforma de lanzamiento marítimo. De conseguirlo, Blue Origin probará que sus cohetes están listos para rivalizar con los famosos Falcon, propiedad de SpaceX y, por ende, de su mayor competidor, Elon Musk. El lanzamiento se producirá después de que el domingo se cancelase el último intento debido al mal tiempo en Cabo Cañaveral, lugar donde se ubica la Estación de la Fuerza Espacial de la NASA. Este miércoles, entre las 14.50 y las 16.17 hora local (20.50-22.50 en España), Blue Origin tendrá una nueva oportunidad, pese que ya han entrado en vigor las nuevas restricciones para los vuelos espaciales comerciales y que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha anunciado la suspensión indefinida de todos los lanzamientos comerciales diurnos para aliviar la carga de trabajo de los controladores aéreos que trabajan sin remuneración durante el cierre del gobierno estadounidense . La transmisión en directo del lanzamiento comenzará unos 20 minutos antes del despegue. Este lanzamiento marcará el segundo vuelo de un cohete New Glenn (el primero tuvo lugar en enero de este año ). Blue Origin espera que el vuelo, denominado NG-2, logre aterrizar con éxito la primera etapa del imponente cohete de 98 metros de altura en una barcaza ubicada en el Océano Atlántico para su posterior reutilización, algo que ya se intentó durante el primer vuelo, aunque sin éxito (aunque el resto del vuelo transcurrió sin problemas). Blue Origin espera utilizar New Glenn como su cohete principal para lanzamientos de satélites comerciales, vuelos de carga pesada y futuras misiones a la Luna con módulos de aterrizaje Blue Moon tanto con como sin tripulación a bordo. Un hito que marcaría un paso importante después de que el actual jefe interino de la NASA, el también senador de Transportes Sean Duffy , afirmara que abriría el contrato pactado con SpaceX para las primeras misiones a la Luna del Programa Artemis ( Bezos lo hará desde la quinta misión , dos viajes después del primer alunizaje), con el que los astronautas volverán a pisar nuestro satélite. Duffy argumentó que la empresa de Musk se estaba «retrasando» con las pruebas de Starship, el megacohete de SpaceX. «Han extendido sus plazos y estamos en una carrera contra China -señaló el actual jefe de la NASA-. El presidente y yo queremos llegar a la Luna durante este mandato, así que voy a abrir el contrato». El interior del cohete transporta la preciada carga de dos satélites gemelos que conformarán la misión de la NASA bautizada como Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers (Exploradores de Escape, Aceleración y Dinámica del Plasma), la primera misión de la agencia al Planeta Rojo en cinco años que se ha retrasado desde octubre de 2024. Los dos orbitadores fueron construidos por Rocket Lab y diseñados para estudiar cómo el viento solar y el clima espacial han despojado a Marte de gran parte de su atmósfera, dejando el árido y seco Planeta Rojo que vemos hoy. La misión de bajo coste se construyó por menos de 80 millones de dólares y está dirigida por científicos de la Universidad de California en Berkeley para la NASA. La segunda etapa del cohete New Glenn también transporta un experimento de telemetría y comunicaciones para ViaSat, como parte de un proyecto del Programa de Servicios de Comunicaciones de la NASA.
