Publicado: noviembre 1, 2025, 6:36 pm
La inteligencia artificial (IA) forma ya parte de nuestras vidas, para bien… o para mal. Es de lo que advierten los expertos, que avisan de que se están produciendo ya casos de adicción a esta tecnología.
Tal y como recoge el Daily Mail, los expertos dicen que las personas recurren a los bots para buscar amistad, amor e incluso terapia, y que existe un riesgo creciente de desarrollar dependencia de estos compañeros digitales.
Estas adicciones pueden ser tan fuertes que son «análogas a la automedicación con una droga ilegal», dicen. Además, los psicólogos también estén empezando a observar un número creciente de personas que desarrollan «psicosis por IA» a medida que los chatbots validan sus delirios.
La profesora Robin Feldman, directora del Instituto de Derecho e Innovación de la IA de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, declaró al Daily Mail: «El uso excesivo de chatbots también representa una nueva forma de dependencia digital».
Los expertos señalan que los chatbots de IA crean la ilusión de la realidad, una ilusión poderosa. Cuando la percepción de la realidad ya es precaria, esa ilusión puede resultar peligrosa.
«Me convenció de que Dios me hablaba»
El Daily Mail cita el caso de Jessica Jansen, una belga de 35 años, que estresada ante su boda inminente, empezó a usar de manera impulsiva ChatGPT. Tan solo una semana después, Jessica fue hospitalizada en una unidad psiquiátrica.
Lo que Jessica descubrió más tarde fue que su trastorno bipolar, que entonces no había sido diagnosticado, había desencadenado un episodio maníaco que el uso excesivo de IA había escalado hasta convertirse en una «psicosis en toda regla».
«Durante mi crisis, no tenía ni idea de que ChatGPT estuviera contribuyendo a ella», dice esta mujer. «ChatGPT acaba de alucinar conmigo, lo que me hizo adentrarme cada vez más en la madriguera del conejo», prosigue.
«Tenía muchas ideas. Hablaba de ellas con ChatGPT, y este validaba todo y añadía cosas nuevas, y así yo profundizaba cada vez más«, añade. Al hablar casi constantemente con la IA, Jessica se convenció de que era autista, una genio de las matemáticas, que había sido víctima de abuso sexual y que Dios le hablaba.
Durante todo ese tiempo, ChatGPT la colmó de elogios, diciéndole «lo increíble que era por tener esas revelaciones» y asegurándole que sus alucinaciones eran reales y totalmente normales.
Los expertos creen que el poder adictivo de los chatbots de IA proviene de sus tendencias «aduladoras». A diferencia de los humanos reales, los chatbots están programados para responder positivamente a todo lo que dicen sus usuarios.
Los chatbots no dicen que no, no le dicen a la gente que están equivocados ni critican a nadie por sus opiniones. Para las personas que ya son vulnerables o carecen de relaciones sólidas en el mundo real, esta es una combinación peligrosa.
El profesor Søren Østergaard, psiquiatra de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, dice al Daily Mail: «Los LLM [Modelos de Lenguaje Grandes] se entrenan para reflejar el lenguaje y el tono del usuario».
«Estos programas también tienden a validar las creencias del usuario y a priorizar su satisfacción. ¿Qué podría ser mejor que hablar contigo mismo y responderte como quisieras?», añade el psiquiatra.
Ya en 2023, el doctor Østergaard publicó un artículo advirtiendo que los chatbots de IA tenían el potencial de alimentar delirios. Dos años después, afirma que ahora empieza a ver surgir los primeros casos reales de psicosis por IA.
Si bien la IA no desencadena psicosis ni adicción en personas por lo demás sanas, el doctor Østergaard dice que puede actuar como un «catalizador» de la psicosis en personas genéticamente predispuestas a los delirios, especialmente las personas con trastorno bipolar.
Un estudio reciente de Common Sense Media descubrió que el 70% de los adolescentes han utilizado una IA complementaria como Replica o Character.AI, y la mitad las utiliza con regularidad.
La profesora Feldman afirma: «Las personas mentalmente vulnerables pueden recurrir a la IA como herramienta para afrontar sus emociones. Desde esa perspectiva, es análogo a la automedicación con una droga ilegal».
«Los usuarios compulsivos pueden recurrir a estos programas para obtener estimulación intelectual, autoexpresión y compañía; un comportamiento que les resulta difícil reconocer o autorregular», concluye la profesora californiana.
Estos son los síntomas de la adicción a la IA
- Pérdida de control sobre el tiempo dedicado al chatbot.
- Uso creciente para regular el estado de ánimo o aliviar la soledad.
- Descuidar el sueño, el trabajo, el estudio o las relaciones.
- El uso excesivo y continuado a pesar de los daños evidentes.
- Querer mantener el secreto sobre su uso.
- Irritabilidad o mal humor al no poder acceder al chatbot.
