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La prórroga de Almaraz entra en fase de «silencio» un mes después de la solicitud a la espera del Consejo de Seguridad Nuclear

Publicado: noviembre 30, 2025, 6:07 am

Después de la tormenta llegó la calma. O, más bien, el silencio que se ha autoimpuesto tanto en el Gobierno como en las propietarias de la central nuclear de Almaraz a la espera de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) dé su veredicto sobre si es posible ampliar su vida útil y mantenerla en funcionamiento hasta 2030. Se cumple un mes de que Iberdrola, Endesa y Naturgy enviaron la solicitud formal de prórroga al Ministerio de Transición Ecológica, después de muchos meses instándole en mensajes públicos a permitir que los dos reactores sigan funcionando dos y tres años más respectivamente. Ahora se ha instalado un perfil bajo en las dos partes, a la espera de que la autoridad máxima en seguridad nuclear determine si la central está en condiciones de continuar. No será el final del proceso, que podría durar meses pero también años y que concluirá con una decisión política, del Gobierno actual o del que esté llegado el momento.

El proceso hacia la eventual prórroga de Almaraz avanza lento y en total discreción. Lento, porque el Ministerio de Transición Ecológica se ha tomado más de tres semanas para enviar la documentación que le remitieron las propietarias al Consejo de Seguridad Nuclear. Tras analizar que estaba todo en regla y que no faltaba ningún documento necesario, así lo hizo la semana pasada. «En espera», dicen que están las propietarias, que apuestan por estar «desaparecidas» hasta que no emita su informe. El Ministerio no piensa tampoco hacer comentarios para no condicionar la decisión de este organismo, lo que también permite a la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, no pronunciarse sobre el futuro de esta central nuclear, ni del resto, como hizo esta semana en el Congreso, a una pregunta del diputado popular Guillermo Mariscal. Y todo a las puertas de la campaña electoral en Extremadura, donde el gobierno de la candidata del PP María Guardiola apuesta abiertamente por mantenerla abierta -de hecho, llegó a anunciar una rebaja de la ecotasa, antes de que las eléctricas renunciaran a exigir una rebaja fiscal para pedir la prórroga- y reprocha al PSOE extremeño que no defienda en Madrid una actividad que genera mucho empleo y actividad en esta comunidad.

La pelota de la prórroga, pues, está ya en el segundo tejado del proceso, en el del Consejo de Seguridad Nuclear, que es el organismo responsable de expedir las autorizaciones de funcionamiento de las centrales nucleares, al que éstas comunican cualquier incidente que pueda dar lugar a una parada no programada de las que se producen frecuentemente para solventar fallos o anomalías de todo tipo o las paradas programadas, con inspecciones que son más o menos habituales. En el caso de para inspeccionar todos los años las centrales, en las llamadas paradas programadas y otras inspecciones. En este 2025, sus dos reactores han sido visitados por el CSN en once ocasiones, la última en septiembre, para verificar componentes, inspeccionar la vigilancia radiológica o hacer el «simulacro anual» de emergencias. El número dos, además, retomó su funcionamiento a principios de noviembre después de un mes parado por recarga de combustible, un proceso en el que se aprovecha para revisar y hacer mantenimiento de sus componentes.

Informes y peticiones… ¿hasta el desistimiento?

Por sus funciones, el CSN es un organismo eminentemente técnico, a pesar de que hace unos meses fue objeto de controversia política por el nombramiento por parte del Congreso y mediante la vía del silencio administrativo en lugar del apoyo expreso de su presidente y vocales entre candidatos propuestos por el Gobierno -algunos, muy cercanos a Moncloa, como la exsecretaria de Estado de Sanidad, la epidemióloga Silvia Calzón– y que fueron vetados por el PP y Vox. En todo caso, el Consejo tiene el reconocimiento también de las eléctricas sobre el trabajo que tienen por delante, sobre el que sí discrepan con el Gobierno.

Las propietarias de Almaraz no esperan que la revisión por parte del CNS de la documentación sobre la prórroga produzca ningún sobresalto o dé lugar a ninguna demanda imprevista, dado que ya somete a la central nuclear a controles frecuentes, que dan lugar a que el organismo conozca el estado en el que se encuentran las instalaciones.

Desde el Gobierno se ve de otra manera porque no se descarta que pudiera solicitar revisiones adicionales sobre el estado de los reactores o sobre las consecuencias de una práctica de encendido y apagado en apenas un día a la que recurren las propietarias para días en los que, debido a una gran entrada de renovables, el precio de la electricidad queda fijado por debajo del coste de producción de las centrales nucleares. Entonces, comunican al CNS una parada por motivos de mercado. Este es la causa de que el día del apagón dos de los siete reactores estuvieran inactivos -además de Trillo, que estaba recargando combustible-.

En el extremo último -que las propietarias no contemplan- en el que el CSN viera necesario hacer reparaciones y adaptaciones que resultaran excesivamente caras, Iberdrola, Endesa y Naturgy podrían incluso desistir de la prórroga por motivos de rentabilidad y dejar en suspenso la posibilidad de que Almaraz siga funcionando hasta 2030. Ante esta posibilidad, Aagesen ha rechazado la petición de las propietarias de paralizar el proceso que, paradójicamente, discurre en paralelo con la petición de prórroga, el del cierre o «licenciamiento» de Almaraz en virtud de la única norma en vigor en estos momentos en ausencia de una decisión en firme para prorrogar la central, la Orden Ministerial que le concede una licencia para que sus reactores operen solo hasta octubre de 2027 y noviembre de 2028. La decisión de Aagesen se justifica en continuar con el proceso de cierre por si acaso, al final, las propietarias deciden que no les compensa hacer las inversiones que el CSN pudiera pedirles para seguir funcionando.

Decisión de este Gobierno… o el próximo

Dependiendo de las peticiones que el CNS pueda hacer para que Almaraz siga funcionando, así será también el tiempo que se prolongue todo el proceso. Mientras que entre las propietarias no se lanzan a estimar un plazo, desde el Gobierno se habla de meses o, directamente de años, dependiendo de las adaptaciones o reparaciones que los técnicos nucleares pudieran solicitar a las propietarias de Almaraz.

El informe del CNS es vinculante, tanto si determina que no es posible autorizar la prórroga como por lo que respecta a las actuaciones que eventualmente tendrían que llevar a cabo las propietarias para que Almaraz siga funcionando. Pero no lo es para el Gobierno, que al final decidirá sobre una prórroga teniendo en cuenta lo que digan los expertos nucleares pero también otra serie de factores a la hora de redactar una nueva Orden Ministerial que ponga una nueva fecha al plazo de operación de la central.

De momento, Aagesen ha evitado comprometerse a autorizar la prórroga si el Consejo de Seguridad Nuclear da luz verde, ganando así tiempo antes de eventualmente detonar la ‘bomba H’ dentro del Gobierno, una posible extensión de la vida de la central nuclear que el socio pequeño, Sumar rechaza de plano.

De acuerdo a los largos plazos, incluso de años, que llegan a manera fuentes gubernamentales, puede que la decisión no la tenga que este Gobierno y que pase al siguiente Ejecutivo.

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