Publicado: noviembre 5, 2025, 8:43 am
Desesperado y al borde un ataque de nervios, Ricardo Salinas Pliego va de ridículo en ridículo, ahora se disfraza de “niño pobre” y da patadas de ahogado ante lo inminente e inevitable: pagar su voluminoso adeudo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el cual no es menor a 74 mil millones de pesos (faltan por sumar las actualizaciones de los últimos meses), amén de que quedó huérfano, al perder la protección de los llamados “impartidores de justicia”, los cuales, como vendedores de protección, durante décadas estuvieron a su servicio.
