Publicado: noviembre 14, 2025, 3:07 am

Vox afronta la negociación para investir un nuevo president de la Generalitat con el objetivo de dejar patente que el partido sigue teniendo capacidad de influencia en las políticas que se desarrollan. Los acuerdos cerrados previamente con el PP valenciano serán la base, pero fuentes de la formación apuntan a que se añadirá algún matiz más, con la reconstrucción tras la dana, la inmigración y las tesis medioambientales como eje de la negociación. Y, en estas materias, Vox aspira a que el PP vaya al choque contra la política del Gobierno en todo lo que esté en su mano.
La letra pequeña de lo que ambas derechas negociarán aún está por conocerse, aunque Santiago Abascal ya dejó alguna pista el pasado miércoles en el Congreso: propuso al PP construir «presas y diques» en Valencia, instándole a llevar a cabo «las obras que necesita» la ciudad para la reconstrucción tras la dana. El secretario general de los populares, Miguel Tellado, ya expresó ayer que su partido también respalda esta medida. Fuentes de Vox dicen ser conscientes de que esto no es competencia autonómica -o no solo-, pero señalan que buscarán que los populares defiendan e insistan en la puesta en marcha de estos proyectos y que, llegado el caso, sea el Gobierno el que los rechace.
En materia migratoria, donde el PP ha puesto como línea roja el cumplimiento de la legislación vigente, Vox también instará al candidato, Juanfran Pérez Llorca, a recoger un rechazo expreso a la política del Gobierno. Esto incluye, por ejemplo, oponerse a la distribución de menores migrantes desde Canarias, aunque fuentes de Vox señalan que sus exigencias quedarán dentro de los márgenes de la legalidad. «Hacer todo lo posible» en el rechazo a la llegada de estos jóvenes, y en otros asuntos migratorios, es lo que pondrá sobre la mesa el partido.
Esto se podría materializar, sugieren fuentes de la formación, en que el PP sostenga que no hay plazas disponibles para más acogidas o en destinar fondos para devolver a los menores a sus países de origen. Ambas cosas las asumió en su día Carlos Mazón, que incluyó en sus presupuestos una partida de dos millones de euros para la «reagrupación familiar» de estos jóvenes.
Para Vox, la inmigración es un asunto prioritario, y aquí sus presiones al PP son constantes. Ayer mismo, el partido planteó en las Cortes Valencianas enmiendas al proyecto de ley para la mejora de la renta valenciana de inclusión, la prestación más importante de la Generalitat. Y lo hizo, por ejemplo, para vincular esta ayuda pública al veto del burka o el nicab, con el planteamiento de que «quienes denigren a la mujer o a la infancia no deben recibir ayudas públicas».
Para ello, Vox plantea vincular la renta de inclusión que reciben los más vulnerables a un «plan de inclusión» que, según una de las enmiendas, exigirá «la plena participación cultural y convivencial atendiendo a la costumbre del país», además de la «renuncia a cualquier práctica que atente contra la dignidad e integridad de la infancia y las mujeres». Según fuentes de Vox, estas medidas deberían suponer la «prohibición del burka y el nicab», un extremo que, según las fuentes consultadas, choca con el principio constitucional de la libertad religiosa.
«Acuerdo y escenificación»
La cuenta atrás para cerrar un acuerdo que haga a Pérez Llorca president de la Generalitat está activada. El PP tiene que registrar al candidato antes del próximo miércoles, y a partir de ahí el pleno de investidura deberá celebrarse en un plazo máximo de entre tres y siete días, con lo que se irá a la última semana de noviembre. La mesa de negociación con los populares, prevén fuentes de Vox, arrancará entre hoy y el lunes, y en el partido aseguran que no jugarán con acortar o alargar los tiempos. Tampoco plantean que su estrategia pase por impedir la investidura en una primera votación y apoyarla después, pues aseguran que no habrá táctica política en este asunto. Y niegan también que el criterio estratégico vaya a estar presente en el sentido de abocar o no a la Comunidad Valenciana a elecciones; dependerá de si el PP asume o no sus propuestas.
Así, en el horizonte, se plantean dos vías por las que el partido de Abascal exigirá que sus políticas queden recogidas: «acuerdo y escenificación». Fuentes de Vox señalan que quieren sellar un nuevo pacto con Pérez Llorca en el que queden recogidas sus políticas -en la medida en que sea posible atendiendo a su posición relativa; al número de diputados que tienen-. Y, además, deslizan que estas tesis tendrán que tener reflejo, por ejemplo, en el discurso que pudiera dar el candidato en el pleno de investidura -Mazón ya lo hizo para aprobar los presupuestos de 2025-. Eso sí, Vox descarta pedir entrar en un hipotético futuro gobierno.
