La bandera de cuadros de este domingo en Barcelona fue la confirmación de un sueño que Jorge MartÃn perseguÃa desde que era un niño: ser campeón del mundo de MotoGP. El triunfo del madrileño, el quinto español en conseguir la corona de la categorÃa reina, ha llevado al humorista Juan Dávila a recordar un divertido momento con el piloto durante uno de sus espectáculos.
Fue hace dos años cuando el de San Sebastián de los Reyes asistió como espectador a uno de los monólogos del cómico, que no sabÃa que tenÃa entre el público a uno de los representantes españoles en la máxima competición de motociclismo. «Hace un par de años no sabÃa quién era. Y ahora campeón del mundo. ¡Enhorabuena!», le felicitó el cómico, junto a un vÃdeo de su visita.
Con Martinator sentado en uno de los asientos del escenario, Dávila explicó que Jorge se habÃa puesto en contacto con él porque no quedaban entradas, lo que provocó que el público bromease con que el nuevo corredor de Aprilia no habÃa tenido que pagar la entrada, sino que asistÃa como invitado.
«SÃ, sà ha pagado. Y aquà pagan más. Dile cuánto has pagado, niño», le instó el cómico al deportista, que respondió que la entrada le habÃa costado 125 euros. Desconociendo la profesión de MartÃn, el humorista apuntó que habÃa sido su padre el que habÃa pagado. «Mira, el padre ni lo sabÃa. Con mi dinero, está pensando», apuntó, antes de preguntar al piloto y su familia quién habÃa pagado en realidad las entradas.
«Yo», reveló Jorge. «¡Un hijo generoso!», dijo Dávila, desatando las risas del público. «¿Tú trabajas, chaval?», cuestionó el showman, ante lo que MartÃn respondió que era deportista. «¿Fútbol o algo asÃ?», insistió el cómico. «Motos», señaló el nuevo campeón del mundo. «¿Motos? Trabaja en Glovo», concluyó el humorista.
El piloto madrileño se proclamó campeón del mundo de MotoGP este domingo, en la última carrera de la temporada, celebrada en Barcelona tras el devastador paso de la DANA por la Comunidad Valenciana, con 10 puntos de ventaja respecto al segundo, Pecco Bagnaia, a quien el español arrebató el tÃtulo.