Durante sus años luchando contra las tramas de narcotráfico, el jefe de blanqueo de la Policía de Madrid, Óscar Sánchez, aprendió todos y cada uno de los sistemas que utilizaban los malos. Pero, aun así, después de más de cuatro años trabajando para las tramas de la droga, dejó un rastro, mínimo, que permitió a los agentes de la unidad de Asuntos Internos tirar del hilo con paciencia infinita y acabar con sus andanzas.
De momento, más de 20 millones de euros en su chalé en Villalbilla, cerca de Alcalá de Henares, y casi otro millón, en el despacho desde el que dirigía sus andanzas en la Jefatura Superior de Policía, en la calle Federico Rubio y Gali de Madrid. En el chalé, el mando policial escondía el dinero empaquetado al vacío en dobles fondos de la pared y de un armario. También en las instalaciones de la piscina.
Como se puede observar en las fotografías que obran en poder de EL MUNDO, el inspector jefe Óscar Sánchez tenía perfectamente organizado el dinero. El de su despacho, en elaborados paquetes de billetes de 50 euros, plastificados, para evitar deterioros que se puedan producir como en el caso de humedades. En los paquetes que ocultaba en las paredes de su chalé utilizó el mismo método. La diferencia es la cuantía de los billetes. En este segundo caso, de 100 y de 500 euros.
Fuentes de la investigación explican a EL MUNDO, que la cantidad incautada «seguirá subiendo, las pesquisas aún están en marcha», recuerdan. «Hay mucho intervenido y bloqueado» en decenas de cuentas y depósitos bancarios.
No descartan los investigadores que el dinero incautado en su dependencia oficial fuera «el de mano» del inspector jefe. Y que los 20 millones del chalé fueran de varios miembros de la trama, «que fuera el banquero» de mandos de la mafia.
Especialista en la lucha contra el blanqueo, sabe todos los trucos con los que puede evitar las investigaciones policiales y así lo ha hecho durante «mucho tiempo». «Ha sido la investigación más exitosa llevada a cabo por esta unidad, pero también la más complicada y compleja», explican estas fuentes. «Sabía cómo enterarse si tocábamos algo de lo suyo. Ha sido dificilísimo», apuntan. En sus dominios de Villalbilla tenía dispuesto un férreo control de seguridad, con alarmas y cámaras de detección de movimiento. Pero no estaba conectado a ninguna de las centrales de alarmas comerciales. «Era un sistema de seguridad personal», añaden estas fuentes.
Su paso por la UDYCO central le permitió conocer al detalle el funcionamiento de los narcos y entrar en contacto con ellos. Ya en la unidad de blanqueo, se especializó en cómo convertir en legales los beneficios de las tramas tras vender las drogas. Los negocios de las VTC le sirvieron de tapadera. Porque los investigadores, que están en plena efervescencia de sus pesquisas, entienden que este mando no solo maniobraba sobre los controles de las entradas de los contenedores con la droga. «Tenía la autoridad para decidir cuáles eran los que se abrían y cuáles no», explican estas fuentes. Es que, además, se hacía cargo de blanquear beneficios y, como ya adelantó EL MUNDO, proporcionaba documentaciones y papeles oficiales a los integrantes de la trama cuando les hacían falta.
De momento, la Unidad de Asuntos Internos no ha detectado la participación de subordinados de la unidad de blanqueo en la trama de Óscar Sánchez, ni de más miembros del Cuerpo Nacional de Policía. «Pringó a su cuñada y a su mujer. No se fiaba de nadie más», describen los investigadores.
Ahora está «jodido» en prisión. Los responsables de Instituciones Penitenciarias le tienen con una «supervisión especial» para evitar «situaciones complicadas que no tengan solución». Está en prisión preventiva en un módulo especial para funcionarios de la seguridad del Estado, incluidos en el Fichero de Especial Seguimiento (Fies).
Los policías y guardias civiles encarcelados están aislados de los presos comunes para evitar incidentes. En este caso, además, evita que pueda tener relaciones con otros de los 15 detenidos en la operación o con miembros de la red para la que trabajaba este inspector jefe y que estén cumpliendo penas en España. «Ahora es clave que no pueda comunicarse con su red».
Las pesquisas que están dirigidas por el juez Francisco de Jorge de la Audiencia Nacional siguen declaradas secretas y no se descartan en breve nuevas actuaciones policiales.
Esta operación se produce casi un año después de que la misma unidad detuviera a otro inspector jefe en Colombia también implicado en las tramas de narcotráfico de Colombia. Y también estuvo en la UDYCO central. Y él, conocido por McMillan, tuvo contacto con Óscar. Pero las fuentes consultadas desligan ambas operaciones. «Las tramas de narcos son diferentes», explican. La detención de McMillan llevó a la desarticulación completa del grupo principal antidroga de Murcia.
Durante esta primera fase de la operación policial, la Unidad de Asuntos Internos ha llevado a cabo casi una treintena de registros en propiedades de los 16 detenidos. Las investigaciones se extendieron a Andalucía y a la Comunidad Valenciana.
Asuntos Internos vincula a este mando policial con el alijo interceptado el pasado día 6 de noviembre por la Policía Nacional y funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria interceptaron en el puerto de Algeciras: un contenedor que transportaba un total de 13.062 kilos de cocaína, lo que supone el mayor alijo de esta droga intervenido hasta la fecha en la historia del narcotráfico en España, así como la segunda mayor intervención de toda Europa (la mayor en un único contenedor) y una de las más importantes a nivel mundial.
El contenedor contaminado contaba con una pantalla formada por cajas realmente cargadas con plátanos para ocultar la droga. Detrás de esta pantalla se encontraba una gran cantidad de cajas, idénticas a las anteriores, pero en cuyo interior se ocultaban ladrillos de cocaína.
Como consecuencia del hallazgo, tras las primeras diligencias se produjeron cinco registros judiciales por orden del Juzgado de Instrucción 3 de Algeciras -cuatro en Alicante y provincia y uno en Madrid-, con intervención de abundante documentación.
Además, se llevó a cabo la detención en Toledo de una mujer, socia de la empresa destinataria del envío, mientras que los dos responsables de la empresa importadora se encuentran fugados. Los especialistas en la lucha contra el narcotráfico aún se echan las manos a la cabeza: «Lo que ha podido entrar de coca por esta vía».