El enésimo enfrentamiento entre la Guardia Civil y las narcolanchas en el Estrecho de Gibraltar que se ha saldado con un traficante muerto y dos agentes heridos es la prueba irrefutable de la calma con la que el Ministerio del Interior está abordando una problemática que ya trasciende las persecuciones, los heridos y la falta manifiesta de personal para enfrentar a las grandes familias de la droga. Ahora, empieza a cobrarse vidas de uno y otro lado.
La madrugada del jueves las zodiacs ilegales quisieron alcanzar la desembocadura del rÃo Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda con un plan que los clanes ponen en práctica con asiduidad. Los narcotraficantes son conscientes de su superioridad en medios y en recursos y a partir de ahÃ, operan.
Cinco embarcaciones entraron a toda velocidad para alcanzar la costa. Una de ellas tenÃa la función de despistar. Fue la que siguió la patrullera. El resto aprovechó para arribar al litoral y alijar.
El seguimiento finalizó con un choque cuando el piloto intentó burlar de manera temeraria, y con una maniobra evasiva, a la patrullera de la Guardia Civil. Un traficante perdió la vida y dos agentes quedaron heridos. El resto de tripulantes de la narcolancha huyó (antes habÃa quemado la lancha y el hachÃs) mientras que los guardias realizaron maniobras de reanimación para intentar mantener con vida al hombre pero finalmente murió.
Los hechos se han registrado nueve meses después de que dos guardias civiles murieran embestidos por una narcolancha en el puerto de Barbate. El crimen, sus contornos y la anticipación de que algo asà podrÃa suceder se convirtieron en el tifón más grande que ha atravesado a Fernando Grande-Marlaska como ministro del Interior.
La petición de mejoras en el Campo de Gibraltar ampliamente denunciada ante su departamento ha sido una constante a lo largo de estos seis años, pero nunca antes la institucionalización del narcotráfico en la zona -está fuertemente azotada por el abandono escolar y el paro- habÃa inflamado tanto a la Guardia Civil y a la PolicÃa Nacional.
El último suceso con resultado de muerte ha girado las miradas hacia el ministro. El problema persiste tal como demuestra el choque mortal. EL MUNDO ha tenido acceso a los audios que uno de los jefes de la organización delictiva envÃa a otros de los miembros nada más producirse el accidente.
El hombre, responsable de coordinar la operación para que los fardos de hachÃs llegaran a tierra, se felicita porque la patrullera del Instituto Armado haya quedado prácticamente inutilizada. También se pronuncia sobre el estado de la narcolancha : «Van a tener que meterle fuego porque la han reventao», zanja. De esta manera, culpa a los agentes de haberla incendiado cuando los investigadores atribuyen el fuego a los ocupantes que lograron huir.
La patrullera RÃo Irati del SMP Cádiz quedó fuera de servicio por una vÃa de agua y, según fuentes del Instituto Armado, no estaba en condiciones operativas para ayudar por lo que se tuvo que esperar la llegada de refuerzos.
«Claro, la negra (la narcolancha) ahora estará irreconocible (…) esta habrá que meterle fuego» porque la han «reventao».
«Esa (la patrullera) llevarÃa una vÃa de agua que no llegarÃa ni a Chipiona y se ha embarrancao del porrazo que le ha pegao a las criaturas (los tripulantes de la narcolancha)», indica el traficante nada más producirse el accidente, cuando intenta reorganizar su operativo.
La carencia de patrulleras para hacer frente a las narcolanchas en la costa andaluza, donde sólo operan nueve de las 22 disponibles tal como revelan a este periódico fuentes de la lucha contra el narcotráfico, ha agravado la situación que enfrentan los agentes evidenciando que la lucha es del todo desigual.
Ahora, con una embarcación menos el control requerirá más esfuerzo, de ahà el regocijo que el traficante expresa en sus audios.
La lista de averÃas que afectan a las 22 embarcaciones del Servicio MarÃtimo de la Guardia Civil en AndalucÃa es tal que el grupo sigue aún sin poder patrullar el mar al nivel que requiere la apabullante actividad del narco. a las averÃas hay que sumar problemas de horarios y falta de medios, que complican el patrullaje en un litoral que abarca más de 120 millas náuticas.
Es decir, el 60% no está en condiciones para salir a vigilar o a realizar intervenciones en el mar. La situación se agrava si se tiene en cuenta que de esas nueve que están funcionando, dos son embarcaciones semirrÃgidas muy parecidas a las que la narcolancha destrozó en el puerto de Barbate. Este tipo de zodiac no tiene capacidad para disuadir a las narcolanchas.
El resto de la flota está «averiada o inoperativa», tal como consta en la documentación consultada por este periódico. Como contrapunto, la actividad de las narcolanchas no cesa en la zona. El déficit persiste.
La presencia de embarcaciones pertenecientes alas grandes familias de la droga en aguas del Estrecho son una constante y la petición de efectivos al Ministerio del Interior para reforzar la presión y control sobre ellas está sobre la mesa de Fernando Grande-Marlaska desde hace años.
Sin embargo, fue el pasado 9 de febrero de 2024 cuando en la opinión pública se percibió la profundidad del problema con la muerte, prácticamente en directo, de dos guardias civiles en el puerto de Barbate tras embestirlos una narcolancha.
La petición de mejoras en el Campo de Gibraltar ampliamente denunciada ante su departamento se ha repetido a lo largo de estos seis años, pero nunca antes la institucionalización del narcotráfico en la zona -está fuertemente azotada por el abandono escolar y el paro- habÃa inflamado tanto a la Guardia Civil y a la PolicÃa Nacional como tras el crimen de los agentes.
Fue en ese momento, en el que se le pidieron cuentas al ministro. Grande-Marlaska habÃa desmantelado hacÃa 16 meses (ahora ya son dos años) la unidad de élite para frenar a los clanes del Estrecho, creada en 2018 y que tan buenos resultados habÃa cosechado desde su puesta en marcha.
Interior decidió prescindir del Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) Sur -integrada por 130 agentes especializados en la lucha contra el tráfico de drogas y actividades ligadas a ella como el blanqueo de capitales, el crimen organizado y la corrupción-, a pesar de haber pulverizado las estadÃsticas en detenciones e incautaciones de alijos desde su creación.