El Huesca femenino ha dicho basta. Las jugadoras de la primera plantilla del conjunto oscense han hecho pública su «profunda preocupación por la situación» que atraviesan en el club, cuyas decisiones constituyen para las futbolistas «un claro ejemplo de desmantelamiento del fútbol femenino», a través de un extenso comunicado en el que defienden sus «condiciones laborales».
«En las últimas semanas, hemos sido testigos de decisiones que amenazan con afectar gravemente nuestro desempeño, nuestra salud y nuestra confianza en el proyecto al que hemos dedicado nuestro compromiso y esfuerzo: la eliminación o falta de personal esencial cualificado para nuestra actividad deportiva, según lo planteado en las medidas del ERE», denuncian en su nota.
Se refieren, de esta manera, al anuncio de la entidad de eliminar las figuras de «Dirección General a su vez Dirección Deportiva, SecretarÃa Técnica, Team Manager y Delegada de campo y equipo, el perfil de Segunda Entrenadora, a su vez analista, utillera y responsable de metodologÃa de la cantera femenina, y el perfil de Preparador FÃsico».
Las futbolistas también han hecho hincapié en que un 25% de los trabajadores afectados por el ERE del Huesca «pertenecen al área de fútbol femenino», lo que, a su juicio, «constituye un claro ejemplo de desmantelamiento del fútbol femenino y envÃo un mensaje de desprotección y falta de compromiso hacia el deporte femenino«.
Estas decisiones, lamentan, tienen consecuencias para ellas. En primer lugar, las deja en una situación de «vulnerabilidad laboral y personal», puesto que «el personal técnico y humano especializado en fútbol femenino es esencial para prevenir lesiones y atender nuestras necesidades especÃficas».
Del mismo modo, «este cambio, a mitad de temporada, pone en grave riesgo nuestra salud y la continuidad y calidad del trabajo técnico y fÃsico realizado hasta ahora», lo que afecta de manera directa en el «rendimiento del equipo y desmereciendo la especificidad y profesionalización que exige la competición [2ª RFEF] en la que participamos».
Otra de las consecuencias que denuncia la plantilla es la «discriminación sistemática» a la que la exponen estas decisiones, que desde su punto de vista «evidencian una preocupante desigualdad en el trato hacia el fútbol femenino, «relegando nuestras necesidades y esfuerzos a un segundo plano». En este sentido, el grupo considera «inaceptable» tener que seguir enfrentándose a «barreras que ya deberÃan haber sido superadas en una sociedad comprometida con la igualdad».
Las medidas adoptadas por el Huesca, además, suponen para las jugadoras el incumplimiento de su contrato, pues les privan «de las herramientas y condiciones pactadas para desarrollar nuestra actividad» y «se vulnera lo acordado al momento de unirnos al proyecto». «Estas carencias comprometen nuestra estabilidad y nos dejan sin las garantÃas mÃnimas necesarias para desempeñar nuestro trabajo, poniendo en riesgo nuestra seguridad laboral», insisten.
Además, tienen un «impacto en la confianza y en nuestros proyectos de vida» y desmotivan a las futbolistas «por el sacrificio que hicimos por estar aquû. Del mismo modo, la plantilla confiesa tener un «sentimiento de engaño y pérdida de confianza en el proyecto», y hace un llamamiento «a la acción de las instituciones locales y autonómicas, para que no se repita lo vivido por nuestro filial la pasada temporada, suprimido tras su ascenso a Tercera RFEF, provocando numerosos daños psicológicos a las jóvenes jugadoras».
En su comunicado, las futbolistas también «reconocen la difÃcil situación económica del club», pero ponen en evidencia que «los recortes no se aplican equitativamente y contradicen el comunicado del ERE del club que aseguraba redoblar su apoyo al fútbol femenino». Por último, el grupo señala que las medidas tomadas por el club «envÃan un mensaje de desmotivación y desigualdad» a la cantera y a las niñas.
Para concluir, la plantilla pide al club y a las instituciones «que se conserven las condiciones laborales adecuadas» para que puedan desempeñar su profesión con seguridad hasta final de temporada, «momento en el que el club podrá tomar las decisiones que considere oportunas sobre el futuro del equipo y nosotras podremos decidir con total claridad sobre nuestro futuro personal, laboral y deportivo».
«Asimismo, solicitamos que se escuche nuestra voz y se tomen las medidas pertinentes para asegurar que situaciones como esta no se repitan. El fútbol femenino no puede seguir siendo una promesa incumplida. Somos profesionales, y exigimos ser tratadas como tal. No pedimos privilegios, sino condiciones justas y dignas para realizar nuestro trabajo en igualdad de oportunidades», añaden las jugadoras, que también muestran su apoyo a los trabajadores afectados por el ERE y reiteran su compromiso «con la afición y el escudo».