Publicado: diciembre 2, 2025, 3:07 am

Lo que más echa de menos José Luis Ábalos en la cárcel es la libertad, y lo segundo, el tabaco negro. En el economato de Soto del Real sólo venden cigarrillos rubios, una auténtica tragedia para un diputado que, de tanto salir al patio del Congreso con un Ducados en la mano y de tanto comentar la actualidad política entre bocanadas de humo, ganó en 2022 el premio a la mejor relación con la prensa. Ábalos tampoco tiene televisor, pero está a punto de comprarlo. Cuesta 200 euros que van a transferir sus familiares a su código de preso. Allí no es un político, es un número.
Mientras tanto, está leyendo nada menos que el Código Civil. Pocas veces un libro se amoldó mejor al sitio y al contexto en que se ojea. Su familia le llevará más. Y también le ha conseguido ropa de deporte, porque él no lo había previsto en su maleta. Normal: jamás llevaba chándal. Ni siquiera el día en que la UCO registró su casa y lo pilló a traición con una camiseta de la ciudad de Orlando. Pero en vaqueros.
Sin el calorcillo del Ducados, Ábalos no se halla aún en el patio de la cárcel. En el módulo 13 de Soto del Real hace mucho frío. Hace frío real, con mínimas de 1 grado esta semana. Hace más frío aún porque Ábalos no se llevó suficiente ropa de abrigo en la maleta. Y, sobre todo, hace un frío insoportable en sentido metafórico. ¿Cuánto aguantará el ex ministro ese frío? ¿Se canta mejor La Traviata de Verdi cuando te castañetean los dientes? La duda surge tras las declaraciones que el ex ministro ha publicado en la red social X como si echase un mensaje en una botella al mar: «Mi adaptación está siendo menos traumática de lo que esperaba. Eso sí, aquí hace mucho frío». El que quiera entender, que entienda.
Ahora su cuenta se llama En el nombre de Ábalos. ¿Cómo? ¿Un preso que tuitea? Fácil: tres chicos que son partidarios de Ábalos se encargan de gestionarla, a modo de community managers. Se nutren de lo que les cuentan los familiares. Eso mantiene vivo su canal de comunicación. Se trata de una idea que surgió espontáneamente, parafraseando el título de la película En el nombre del padre, que trata sobre cuatro personas injustamente acusadas y falsamente condenadas.
